La luna llena ilumina el campo de batalla mientras las fuerzas de Dante y Elijah chocan en un rugido ensordecedor de metal, garras y magia. El aire está cargado de tensión, y cada movimiento se siente definitivo, como si el destino del mundo pendiera de un hilo. Guerreros de ambas manadas se lanzan al combate, guiados por la desesperación, la esperanza y la necesidad de supervivencia. No hay vuelta atrás. Este es el final. Dante y Scarlett avanzan codo a codo, una fuerza imparable en medio del caos. Scarlett canaliza la poca magia que le queda, agotada pero decidida, mientras Dante lucha con una intensidad feroz, su fuerza guiada por el deseo de protegerla y poner fin al reinado de Elijah. Juntos se abren paso entre las filas enemigas, cortando, bloqueando y esquivando cada ataque. La coordinación entre ambos es perfecta, casi como si sus almas estuvieran conectadas por algo más fuerte que la guerra. —Estamos cerca, Scarlett. No te rindas ahora, —gruñe Dante mientras esquiva un gol
El aire es denso, cargado con el olor del metal, el sudor y la magia desgarrada. Elijah está frente a mí, su respiración pesada, su cuerpo envuelto en la sombra que se retuerce como una serpiente viva. Mis músculos arden, cada herida en mi piel es una promesa de lo cerca que estuve de morir, pero sigo en pie. No puedo caer ahora. No después de todo. Elijah sonríe, con la seguridad de un monstruo que nunca ha conocido la derrota. —¿Realmente crees que puedes salvarlos a todos, Dante? —su voz es un veneno. Cada palabra cala en mi mente, intentando hacerme dudar—. Todo lo que amas terminará destruido, igual que tú. Mi cuerpo tiembla, pero no por miedo. Por rabia. Siento el peso de mis decisiones, el sacrificio de Marcus, la desesperación de Scarlett y la responsabilidad que llevo como Alfa. No puedo fallar. Me lanzo hacia él con todo lo que me queda, las garras abiertas, la sangre corriendo libremente por mi piel. Elijah conjura una lanza de sombras y la dirige a mi pecho. El choq
La brisa fría acaricia mi rostro mientras el sol se alza en el horizonte, un amanecer que marca el fin de la guerra y el inicio de algo nuevo. Elijah está muerto. Lo hemos derrotado, pero a un precio más alto del que esperaba. La victoria sabe agridulce cuando pienso en Marcus y en los otros que cayeron para que hoy estemos aquí.Respiro hondo, tratando de liberar el peso de la magia oscura que me oprimió durante tanto tiempo. Por primera vez en meses, me siento realmente libre. La conexión que Elijah había intentado forjar entre su poder y el mío se ha roto. Ya no hay cadenas invisibles tirando de mi alma, ni sombras acechando en los rincones de mi mente. Es como si un velo se hubiera levantado y el mundo brillara con colores más intensos.Dante se mueve a mi lado, apoyando una mano firme en mi espalda. Sus ojos, oscuros como la noche, me observan con una intensidad que me da paz. Aún está herido, sus movimientos son lentos, pero su espíritu sigue intacto. Me recuesto ligeramente sob
Narrado por Dante El aire está cargado de tensión, y cada respiración pesa como una amenaza inminente. Sé que la paz que hemos anhelado aún no ha llegado. Algo se siente mal en el viento, en los movimientos inquietos de los guerreros a mi alrededor. La batalla debería haber terminado, pero no lo ha hecho. Una sombra persiste. Entonces Marcus se me acerca con el rostro tenso. —Tenemos un problema. Elijah sigue vivo. Está planeando un último ataque. La noticia se clava en mi pecho como una daga. Sobrevivió. No sé cómo logró escapar de nuestro enfrentamiento anterior, pero no importa. Si nos ataca por sorpresa, esta vez no habrá margen de error. Scarlett aparece a mi lado, sus ojos cargados de preocupación, pero su expresión es firme. Está tan exhausta como yo, pero en ella no hay espacio para la duda. —Sabía que no iba a rendirse tan fácilmente —dice con amargura, y su voz no tiembla ni una vez—. Está reuniendo a los restos de sus fuerzas. Debemos actuar antes de que sea dema
