Jesse me dio un beso entonces yo le correspondí. Ambos estábamos en la pista de baile y mientras bailábamos miraba la recepción — Todo es hermoso — le sonreí y mi brazo se apoyó en su hombro — te agradezco por haberme dado este regalo. — Perdón — ¿Por qué pides perdón? — Porque quiero darte algo más que está recepción, quisiera bajar las estrellas para regalarte una de ellas y que brille en tus noches más oscuras y en tus amaneceres. Tú me has dado tanto con tan poco que yo te di y siento que no merezco toda esta felicidad, pero al mismo tiempo soy incapaz de soltar tu mano, imaginarte al lado de alguien más me duele. — Ya tengo no solo una estrella sino dos, que me iluminan en mis noches más oscuras y en mis amaneceres. Tú fuiste mi luz en todo momento pero me encontraba ciega por cosas que no existían y no podía ver que la persona que realmente amaba se encontraba delante de mí, pero gracias al cobarde de Jacob pude darme cuenta de que no podía vivir sin ti, probablemente suen
Chase terminó huyendo de Alex, él generalmente era una persona tranquila pero cuando tomaba podía salir su lado más loco. La recepción llegó a su final, nosotros fuimos rumbo a la casa casi a las tres de la mañana ya que habíamos tomado la decisión de que no iríamos de luna de miel. — Madre mía — miré la casa vuelta un desastre — tenemos que arreglar todo esto mañana mismo, bueno ahora vamos a dormir que me siento exhausta. — Iré a acostar a Lena — Jesse cargaba a nuestra hija — te puedes ir adelantando, tenemos la casa sola para nosotros ya que la señora Roux y el señor Dubois decidieron dormir en casa de papá. Me fui a dormir y cuando miré que Jesse venía entrando fue que pude rendirme a los brazos de Morfeo. Me levanté con un poco de pereza y fui a ducharme, los anillos en mis dedos me mostraban la unión que había sido llevada ayer y cierta congoja entró al saber que ya todo llegó a su final, pero al mismo tiempo también existía cierto alivio ya que todo fue una completa locura
— Te amo Jesse. — Lo sé y yo también te amo, a ti y a nuestra hija que son mi mundo entero. Nos quitamos la poca ropa que nos quedaba debido a que nos estorbaba, yo abracé a Jesse y mis dedos se hundieron en su cabello. — ¿Estás lista? Le dije que sí y cuando finalmente llegamos adonde teníamos que llegar dos lágrimas aparecieron en el rabillo de mis ojos derramándose en mis mejillas. — Perdóname Ale, no quería causarte dolor y si deseas puedo detenerme en este momento. Tu bienestar se encuentra por encima de cualquier otra cosa. — No, no lo hagas — mi mano acarició su mejilla y lo bese — te amo y esta es una de las muchas formas que tengo de demostrarlo. Jesse beso mis ojos para retirar mis lágrimas y después bajó a mis labios.... En ningún momento lo dejé de abrazar.... Al finalizar me acurruque en su pecho y él me abrazo — Sé que ya lo he dicho antes pero nunca me cansaré de decirlo, te amo Alexa Harper De Lennox. Después de decir esto ambos nos dormimos y al día siguiente
La señora Roux nos llevó al jardín para tomar café, en el camino nos contaba la historia de su casa y me sorprendió a un punto bastante grande. El señor Lennox cargaba a su nieta que parecía disfrutar de su compañía y reía en los brazos de su abuelo. — Gracias por cuidar a Lena — le sonreí y miré a mi hija — cuando se cansé puede dármela, no quiero darle mucho trabajo con la niña. — Nunca me voy a cansar de esta preciosidad de niña, por cierto su cuarto se encuentra al lado del de ustedes y ya puse los monitores para que la escuchen en caso que llegue a llorar. Fuimos a acostar a Lena ya que tenía sueño, luego nos fuimos al jardín y tomamos café además de comer postre. — Quiero ir a la tumba de Lena hoy mismo si se puede, me gustaría ver la eterna morada de esta maravillosa mujer que le dió una segunda oportunidad no solo a mi esposo sino también a muchas otras personas que hoy en día viven tranquilamente. — Claro, si deseas podemos ir en este momento — la señora Roux me sonrió
