El día de las vacaciones se habían llegado. Faltaba exactamente una semana para Navidad. Arya había reservado en las Islas Fiji. Era un sitio al que nunca había ido, ni él, ni ella, por lo tanto, sería una experiencia que ambos disfrutarían en compañía de su hijo. Ese día saldrían temprano, en el primer vuelo de la mañana. Sebas y Bea los acompañarían junto a Daniel y Cathy; y por supuesto, Robín. El rumor de las vacaciones se había extendido, todos necesitaban un respiro después de todo lo que había pasado últimamente. Era bien sabido que todos necesitaban descansar y despejarse, así que cuando Arya les comento sobre las vacaciones decidieron unírseles. Ella no tenía ningún problema con eso, al contrario, disfrutaba de la compañía de Sebas y Bea, aunque Cathy no era de su total agrado, no tenía nada en contra de ella, se notaba que estaba muy enamorada de Daniel; sin embargo, había algo que no le terminaba de gustar o cuadrar de ella, le parecía falsa de alguna forma. John se que
Antes de salir del hotel y una vez que se quedan solos, ambos se acercan. Ayden se había levantado para comprarle unas flores.—Sonará redundante, pero te ves preciosa —señala Ayden mientras toma la mano de Arya—. Espero que no te moleste que te haya traído flores. Solo quería…—Me encantan —dice mientras las toma y las huele—. Su olor es embriagante.Arya lo suelta un momento para poner las flores sobre el tocador y llena un jarrón con agua para ponerlas dentro.—Listo —señala Arya, dejándolas a la vista de todos en la habitación—. Muchas gracias, en serio, se ven preciosas.—No agradezcas, solo es un detalle —Ayden le ofrece su brazo y esta lo toma—. Vamos que nos esperan todos.Después todos salen del hotel camino a un tour a las Islas Mamanuca, dónde solo se puede llegar en barco, así se quitan el estrés de la planificación del transporte organizando todo para ellos. Luego de recogerlos en el hotel en Denarau Island, abordaron el bote y este se dirigió a Sand Island, Isla Monu e I
Todos estaban alrededor de la mesa dónde festejarían la cena de Navidad. Ayden no podía dejar de ver de reojo a Robín. Arya le había preguntado qué fue lo que le dijo el detective, pero este no dijo nada, decidió no responder para no dañar el momento.—Por una nueva etapa y porque vengan nuevas aventuras juntos —brinda Daniel poniéndose de pie, de la nada.—¡Salud! —brindan todos.Una noche antes, habían cenado juntos. Al despertar se habían reunido para compartir un momento juntos, pero ese día cada pareja había dispuesto su tiempo para pasarla en pareja.Ayden, había llevado a Arya y a su hijo a montar a caballo. Fue una experiencia hermosa que compartieron como familia. Era algo nuevo para ellos y
Sebas y Bea habían estado llamando preguntando qué había pasado y el porqué de su súbita huida. Ayden les había dicho que no se preocuparan de nada, que tenía que ver algo la investigación.Arya venía sintiéndose aislada desde el veinticuatro cuando el detective le llamó. Era veintisiete de diciembre y Ayden parecía evasivo. Desde que llegaron no había parado en reparar como ella se sentía.La joven doctora había llegado a un arreglo con su nueva jefa, quien le permitiría ingresar al hospital a partir del siguiente año. Esto le permitía a Arya quedarse en casa con su hijo y así conocerlo más y disfrutar el tiempo con él.Ambos desayunaban solos y almorzaban juntos. Sebas, Bea, Robín y D
Los chicos llegaban al día siguiente, la joven doctora acompañada de John, irían a recogerlos al aeropuerto junto con el equipaje y los guardaespaldas que habían llevado a Fiji.Aryehn también los acompaño, iba muy emocionado. El pequeño estaba feliz por volver a ver a sus tíos, como él le llamaba. Todos, excepto Robín, sabían que el niño les llamaba tíos de cariño.Sin embargo, nada más aterrizar, Robín activo los datos de su teléfono y las notificaciones comenzaron a llegar una tras otra.Despreocupado los dejó sonar pensando que quizás eran mensajes del trabajo o de sus amistades, o de Arya, quien se había convertido en una especie de Hada Madrina.Así que para cuando se encontraron co
Arya camina hacia la encimera de la cocina y la toma, observa la dirección, no le parece algún lugar que ella haya conocido antes. Pero entonces termina por leer la “ciudad: Inglaterra” plasmado en el remitente.Su estómago decae, no puede creer que ella recibiera una carta de tan lejos. En su momento ella quiso averiguar sobre sus orígenes y la familia que nunca la quiso, sin embargo, no encontró nada relevante, salvo algunas notas en internet. Al parecer la familia de su madre había pasado sin pena y sin gloria. Sin embargo, fue la familia de su padre, la que aún existía en el sitio donde su prometido le había contado que vivía.Arya toma la carta y viendo la hora, sabe que debe de duchar a su hijo.—Ven cariño, vamos a la regadera. Es hora d
Esa noche, Arya, toma la gran parte de sus pertenecías y regresa a su departamento. Ayden no estaba de acuerdo en cómo ella quería manejar las cosas, pero le dio el beneficio de la duda. Ella quería manejarlo así por el bien de la relación y él aceptaría sin problema las consecuencias.—En verdad no quiero que lo hagas —confiesa él abrazándola.—Lo siento, actué precipitadamente —dice Arya—. Pero, eso no significa que yo los ame menos, o que me arrepienta de eso. Tenemos una boda que planear ¿recuerdas? Tarde que temprano estaré aquí contigo.Arya acaricia el rostro de Ayden. Sujeta su rostro y luego lo atrae hacia ella para besarlo.—Entiendo… te amo Arya.El apuesto hombre la
Arya sentía cómo todo su mundo se trastocaba por escuchar esa voz y el imaginarse de quién era. El silencio se hizo presente en la línea telefónica.—¿Arya? —pregunta de nuevo la voz.—¿Qué desea? —responde con otra pregunta Arya de manera seca.No hay emoción que exista que pueda describir la correcta. Se siente contrariada, emocionada, molesta, y nerviosa. Todo un combo emocional.—No debería estarte llamando, mamá no quiere que te molestemos, pero… ella está muriendo…—Lo sé, pero ella no significa nada para mí —responde Arya con desdén—. Sinceramente, no sé por qué me buscan.—Nosotras no sabíamos de tu existen