Por Gastón

Llegamos juntos y abrazados al cumple de mi sobrina, antes le reclamé a Delfi, no quería que le compre nada, ya lo había hecho yo y somos pareja, pero ella también le compró un regalo.

Estábamos con Camila, quién no se bajó de los brazos de mi novia, hasta que vio el pelotero.

Me acerqué hasta una de las chicas que cuidan a las criaturas y le dije que le preste más atención porque es más chiquita que el resto de los niños, era obvio, pero no está demás recalcarlo.

Mi madre, cuando vio a Delfina, la abrazó y la besuqueo muchísimo, no dejó de halagarla y decirle lo feliz que estaba con nuestra relación.

Mi padre también la saludó, menos efusivamente que mi madre, pero muy contento.

Mi hermana y mi cuñado enseguida charlaron con ella, Roxana le pregunto a Delfi por su hermana, nos dijo a ambos, que habían sido compañeras en la escuela primaria, yo no estaba muy seguro, solo me parecía porque tenían la misma edad y eso sucedió hace muchos años atrás, porque mi hermana tiene 35