Narrado por DanteEl humo de la batalla aún flota en el aire cuando la figura de una mujer emerge de entre las sombras del bosque. Esbelta y silenciosa, parece deslizarse entre los árboles como un espectro. Lleva una capa oscura que apenas revela su rostro, pero su presencia irradia un poder que me pone en alerta al instante.—¿Quién eres? —gruño, dando un paso al frente y posicionándome entre Scarlett y la recién llegada. Mi mano se aferra al mango de mi espada, listo para cualquier amenaza.Ella levanta las manos con calma, como si hubiera esperado mi reacción. Sus ojos, dorados como la miel, se fijan en los míos sin miedo. Es extraña, pero hay algo familiar en su mirada, como si compartiera un secreto con nosotros que aún no entendemos.—Mi nombre es Luna —dice con voz tranquila, pero firme. Hay un deje de sabiduría en cada palabra, como si hubiera vivido más de lo que aparenta—. He venido a ayudarlos.—¿Ayudarnos? —repito, incréd
Narrado por DanteLa atmósfera es tensa, cargada de una anticipación que casi se puede tocar. Mientras nos preparamos para el ataque, el sonido del viento entre los árboles es un recordatorio inquietante de que Elijah está al acecho. Mis guerreros están listos, alineados detrás de mí, y el fervor de la batalla arde en sus ojos. Sin embargo, algo en el aire sugiere que el tiempo se nos agota.De repente, un grito desgarrador rompe el silencio. Mi corazón se acelera y me giro hacia el campamento, donde veo que las sombras se despliegan rápidamente. Elijah ha hecho su movimiento antes de lo esperado. Estaba seguro de que tendríamos más tiempo, que podríamos ser nosotros quienes decidieran el momento del ataque. Pero la astucia de Elijah es temible; no puedo subestimar a un enemigo que ha estado operando en las sombras tanto tiempo.—¡A las armas! —grito, mientras la manada comienza a entrar en acción. El sonido de espadas desenvainadas y el crujido de la tierra bajo los pies resuena como
Narrado por DanteLa oscuridad se cierne sobre el campo de batalla, un manto pesado que se siente como un presagio de lo que está por venir. Mientras mis guerreros luchan valientemente contra las fuerzas de Elijah, el peso de la responsabilidad se cierne sobre mí. Mi mirada se fija en la figura oscura de Elijah, quien se erige como un gigante entre la confusión, su risa burlona cortando el aire como un cuchillo afilado.—Dante —dice Elijah, su voz un eco frío que envuelve el entorno—. Siempre fuiste el héroe. Pero esta vez, no habrá escapatoria.Cada palabra suya es un veneno, y aunque el miedo quiere apoderarse de mí, la determinación late en mi pecho como un tambor de guerra. Con cada paso que doy hacia él, siento que la tensión en el aire se incrementa, una energía palpable que nos envuelve. Siento el peso de los ojos de Scarlett en mí, su fuerza interior resonando a través de nuestra conexión.—¡Ven a pelear, Elijah! —grito, desenvainando mi espada y sintiendo su peso familiar en
Narrado por ScarlettEl campo de batalla yace en un extraño silencio tras la confrontación. Mi respiración es entrecortada, y el agotamiento se siente como un peso que arrastra cada uno de mis pasos. Pero antes de que pueda descansar, Luna aparece entre las sombras, su figura envuelta en una calma que me desconcierta.—Scarlett —su voz es baja, pero hay algo en su tono, una urgencia que me atraviesa—. Es momento de que descubras quién eres realmente.Me quedo mirándola, aturdida. Su expresión revela una verdad que parece haber guardado por mucho tiempo. Me toma de las manos y, al instante, siento una oleada de energía antigua, una conexión que trasciende las palabras. Hay algo en ella que me resulta familiar, como si siempre hubiera estado esperando este momento.—Luna, ¿qué me estás diciendo? —mi voz es un susurro, y mis dedos tiemblan en sus manos.Ella sonríe con una mezcla de tristeza y orgullo.—Pertenecemos al mismo linaje, Scarlett. Eres descendiente de una antigua línea de san