El telón se levantó revelando un escenario de fondo de un bello castillo alto de color blanco con techos rojo, inmediatamente se escuchó el eco de unos pasos dejando ver que un joven rubio de cabello corto y ojos azules, el cual vestía un smoking azul rey, con camisa blanca ligeramente desabotonada, con zapatos negros, el cual tenía un pequeño micrófono puesto cerca del cuello de su camisa y tenía agarrada una rosa roja en su mano derecha; este joven se paró en medio del escenario y empezó a narrar, al mismo tiempo que detrás de él se empezaban a proyectar algunas imágenes e igual se empezaba a escuchar una música lenta de piano para acompañar sus palabras:

“Erase una vez en una tierra lejana, un joven príncipe vivía en un hermoso castillo… aunque tenía todo lo que pudiese desear el príncipe era: malcriado, egoísta, poco amable…

Una noche de frio invierno una vieja mendiga llego al castillo y le ofreció una sola rosa a cambio de refugio contra le cruel frio… repugnado por su aspecto