Capitulo 2

Llegar al casino fue pan comido, Mathias se sabía las rutas más rápidas para llegar a su destino sanos y salvos, como siempre fueron la sensación al llegar, desde que pusieron un pie dentro del club las mujeres no paraban de restregarse descaradamente en nosotros, el fastidio que le provocaron a Darren fue grande

—Señoritas, estamos aquí por negocios podrían dejarnos por ahora, es hora de trabajar

—Que lastima queríamos pasar el rato con ustedes

—Sera en otro momento bellezas, no desesperen

—Tan amable y galante como siempre señor Gómez

Las perras al fin se fueron y logró llegar al lugar destinado a la reunión de última hora que lps vejetez convocaron

—¡Señor Ferrara! Es un milagro tenerlo por aquí y aún más un placer que haya venido, trajo a su perro guardián

—Sera mejor que cuide su vocabulario señor………? De lo contrario “mi perro” lo morderá hasta matarlo, y lamento decirle que no lo defenderé

 El hombre trago en seco y sus siguientes palabras fueron más……amables

—Me disculpo señor Ferrara, no era mi intensión ofenderlo

—¿Sabes cuantas personas han dejado de existir por esa razón? Es mejor que pienses un poco antes de hablar

—Lo tendré en cuenta señor Ferrara

—Acabado este pequeño inconveniente, demos inicio a la reunión de hoy

 Empezo habalndo el viejo que la iba a dirigir.

—Darren es mejor que tengas los ojos y oídos bien abiertos

—Lo tendré en cuenta Mathias, esto no me cuadra. Hasta ahora no se ¿Cuál reunión se celebrará? se supone que es la fecha de la subasta ¿O no?

—Si señor Ferrara, sin embargo, aconteció algo………penoso al extremo y se convocó a una sesión extraordinaria de emergencia, me disculpo porque no le llego el mail

—¿Qué eso penoso? ¿Qué paso? Aun no das una buena explicación para que esté perdiendo mi tiempo contigo en vez de estar viendo traseros y tetas

—Murió mi padre, el señor Hoffman, ahora me hare cargo de todos sus “negocios” No sé qué es lo penoso del asunto

—Señorita Hoffman es una sorpresa que haya podido venir, en un momento tan sensible para su familia, la acompañamos en su dolor

—Estoy aquí porque soy una persona responsable, lo de mi padre no tiene nada que ver conmigo, presente su dolor y sus respetos a su familia, yo no tengo nada que ver con ellos

—Lamento si la incomode señorita Hoffman

—Pierda cuidado y prosiga estamos ansiosos de empezar la subasta

Desde que esa mujer llego la mente de Darren divago en tantas escenas (En todas las escenas esa mujer gemía muy fuerte su nombre) Eran poco “decentes” por así decirlo, ese cuerpo de reloj de arena, piel lechosa, trasero de infarto y tetas a la medida justa era lo que andaba buscando y no sabía, era exactamente la medida de lo que necesitaba, sin embargo, esos ojos azules como el océano y esa cabellera roja, fueron su perdición

—Señor Ferrara, señor Ferrara ¿se encuentra bien?

Escuchaba a alguien llamarlo desde lejos.

—Disculpen me perdí en mis pensamientos

—¿Qué te está pasando Darren? ¿Un culo te puso en ese estado?

Mathias le susurro por lo bajo riendo ante tal escena

—No un culo Mathias, ese culo y no sabes cómo me tiene, mi verga duele de tanto palpitar dentro de este puto pantalón

—Señor Ferrara lamento interrumpirlo ¿Cuál es su respuesta?

Quedo en blanco mirando a Mathias.

—Discúlpeme un segundo estamos discutiéndolo

—Preguntaron si estás de acuerdo que el culo que te tiene mal sea parte de la directiva, como remplazo del señor Hoffman

Miro al viejo, que no quitaba los ojos de encima a ellos

—No tengo ningún problema mientras pueda cumplir con sus obligaciones dentro de la “asociación”

—Al parecer la quieres cerca Darren.

Mathias le susurra al oído con picardía

—Tal parece que es verdad, la quiero desnuda en mi cama y gimiendo mi nombre con lágrimas de placer rodando por su cara

—Esa mujer está fuera de tus ligas, se nota que es difícil de conquistar

—Eso lo hace mejor, mientras más difícil, más entretenido lo fácil aburre pronto

—Te entiendo, tienes razón en esa parte Darren

—¿Ya termino esta porquería Mathias? Necesito meter mi verga en cualquier puta o voy a sufrir un colapso por la falta de sexo

—Falta poco para que termine y empiece la subasta, Naomi escribió ya está en los camerinos arreglándose

—Eso es perfecto, antes de ofertarla debo usar la mercadería y darle el visto bueno. "Mero desfogue"

—Me parece bien Darren o esa bestia, dije señalando su entrepierna, no nos dejara en paz y eres un fastidio cuando no te satisfacen, pareces una mujer en sus días difíciles

—Tampoco es para tanto Mathias, ya exageras

—Puedes preguntar a la oficina completa, eres tan intolerable en esos días

—Aclarado estos puntos termina la reunión, señorita Hoffman debe quedarse para terminar con el papeleo de sucesión

—Está bien, daré indicaciones a mi secretario. No puedo dejar de brindar mi “aporte” en dicha subasta, traje unas cuantas sorpresas

—Lo entiendo señorita Hoffman puede ir

Sin esperar a que digan una palabra más, se levantó y casi corrío a buscar a Naomi, la cara se ilumino cuando de lejos la vio ¡La encontré! Se acerque a ella entrando como rayo a su camerino, tiro de sus brazos y la acomodó encima de una mesa, sin esperar se hundí en ella sin piedad, no era lo que su cuerpo pedía, pero serviría por el momento

—Esto te costara el doble, eres un animal Darren, más despacio

—No me importa el costo, necesitaba un hueco donde meter mi verga y yo lo hago como a mí me plazca, te estoy pagando por este servicio

—¡Te he dicho alguna vez que eres un patán insufrible! Darren Ferrara por favor, ve más lento

—Te han dicho laguna vez que eres una puta que ya no satisface. Repetío sus palabras

—¡Idiota!

—Eso no lo niego, soy un idiota en todo sentido.

Termino de decirle mientras profundizaba el vaivén de sus caderas

—Todo bien por aquí, bella Naomi al fin te encuentro, pero……… ¿Que te paso?

—Pregúntale a la bestia de tu amigo

Habló la mujer con fastidio

—¿Qué le hiciste Darren?

—Nada del otro mundo

Comento limpiando su verga con una toallita húmeda, como si nada hubiera pasado

Es una exagerada que no aguanta nada

—¡Eres estúpido Darren Ferrara! No sé por qué sigo ayudándote cuando me llamas

—Yo si lo sé, te pago muy bien por tus servicios y eso hace la magia

—¡Imbécil!

—Siempre tan sutil con las mujeres Darren

Hablo Mathias metiendo sus manos en los bolsillos

—¿Sabes que estuviste a punto de dañar el negocio?

—Eso no va a pasar. Esa mujer no se iba a arrepentir, con su sueldo de recepcionista barata de hotel, no puede cubrir sus gastos de rica

Suspiro frustrado, Darren nunca cambia.

— Algún día te va a llegar alguien que te hará sentir tan vulnerable, como tú haces sentir a la gente

—No existe esa persona Mathias

—¿Eso es lo que crees Darren?

—No Mathias, es así como son las cosas

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