Capítulo 33.

Dudoso.

Ada.

Cuando entré al taller fui directamente a la pequeña oficina, pero de pronto cubrieron mi boca y me sostuvieron muy fuerte de ambos brazos, quedé en shock al instante, no dejaron que grite, las amenazas fueron protagonistas desde un principio…

´´—¡Por favor!, lleven lo que quieran… Pero no me lastimen… —Supliqué despacio, pues uno de esos hombres se acercó para tomarme del cuello.

—De todas formas llevaremos lo que se nos plazca, pero una chica no debe estar a estas horas por aquí, tendrás que asumir tu grave error por haber venido. —Uno de los hombres comenzó a tocarme descaradamente, sentí ganas de golpearlo con todas mis fuerzas, pero quien me sostenía lo impidió.

—¡Suéltenme!, ni siquiera vi sus rostros. —Dije con la respiración agitada.

—No importa, igual nos divertiremos un rato antes de destruir este asqueroso lugar.

«¡Necesito hacer algo para huir!, pero qué» La impotencia de estar en medio de tres hombres enormes complicaba la idea de defenderme, e