El guapo reservado me amaba en secreto
El guapo reservado me amaba en secreto
Por: Boby
Capítulo 1
Era el día de la foto de graduación de la universidad.

De repente, una muchachita regordeta se plantó justo frente a mí con un ramo de rosas. Su voz temblaba de nervios:

— Gael, ¡quiero confesarte y es algo difícil de decir, pero me gustas!

Me detuve y le sonreí con amabilidad.

— Muchas gracias por tus sentimientos, pero no estoy interesado en tener una relación.

Alcé instintiva la mirada y vi mi reflejo en la puerta de cristal. Era alto, delgado y de tez clara, con facciones suaves. Llevaba ropa casual gris con tenis y mi cabello negro, que no me había cortado en un tiempo, casi me cubría por completo los ojos. Mi rostro refinado hacía difícil determinar en ese momento si era hombre o mujer.

Debido a mi apariencia, incontables chicas se me habían declarado a lo largo de los años. Sin embargo, la verdad es que soy una mujer, así que no podía aceptar sus sentimientos. Además, ya tenía un chico que me gustaba en secreto, pero mi complicada situación familiar hacía imposible una relación sentimental con él.

Al escuchar mi rechazo, los ojos de la chica se llenaron de lágrimas. Su rostro enrojeció y parecía estar muy triste.

— Como era de esperarse, me rechazaste...

Bajó la cabeza mientras las lágrimas caían sin cesar sobre el dorso de su mano.

— Gael, ¿sabes? Me empezaste a gustar desde la preparatoria. En ese entonces pesaba 100 kilos y todos se burlaban de mí, pero tú fuiste el único que me defendió.

— Me esforcé demasiado en estudiar y bajar de peso, ¡todo para estar a tu altura! —me miró con ojos llorosos—. Sé que aún no soy lo suficientemente delgada ni buena para ti, pero tenía miedo de no volver a verte después de graduarnos. Aunque me rechaces, ¿podrías al menos darme tu contacto?

Saqué apresurado un pañuelo de mi bolso y le sequé las lágrimas con delicadeza.

— Te contaré un secreto, pero debes prometerme que lo guardarás, ¿de acuerdo?

La chica parpadeó y aceptó con seriedad.

— Sí, te prometo que no se lo diré a nadie.

Sonreí levemente.

— Planeo irme a estudiar al extranjero y tal vez no regrese.

Ella me miró atónita, con la boca ligeramente abierta por la sorpresa.

La abracé con dulzura y le acaricié la cabeza.

— Eres increíble. Te deseo lo mejor.

— Adiós —me despedí, soltándola con decisión y dándome la vuelta.

La voz quebrada de la chica resonó con tristeza a mis espaldas:

— Gael...

Apenas entré al edificio, alguien me agarró de la muñeca, haciéndome trastabillar un poco. Al levantar la mirada, me encontré justo con unos ojos intensos y dominantes.

— Dante... —murmuré, al momento aturdido—. ¿Qué haces aquí?

Dante Echeverría, el chico que me gustaba en secreto y mi compañero de dormitorio.

Ayer le había preguntado por WhatsApp si quería venir a tomarse la foto de graduación conmigo, pero no me respondió.

Dante provenía de una familia prestigiosa y él mismo era excepcional. Cuando éramos tan solo unos inocentes de primer año, él ya había comenzado su propio negocio.

Siempre estaba ocupado, así que pensé que no vendría hoy.

Me miró entrecerrando los ojos, con un fuerte destello de ira apenas contenida.

— Acabo de llegar —respondió secamente.

Saqué emocionada mi celular y le sonreí ampliamente.

— Ya que estás aquí, tomemos algunas fotos de recuerdo.

Probablemente no nos volveríamos a ver, así que tener algunas fotos juntos sería lindo.

Él bajó mi mano con el celular y preguntó con voz firme:

— ¿Qué planeas hacer después de graduarte?

Me rasqué la nariz, un poco nerviosa.

— Pues buscar trabajo, claro.

Me lanzó una profunda mirada y se dio la vuelta para irse.

— ¡Dante! —lo llamé.

Me froté el flequillo con resignación, sin atreverme a seguirlo.

¿Qué caso tenía ya? De todos modos, no nos volveríamos a ver.

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