La cena, una acción tan simple, tan normal, pero hoy no fue así. En especial por el solo hecho de que los Parker se mantuvieron demasiados cariñosos conmigo, haciéndome sentir más y más triste y culpable. Ahora, tengamos en cuenta de que ahora mismo, tengo el pie de Maximiliam muy cerca de mi pierna, rozandome, tentandome a pecar y todo esto enfrente de la familia de su prometida y de sus hermanos. 

—¿Qué les pareció el postre?— apunta la señora Parker con la misma amabilidad de siempre.— Es una receta nueva, pero sé que te gusta mucho, Maxine.— Me llevo la última cucharada de pay de frambuesa que la anfitriona de la casa me preparó. 

—Señora Juliette, está exquisito — respondo feliz y emocionada. 

Por estas pequeñas acciones, me gustaba tanto estar aquí, en la casa de mi amiga rica. Su mam&aacu