Creo que desde hace muchos años no me había sentido tan enojado, no al menos como para venir a encerrarme en mi habitación como todo un niño pequeño. Pero es que la situación lo amerita, pues he quedado ante mi padre como un niño tonto y caprichoso. Intento entender las razones por las cuales no puedo liberarme del compromiso y a su vez intento pensar en las opciones, pero al parecer no hay ninguna con la que me pueda ayudar. Estoy atado de manos, no puedo hacer nada y pero aun y con eso me rehuso a casarme. Ese no es el destino que quiero para mí, quiero estar con ella y solo me ha bastado muy poco para entenderlo con exactitud. Doy una vuelta más en la cama, no puedo dormir, intento pero mis pensamientos son más fuertes que mi poco sueño. Cierro los ojos una vez más esperando que esta vez sí pueda dormir...—Maximiliam —es la voz de una mujer, abro los ojos pensando que puede ser Maxine, pero me encuentro con unos ojos distintos. Demasiados caldos para ser de Maxine. —Hola, ya está
Hannah y yo entramos a la casa animados por todo lo que hemos estado hablando durante el camino. Como había pensando, Hannha resulta siempre una persona bastante animada y divertida, podría verla siempre como una amiga y no como nada más. Por eso es que ahora mismo, ambos caminamos de la mano como si realmente fuéramos una pareja. Pero es que antes de entrar acordamos hacerlo por nuestros padres, porque se supone que ambos estabamos juntos en un spa. Cuando en realidad no pasamos juntos ni media hora y no quiero que mamá se haga ideas al menos por ahora. Para mi mala suerte, el mismo hombre que vimos en la calle, el tal llamado Leo está en la casa de los Parker. Está muy contento hablando con la mujer que me gusta, o sea Maxine. Trago saliva con dificultad, debe de ser una broma que ellos dos estén aquí juntos después de que él estuviera a punto de aprovecharse de ella en el bar. Hannah se tensa un poco, pero actúa normal. Creo que ese tal Leo le cae bastante mal, porque siempre reac
Despierto por una indescriptible pesadez, siento como si no pudiera mover una pierna. Abro los ojos para revisar que es lo que no deja moverme, es el idiota de Sabastian, tiene su pierna sobre la mía. Sabía que era una mala idea que él se quedara en mi habitación. Ojalá lo hubiera podido mandar con Mason o Maddox, pero ellos decidieron que no. La casa de los Parker es demasiado pequeña, ahora me pregunto porque diablos no decidimos celebrar la maldita boda en mi casa y no en la de ellos. Bueno, realmente sí sé porque, porque esto fue demasiado rápido y no queremos escándalos de por medio. La boda tiene que ser aquí y no en Los Ángeles o sino, estaríamos saliendo en cada uno de los malditos periódicos de todo California, por eso es que estoy aquí, en una habitación que posiblemente sea más pequeña que mi baño. En una ciudad con muy pocos habitantes, pero sabiendo que en una de estas habitaciones está la mujer de mis sueños. Esa mujer que me hizo hacer la mejor locura de mi vida, follar
Creo que ha sido una mala idea, pero no me arrepiento de haber salido de esa casa antes de que el sol estuviera adentrándose por cada maldita ventana. Ahora mismo arrastro mi maleta por la vereda de la casa de mi abuela... sí, aún no estoy fuera de Tehachapi y hay una buena razón pqra explicar eso. El dinero, mi cuenta bancaria está vacía y Hannover no me ha contestado las llamadas. Él siempre es mi banco, me presta dinero cada que necesito, pero esta vez no me ha contestado ninguna de mis llamadas de auxilio, así que este es plab B. Quizás no pude regresar a Los Ángeles, pero puedo quedarme un momento aquí, en la casa de mi abuela. Está abandonada, sucia, pero al final, solo estaré yo y solo yo.Saco las llaves de la puerta y la abro. El olor a humedad es el que me da la bienvenida, miro el suelo, está lleno de basura. Platos desechables, vasos y botellas de alcohol en el suelo. Eso solo puede ser obra de mi padre, creo que no está aquí, así que entro sin miedo de que él salga de la