La señora Roux nos dió todo un tour por el museo, varias personas la reconocían y le pedían una fotografía entonces gracias a este pequeño detalle nos demoramos mucho más tiempo. El señor Dubois nos llevó a un restaurante que nos daba una vista espectacular, él movió unas cuantas conexiones que hizo que fuéramos recibidos sin necesidad de reserva. — Bueno, ahora ustedes se encuentran en su ambiente — la señora Roux puso la servilleta de forma elegante en sus piernas — de gastronomía no sé mucho pero puedo asegurar que la comida aquí es deliciosa y verán que van a degustar platos tan exquisitos que pensarán que no es real. Nos atendieron muy bien en el restaurante y la comida me hacía voltear los ojos de tan deliciosa que estaba, no podía negar que la señora Roux tenía toda la razón. Muchas personas se nos acercaron y pidieron fotos, me sorprendió cuando alguien me reconoció por mis estrellas Michelín y me sume a la fotografía con las personas que tenían una sonrisa de felicidad muy
Jesse fue a vomitar al baño al pensar que había comido comida de gato con tajadas, sonreí en mis adentros y sabía que con eso iba a olvidar las ideas locas que tenía de tener otro hijo. Subí con tranquilidad a nuestra habitación y al verme desnuda simplemente apartó la mirada. — No quiero verte así, me van a dar ganas de hacer el sin respeto y sinceramente ahora besarte es algo que pensaré dos veces. No tenía idea que habías comido comida de gato. — Te recuerdo que antes de que supieras esto metiste tu lengua en mi boca y lo parecías disfrutar — miré su cara ponerse verde — deberías comer galletas saladas, eso es algo que me ayudaba mucho durante las náuseas que me daba tu hija. Jesse pasó vomitando por un buen rato y yo disfruté en la comodidad de mi cama una película de terror, aunque bueno, creo que esto no es nada comparado con lo que mi marido debe de estar pensando en estos momentos. — No puedo creer todo lo que vomité — Jesse se metió a la cama jadeando — me duele el estóma
Me puse helada y lo primero que hice fue cargar a Lena que se encontraba llorando inconsolable, podía escuchar las voces de varios hombres y aunque quería hacer algo sabía que sería demasiado imprudente de mi parte. — Por favor quédate aquí — Jesse fue a una especie de clóset y sacó una escopeta entonces me puse pálida — no te asustes, quiero que te escondas con nuestra hija debajo del escritorio ya que es de roble puro y en algo te va a proteger. Miré como Jesse salía de la oficina y por la ventana veía que le hacía señas a los cocineros que se resguardarán, hubo algunos que se armaron de muchas cosas que se tenían en la cocina y le cubrieron las espaldas a mi esposo. — Cariño mío — miré a Lena — tienes que ser valiente, tu papá va a protegernos de esos locos que se metieron al restaurante. Quería ir detrás de él pero no podía dejar a mi hija sola, Lena estaba demasiado asustada y se mantenía un poco tranquila ya que la tenía cerca de mí. Miré como los hombres armados entraron a
Jesse quiso verificar que lo que los hombres decían era la verdad, llamó a Chase a pesar que ya era algo tarde llegó e hizo unas llamadas. — Lo que dice este hombre es cierto — él guardó su celular — incluso su mamá se encuentra en un hospital porque está enferma, su esposa lo dejó por otro hombre y se largó dejando a sus hijos a cargo de él; antes trabajaba como jardinero pero dado que tuvo que encargarse de los niños terminaron por despedirlo por llegar tantas veces tarde al trabajo y todo empeoro ya que su madre le dió un infarto al ver en la situación en la que se encontraba su único hijo. — ¿Jardinero? Creo que tengo trabajo para usted — anoté la dirección de mi casa — estamos queriendo hacer un huerto y también un pequeño jardín ya que tenemos una pequeña niña que probablemente se distraiga en esto, además hay una propiedad que mi esposo me dió en la que está rodeada de alcatraces y en caso de que no tenga problemas con irse a vivir a esa casa pues el trabajo es suyo. — Tamb