Sebas y Bea habían estado llamando preguntando qué había pasado y el porqué de su súbita huida. Ayden les había dicho que no se preocuparan de nada, que tenía que ver algo la investigación.
Arya venía sintiéndose aislada desde el veinticuatro cuando el detective le llamó. Era veintisiete de diciembre y Ayden parecía evasivo. Desde que llegaron no había parado en reparar como ella se sentía.
La joven doctora había llegado a un arreglo con su nueva jefa, quien le permitiría ingresar al hospital a partir del siguiente año. Esto le permitía a Arya quedarse en casa con su hijo y así conocerlo más y disfrutar el tiempo con él.
Ambos desayunaban solos y almorzaban juntos. Sebas, Bea, Robín y D
Los chicos llegaban al día siguiente, la joven doctora acompañada de John, irían a recogerlos al aeropuerto junto con el equipaje y los guardaespaldas que habían llevado a Fiji.Aryehn también los acompaño, iba muy emocionado. El pequeño estaba feliz por volver a ver a sus tíos, como él le llamaba. Todos, excepto Robín, sabían que el niño les llamaba tíos de cariño.Sin embargo, nada más aterrizar, Robín activo los datos de su teléfono y las notificaciones comenzaron a llegar una tras otra.Despreocupado los dejó sonar pensando que quizás eran mensajes del trabajo o de sus amistades, o de Arya, quien se había convertido en una especie de Hada Madrina.Así que para cuando se encontraron co
Arya camina hacia la encimera de la cocina y la toma, observa la dirección, no le parece algún lugar que ella haya conocido antes. Pero entonces termina por leer la “ciudad: Inglaterra” plasmado en el remitente.Su estómago decae, no puede creer que ella recibiera una carta de tan lejos. En su momento ella quiso averiguar sobre sus orígenes y la familia que nunca la quiso, sin embargo, no encontró nada relevante, salvo algunas notas en internet. Al parecer la familia de su madre había pasado sin pena y sin gloria. Sin embargo, fue la familia de su padre, la que aún existía en el sitio donde su prometido le había contado que vivía.Arya toma la carta y viendo la hora, sabe que debe de duchar a su hijo.—Ven cariño, vamos a la regadera. Es hora d
Esa noche, Arya, toma la gran parte de sus pertenecías y regresa a su departamento. Ayden no estaba de acuerdo en cómo ella quería manejar las cosas, pero le dio el beneficio de la duda. Ella quería manejarlo así por el bien de la relación y él aceptaría sin problema las consecuencias.—En verdad no quiero que lo hagas —confiesa él abrazándola.—Lo siento, actué precipitadamente —dice Arya—. Pero, eso no significa que yo los ame menos, o que me arrepienta de eso. Tenemos una boda que planear ¿recuerdas? Tarde que temprano estaré aquí contigo.Arya acaricia el rostro de Ayden. Sujeta su rostro y luego lo atrae hacia ella para besarlo.—Entiendo… te amo Arya.El apuesto hombre la
Arya sentía cómo todo su mundo se trastocaba por escuchar esa voz y el imaginarse de quién era. El silencio se hizo presente en la línea telefónica.—¿Arya? —pregunta de nuevo la voz.—¿Qué desea? —responde con otra pregunta Arya de manera seca.No hay emoción que exista que pueda describir la correcta. Se siente contrariada, emocionada, molesta, y nerviosa. Todo un combo emocional.—No debería estarte llamando, mamá no quiere que te molestemos, pero… ella está muriendo…—Lo sé, pero ella no significa nada para mí —responde Arya con desdén—. Sinceramente, no sé por qué me buscan.—Nosotras no sabíamos de tu existen
Arya quería hablar con Ayden sobre su hermano y su padre, sin embargo, no sabía cómo abordar el tema. Era muy difícil para ella poder hablar sobre su familia, sabiendo la verdad de su existencia. Esto no dejaba en buenos términos a Arya con su padre, todo lo contrario. Él quería chantajear a su madre biológica con fotos, es claro que en realidad nunca fue una buena persona.Durante años ella se había imaginado que la razón por la que su familia no estaba bien había sido porque su padre perdió su trabajo. En parte así había sido, pero el motivo era el que ella ignoraba. Ahora a sus veintisiete entiende perfectamente por qué su hermano la culpaba de que ella había sido quien había arruinado a la familia.Habían pasado d
Arya estaba anonada con la confesión de Ayden. No podía creer que este creyera que Robín sería capaz de algo tan atroz. Pero ese no era tanto el problema, sino que no la había considerado.Estaba cansada de eso, de la falta de comunicación, de la desconfianza, de que él la siguiera excluyendo de cosas importantes por temor.—Llévame a casa —pide Arya subiéndose molesta al auto.Ayden se sorprende de que ella actúe así, creyó que le reclamaría y que le diría de cosas, en cambio, solo pide que la lleve a casa.Él se sube de inmediato y John inicia el recorrido.—Arya, yo puedo explicarte…—No quiero hablar ahora —interrumpe molesta y se gira a ver por la ventana.El trayecto parece una eternidad para Ayden, pues no sabe qué esperar. Arya, sin embargo, va tomando resoluciones en su cabeza. C
—¿Santo cielo… que vamos a hacer? —inquiere Robín preocupado—. Esto es grave, Arya, muy grave. Están vigilando a tu hijo.—Lo sé, lo sé. No me presiones —dice Arya con creciente pánico.Termina de abrir la caja y encuentra varías fotos más de todos ellos. Incluso de Ayden entrando a su compañía. De Arya caminando por la calle.Con la foto en mano va en búsqueda de su teléfono. Tiene que avisarle a Ayden para hacerle saber sobre lo que acaba de suceder. Le marca, pero este manda directo a buzón de voz.—Maldición, tiene el número apagado —informa a su amigo—. No, vamos, tengo que asegurarme de que están bien.—¿Y sí mejor hablamos a la policía? —sugiere Robín.Arya se lo piensa un momento, pero no, sabe que la policía lo tiene como
Arya yace dormida descansando mientras Ayden está haciendo un nuevo contrato para más guardaespaldas. Eran las diez y ella no despertaba aun cuando su novio y ahora ex prometido intentaba convencer de que su hermano viniese a casa.—No es un juego Mark. Alguien asesinó a nuestro padre y ahora todos estamos amenazados —recuerda Ayden con pesar—. Por favor, solo deja que mi personal te custodie.—¿Para qué? ¿Para calmar tu conciencia? —inquiere Mark enojado—. Esto es tu culpa. Esa mujer loca con la que te enredaste y su padre, seguro lo hicieron. No ha de haber soportado que no la eligieras y en venganza asesinó a Gerard. No pienso seguir con esto y jugar a la casita feliz solo porque tú sientes culpa —echa en cara subiendo el tono de voz cada vez más—. Ah, y hazme un maldito favor. No me vuelvas a molestar.Mark cuelga sintiéndose el vencedo