Abro los ojos lentamente. No sé si son las siete de la mañana o las once, ya que no hay luz en la habitación. Quentin, a mi lado, duerme boca abajo completamente desnudo, con la sábana apenas cubriendo la parte baja de su cuerpo exponiendo así su perfecta espalda. Sólo de verlo me sonrojo, en verdad no puedo creer que haya despertado al lado de un hombre tan perfecto, bueno al menos en el cuerpo.
Me levanto con cuidado para no despertarle y tomo una bata de franela de color negro, muy elegante, que él consideradamente me ha dejado al lado en una silla en algún momento de la noche y salgo de la habitación para ir a la cocina por un vaso con agua ya que muero de sed. Atravieso la sala casi en puntas para no hacer ruido, ya que temo que el hermoso suelo de madera cruja y voy hacia esa hermosa y bella cocina que tiene. Parece ser que a Quentin les gustan los espacios grandes, ya que la que está en su caba
[Isabel]Al llegar a la habitación, Quentin me ayuda a poner mis pies sobre el suelo.―Ahora vengo Isabel, si quieres comienza a ducharte, olvidé algo en la sala― Me dice.Me da un beso sobre la frente, luego toma mi rostro y me da uno sobre los labios que me hace sonrojar.―Las toallas están dentro del baño en las repisas.―Gracias.― Le agradezco y luego como se da la vuelta y sale de la habitación.Entro al baño, prendo la luz y voy a la ducha para abrir la llave. Después regreso frente al espejo del baño y comienzo a admirar mi cabello lacio antes de que se vuelva ondulado, ya que la chica del salón me dijo que al tocar el agua se perdería el efecto porque no le pedí que fuera permanente. Me quito la playera que me prestó y veo mi cuerpo desnudo y sonrío al acordarme de todo lo que pasó anoche y
[Isabel]—¿Siempre fuiste así? — Le pregunto a Quentin mientras yacemos recostados en la cama envueltos en las sábanas.—Así ¿cómo?—De... ¿intenso? — Pregunto un poco sonrojada.—Me gusta el sexo ¿ a ti no? — Pregunta como si nada y sólo me cubro más con la sábana.Al parecer Quentin está cumpliendo su palabra y el hombre tímido, malhumorado y con ojos de tristeza ha desaparecido. Él se mete debajo de las sábanas y ve mi rostro.—No era tan así, tú me haces así, me provocas que
[Isabel]Después de horas besándonos y platicando en la habitación, por fin logramos salir de ésta para dirigirnos a nuestro café favorito, el que ahora se ha vuelto nuestro cuartel para ir y disfrutar unos deliciosos croissants y beber ese rico chocolate con crema batida que ha sacado una que otra risa cuando nos batimos con ella en los labios.Quentin como siempre tan gallardo, me toma de la mano mientras caminamos por la calle hacia el café, mientras siento que todas las miradas están sobre nosotros. No sé si se debe a que él es guapísimo y ahora en segundo aire lo está más, o porque nos bajamos de un carro último modelo que él mismo decidió manejar, así que sin preguntarme mucho, me dejo llevar y sigo sus pasos mientras él entra seguro a la boquera para ir
[Isabel]Comprar para una cena de Noche Buena, en plena Noche buena, ha sido la locura más grande que se me hubiese ocurrido, no sólo por las calles abarrotadas de carros y con las tiendas llenas de gente haciendo las últimas compras, si no por que la comida se vuelve una hazaña difícil de encontrar y la mayoría de las cosas están agotadas.Sin embargo, el menú que Quentin tenía en mente para nuestra cena improvisada fue de lo más sencillo, por lo que no fue tan difícil encontrar las cosas y mejor nos enfocamos en ver otro tipo de cosas, como el vino que tomaríamos y el postre que se nos antojaba comer para después.Cuando compramos todo, subimos al auto e hicimos una parada final en los edificios donde vivo, ahí hice una peque&n
[Quentin]Suena la alarma, la pago, me levanto de la cama y voy hacia el armario para tomar la ropa deportiva y bajar al gimnasio a hacer ejercicio, hoy tocan burpiees así que mientras escucho las noticias financieras, nacionales e internacionales me dedico a salta, caer sobre mis brazos hacer una lagartija y volver a subir. Parece ser que los festejos de Navidad me han pasado cuenta porque me siento más pesado, pero no me puedo resistir a la deliciosa comida que Isabel me hace.Termino de hacer solo setenta de los cien que siempre hago, nada mal, creo yo, así que antes de que empiecen las noticias de espectáculos salgo del gimnasio y me preparo para mi día. Esta vez no reviso correos ni los mensajes de Vivianne, si no que llamo inmediatamente a Isabel que ha pasado lejos de mí por motivos familiares. [Quentin]Después de salir de la oficina, voy directo a mi piso para cambiarme de ropa y ponerme otra más cómoda pero elegante, aprovecharé para volver a repasar el plan de hoy y cuando supongo que todo está en su lugar, salgo de ahí para dirigirme al edificio de Isabel.El recorrido hacia allá se me hace lento, bastante, pero quiero pensar que tal vez es la emoción de que la veré de nuevo después de unos días y que ahora con ella me siento como adolescente enamorado que no puede pasar muy lejos de su amada. Debo admitir que cuando ambos colgamos por la noche siento esa sensación de vacío que me hace pensar ¿por qué ella no duerme conmigo a mi lado? ¿por qué no puedo despertar y ver sus ojos? ¿Por qué se tiene que ir? Aunque supongo que por el moNuevos inicios (2)
[Isabel]La mudanza sucedió, pero no al lugar donde yo pensé que pasaría, si no a un hermoso y elegante piso de dos plantas que Quentin por el momento me prestó para poder tener mi empresa y mi hogar cerca. La verdad no sé qué pensar, como es que todo está sucediendo tan rápido y sin que yo pueda controlarlo ¿Cómo pasé de ser sólo una nutriologa con aspiraciones a chef a la dueña de un negocio? ¿Cómo pasé de vivir en los edificios más alejados y baratos de la ciudad a vivir en este elegante lugar? Y lo principal ¿cómo es que Quentin Valois se enamoró de mí? Sí, dije que estoy no podía ser un cuento de hadas pero así parece, cada vez que lo veo siento que estoy viviendo en un libro y en el cual las páginas se van escribiendo día a día. Mi historia era fácil y mucho, a
[Isabel]Caminamos lentamente hasta la entrada del edificio y después nos dirigimos al salón que se encuentra en el primer piso de éste. Me tomo fuerte del brazo de Quentin para sentir un poco más de seguridad y al llegar a la puerta Vivianne nos recibe sonriente.—Buenas noches Señor Valois, Señorita Osher.—Dime Isabel.— Le recuerdo como siempre lo hago cuando salimos juntas.—Te ves hermosa Isabel.—Muchas gracias, tú te ves guapísima, el vestido te queda increíble.—Al igual que el tuyo.— Me responde y Quentin sonríe al ver que somos tan buenas amigas.Los tres entramos y de pronto las miradas están sobre nosotros. Sé que Quentin me dijo que desde hace mucho tiempo no venía a estos eventos, por lo que es normal que lo observen, pero también