Despierto con el sonido de la puerta abriéndose, creo que he desarrollado un nuevo trauma, tengo miedo a que de nuevo sea Maximiliam el que interrumpe la privacidad de esta gran habitación prestada. Pero suspiro y me relajo cuando me doy cuenta de que no es él, sino Jules, tiene una bandeja con mi desayuno. La bandeja tiene un vaso con jugo de naranja, panqueques, fruta picada en pequeños trozos y una taza con yogurt natural, a un lado hay miel y mantequilla.
—¿Por qué no bajaste a desayunar, mi niña?— me siento en la cama, creo que me duele la cabeza.— ¿Estás indispuesta?— creo que lo estoy, y estoy hablando física y mentalmente.
—La verdad es que dormir en un colchón tan cómodo hace que duerma más de la cuenta y no puedo evitarlo, Jules.— Finjo para ella una de mis mejores sonrisas, ella tiende a ser muy intuitiva, nos lee como li
Busco de entre mi ropa, las prendas más bonitas y cuidadas que tengo. De ellas, la mayoría han sido regalos, porque debo de ser sincera, a veces no puedo darme el lujo de comprar ropa nueva y la compro en la tiendas de segunda mano. Al final hago una buena acción para el medio ambiente y ayudo a mi bolsillo. Jamás me había preocupado tanto por no tener que ponerme, comúnmente bajaría con la pijama, porque eso es lo que hacen ellos en esta casa, desayunar con la pijama todavía puesta. Pero dado a que hoy, hay unos exquisitos y elegantes invitados debo de ser propiamente formal.Escojo una pantalones negros al tobillo y de corte formla, su tela es muy bonita, se ciñe ligeramente al cuerpo, pero no tanto como para ser un pantalón de los que parecen segunda piel. Me los abrocho y decido con que combinarlo, al final, tomo un suéter ligero de color amarillo pastel. Es un suéter tejido que me r
Ni siquiera me había dado cuenta de que durante todo el camino hacia la casa de novias, había estado conteniendo la respiración. Hannah no dijo nada, simplemente jugueteaba con su teléfono de una manera nerviosa y ansiosa, por ratos tuve que contenerme para no gritarle o en su defecto, lanzar por la ventana su teléfono.Ahora mismo sostengo una copa de champagne, no estoy segura de si es cara y fina o simplemente es de las más baratas, yo creo que debe de pertenecer al segundo grupo, porque la futura novia solo le ha tomado un trago y la a dejado de lado. Ella ha tenido que ir a elegir los vestidos que han preparado para ella que cumplen con las características que ella ha pedido.Vestido corte princesa, mucho tul, muchos brillos y un escote corazón, una terrible o muy hermosa combinación, como sea, ella es la novia. Solo me debo de encargar de darle el visto bueno a alguno y eso será tod
Para mi tranquilidad, hoy decidí que sería una buena idea comer en la cocina y no en el comedor como los demás invitados. Prefiero estar con Irina y Jules o con cualquier persona que se mejor que la familia de Maximiliam. Sé que puedo darles batalla a ambos, pero sinceramente no quiero que la comida me caiga mal. Son las seis de la tarde, quedan unas cuantas horas para que pueda verme con Leo. Lo dos fuimos muy buenos amigos, verlo me ha recordado varias anécdotas y bonitos recuerdos juntos. Éramos muy unidos porque nuestras situaciones eran similares, solo que él si tenía una mamá que lo cuidaba, eso sí, ser madre soltera nunca ha sido fácil. Leo salía a recoger cartones y latas para poder vender en algún lugar, yo siempre lo acompañaba porque también recolectaba algunas y su tarea de llevar dinero a su casa era más fácil. Los primero dos años de nuestra amistad solo eramos Leo y yo, pero apreció Hannah y nos deslumbró a ambos con su belleza y sus privilegios. Juliette también acogi