—¿Qué?— responde a mis espaldas Sebastian. Maxine se ha ido, se ha ido de la maldita casa.— ¿Por qué haría eso?—Mira —abro la puerta del clóset y le señalo con la mano— Esta vacío, no hay nada de nada. Maxine ha ido.—Ya veo, Max, ¿pero podrías tranquilizarte?— se queja mientras yo demabulo de un lado a otro. Creo que nunca me había sentido tan desesperado, ¿a dónde se fue?— ¿Por qué te preocupa tanto que ella se haya ido? Solo es la amiga de tu futura esposa— apremia con una mirada acusatoria. —¡No es solo la amiga de Hannah! No le pongas etiquetas, solo es Maxine— vocifero enfadado y a punto del llanto. Maxine está embarazada de mí, en su vientre tiene un hijo mío. Tiene una mezcla de ella y de mí en un solo pedazo de carne y en vez de decírmelo simplemente ha tomado sus cosas y se ha marchado. Debe de ser una broma, esto no puede ser cierto, me rehuso a pensar que Maxine se ha ido sabiendo que estamos esperando un bebé. Ese bebé también es mío y tenía derecho de saberlo, más bie
Sentirme sola y vacía son sensaciones que siempre están presentes, pero hoy se sienten más fuertes y mucho más pesadas. Se siente en mi corazón un pequeño vacío que duele y le quema. El estar en esta casa me rompe no solo el corazón, también me hace sentir tan sola. Saber que estoy embarazada de un hombre que nunca me corresponderá se siente como una daga la cual sangra y arde y lo hace mucho. Aún y con eso, estoy sentada en la orilla de mi vieja cama, aquí pasé muchas noches como estas. En esta cama llena de humedad pasé días y noches llorando por sentirme igual de sola que ahora, pero en ese entonces era pequeña. No tenía un problema como este... un bebé en mi vientre que crece y crece sin que yo me de cuenta. Ya son más de las cuatro de la tarde y Hannover y Renato están en camino, pero dijeron que tardarían porque Renato debe de estar en una audiencia obligatoria y que no podía liberarse antes de las tres de la tarde. Supongo que en cualquier momento esos dos van a aparecer aquí,
Creí que los ruidos podrían cesar, pero no es así. En la primera planta hay alguien y no puedo seguir figiendo que no tengo miedo. De nuevo estoy en el pasillo caminando cautelosamente, esperando a encontrarme con lo peor. El bate que sostengo no es pesado por lo que no se me dificulta nada portarlo. El corazón le late y en el estómago siento un hoyo enorme, claro que esa persona que interrumpe en mi casa no puede ser Max. Ese hombre no es tan torpe, debe de ser alguien más. Asustada bajo cada salón, con el miedo a flor de piel, pero tranquila. Mostrando una paz que por supuesto no tengo. El foco de la cocina está encendido y hay una silueta robusta que genera una sombra enorme que me aterra. Y aunque tengo miedo, analizo la silueta, es demasiado conocida para mí.— ¿Papá?— cuestiono con voz ronca y gélida, casi temblorosa. El hombre se da media vuelta quedando frente a frente a mí, trago saliva al notar que sí es mi progenitor el que está aquí, conmigo. Bajo en bate y lo suelto, est
La respiración agitada de mi padre y la mía son lo único que resuena por toda la casa vacía. Su pecho sube y baja de un modo violento y amenazante. Su mirada es la que me dice que en cualquier momento va a atacarme con sus palabras filosas, él solo tira matar y creo que lo ha conseguido, pues todo lo que dijo resuena por mi cabeza una y otra vez. Mantengo la vista en sus ojos, los cuales parecen oscuros y llenos de odio, no puedo creer que sea a mí a quien odia. No soy la Maxine de veintiséis años la que detesta y deplora, es a la pequeña de cinco años a la cual nunca más quiso ver y me duele en el alma. Me resulta difícil respirar, siento una presión enorme en el pecho, es como una roca oprimiendo mi pecho y sé que es eso. Tengo unas inmensas ganas de romper a llorar, pero sería darle el gusto.—Vete de mi casa— le pido con voz firme y segura. Esta casa por ley es mía y por todas las otras formas también. Todos saben que soy la dueña de este lugar, que la abuela me heredó su casa p