Miro a lo lejos a Leo y a Hannah, están hablando, pero parece una charla amena, supongo que después de todo pueden ser amigos. Leo me mira y cambia su postura y su expresión de aburrimiento a una más divertida y feliz.—Hola– saludo en cuanto llego hasta donde ellos están. —¿Tarde mucho?— le dedico una sonrisa brillante, espero haberme lavado bien los dientes.—No, para nada, de hecho Hannah me hizo compañía. Fue bueno hablar con ella, dado a que ahora me odia.—¡Lo sabía! Sabía que algo había pasado entre ustedes dos, no era normal que se dejaran de llevar, ¿por qué no salimos los tres?— si, me arrepiento de haber dicho que sí. Con Hannah mi plan no puede funcionar, tener testigos de que con Leo no pasó nada puede ser muy peligroso.—¡No!— contesta Hannah asustada, como si la estuviera
Despierto con dolor de cabeza, pero no despierto en ningún hotel, ni en algún lugar desconocido. Estoy acostada, vestida y en casa de los Parker, suspiro de alivio, la verdad es que no me acuerdo de nada, ni siquiera de como es que llegué aquí, pero está bien. Todo esta en oscuridad y lo agradezco, me duele un poco la cabeza y la luz me lastimaria los ojos y probablemente intensificaría mi dolor.—Santo Dios— me quejo, duele como un demonio.Me levanto y miro mi móvil, tengo un mensaje de texto por parte de Hannover, pero ni mi estado ebrio ni mi dolor de cabeza impiden que su mensaje me cause curiosidad. Abro el mensaje, pero me duele saber que solo se limita a un:*Renato me ha pedido matrimonio * suspiro, porque estoy feliz, pero se ha olvidado de mi situación, aunque ciertamente no se la he dicho aún.*Felicitaciones, cariño, sabía que eso iba a pasar en cua
Aparece el doctor junto con Jules, tiene un maletín lleno de cosas médicas, el doctor es el de siempre. Alto, con bigote y el que cobra más caro en todo Tehachapi. A la par del doctor, aparece Mason, este me sonríe y mira atento lo que hace el docrt.—Fue un esguince, no fue mada grande. Así que bastará con compresas frías y una venda que haga una ligera presión, eso sí, vamos a esperar a que pase el dolor, porque si no cesa en menos de una semana, entonces, debemos de hacer estudios. Lo ideal sería que los hiciéramos ahora mismo, pero dado a que no estamos en el ambiente idóneo, no podemos hacerlo. —Jules me toma de la mano en el momento en el que el doctor me toma del piel y lo eleva para poder pasar la venda por debajo, libero un pequeño quejido, realmente me duele.—Podemos transladarla a la unidad médica que sea necesaria con tal de que se le h
No opongo resistencia, hacerlo solo le lastimaria un poco más el tobillo, así que resignada y acompañada de un suspiro hondo, dejo que Maximiliam me lleve a la cama. Intento ignorar el hecho de que estoy tan cerca de sus labios y sus brazos me cobijan en un abrazo, también, reprimo mis ganas de apoyar mi cabeza contra su pecho. Ojalá esto fuera algo romántico y no solo un favor o una acción caritativa.—¿A qué hora llegaste anoche?— su voz es suave y aterciopelada, algo muy raro en él.—Si te soy sincera, no recuerdo mucho de lo que pasó ayer, creo que debería de llamarle a Leo y preguntarle que hice o cuanto tomé. —Camina conmigo en sus brazos, llegamos hasta la cama, pero no me baja ni me recuesta, sino que me matiene entre sus brazos.—No le llames, Maxine— por primera vez sus palabras no suenan duras, tampoco parece que m
Sebastian me ofrece una tarjeta de presentación, es elegante y no se parece en nada a las mías, la suya está impresa en un papel fino y de alta calidad. Esta tarjeta de presentación grita que costó al menos tres dólares por unidad, porque sinceramente está bien hecha, al tacto es sedosa y la tinta es nítida y en ninguna parte se ve corrida. Suspiro, espero tener el dinero para poder tener una de esta calidad y no una en cartoncillo barato.—¿Pasa algo?— niego inmediatamente, solo estaba siendo víctima de mis pensamientos.—Nada, Sebastian, me voy a otro lado, pasa muy seguido últimamente. —Le dedico una sonrisa amistosa y él a mí una sonrisa desigual y sensual. Repentinamente el lugar está caluroso, hace bochorno y me siento incómoda.—Creo que debería dejarte descansar, porque mi presencia te está