Isabela

Isabela.Conduje durante veinte minutos antes de regresar por Sergio, el cual estaba caminando cuando lo encontré, ya llevaba casi dos kilómetros. Aparqué y bajé del auto. Sergio me abrazó y reconoció que era un error quedarse, pero, también lo era dejarla ir por razones egoístas.Todos le habían explicado que no había un daño irreparable, pero tendrá dificultades para hablar o moverse al despertar. Su cuerpo había sufrido mucho a causa de la embolia y los años en coma no le hacían nada bueno a sus capacidades motoras.Sergio lloró como un niño pequeño. Le abracé con fuerza mientras lo hacía porque viví por años con una persona que actuaba como si no impórtate mi esfuerzo, simplemente hacía lo que quería, sin importar las consecuencias o el dolor queme causaba a mí y a mi familia.Regresamos al auto y Sergio se quedó dormido rápidamente. Los siguientes cincuenta minutos de viaje fueron muy fluidos, me encontré con una maravillosa vista del mar y el ciel

Sergio

Isabela y yo podemos renegar todo lo que queramos de tener hermanos pequeños, pero, son lo más divertido. Hoy después de recibir besos y abrazos con dobles intenciones por parte de mis primos, finalmente pudimos ir a practicar surf de remo con los chicos y verlos caerse tiene su magia, pero, verlos intentar con toda esa determinación tiene mucho más gusto.Vi a Franco con su hija entre los brazos, preocupada por el golpe que se había llevado contra el agua. Como si fuese el primer bebé en caer dentro de agua. Samuel me rodeó los hombros con su brazo y me dijo:—Quiero ser papá.—¿Priscila lo sabe?—Voy a cambiarle las pastillas por vitaminas y follármela, como los hombres de antes —Los dos reímos. —Sí, lo sabe y no es el momento, o algo… no está lista.—Nunca he escuchado a Pri decir que quiere ser mamá.—Yo tampoco, pero, la veo con mis hermanas o sobrinas. Mira, como tú mirando a Franco. ¿Te digo lo que mi papá diría? —preguntó

Sergio

Siempre estoy emocionado porque se metan en mi vida de mil quinientas maneras diferentes, sin embargo, Isabela es un tema que no quiero hablar con nadie, por un lado, entiendo lo que ella dice no puedo hacerla feliz cuando ni siquiera he podido avanzar en mi vida amorosa y no quiero dejarla ir cuando estoy todo el tiempo pensando en ella, en que sea mía nuevamente. En un futuro que no se si quiere, la deseo y la amo.Ese es el problema, que sé con claridad que con Isa no es un fin de semana o unas vacaciones, es para toda la vida, pero, en el momento en el que vaya por ella tengo que dejar ir a Arabela y no sé cómo, no soy quién para quitarle la vida.Cuando tocamos tierra de vuelta. Isabela está caminando sin zapatos, en un vestido azul que realza sus ojos y con una sonrisa tonta en la cara mientras se despide de Grant.Pablo me golpea la espalda y me dice:—Ya en la tercera cita le pide matrimonio, te lo juro.Todos se van al interior de la c

Isabela

IsabelaMi boca a veces me compromete, por ejemplo en el momento en el que dije lo de eyaculador precoz supe que rea una grosería, sobre todo, después de haber contado la experiencia de estar uno en la adolescencia con ganas de demostrar lo rebelde que eres. Así que conquisté al capitán del equipo de básquetbol, que es guapísimo, inteligente, tiene un futuro brillante por delante y tengo que darle los puntos: besa excelente, 15/15 y estaba un poco obsesionado con mi pelo. Estábamos en eso de retomar lo que no hicimos en el coche porque mi papá llamó a la grúa para que se llevaran el auto y al dueño del frente de nuestro edificio, nos besábamos en el cuarto de closet del conserje. Cuando me pidió el favor de acabar con lo que había iniciado en la noche, como si no hubiese pasado pajeándose durante toda la noche, en fin le ayude, con todos los tutoriales que encon

Isabela

Isabela

Le digo a mi papá que ya voy, que tengo llave, aunque es mentira. Mi papá está llamando y Sergio me da un beso corto antes de irse a hacer ejercicios a otro lado. Salgo de la cama y voy hacia la puerta, están mi papá, mis hermanos y mi madrastra la cual tenía una cobija sobre los hombros y no se veía complacida.—Se va a poner el sol, tenemos que apurarnos —dice Alexa que está encima de los hombros de papá, su hermana está abrazada a Santiago y Bash tiene cargados a mis dos hermanos.—¿Cuál es el código de vestimenta?—Así, como vas —dice mi madrastra y abre la cobija para nosotras, todos vamos intentando ser lo más silencioso del mundo, en la playa mi papá ya tiene varias camas pegadas para que veamos el amanecer, Julianne se acuesta a su lado y los más chicos a sus pies, Santi está del lado de mam&aac

Isabela

Mis primos comenzaron a abuchear, reír y hacer bromas.—Les voy a decir una cosa: no vayan por alcohol para la peda y traen cerveza light, ¡¿qué putas es eso?! Y sepan que yo sí voy a ir a tomar, bailar y perrearme la pista y todo lo que se ponga porque yo estoy soltera y cuando estaba casada mi marido me dejaba. Yo no estoy dando de mamar, no necesito los espermatozoides buenos de ninguno de los presentes, así que me cuentan si vienen conmigo o si nos vamos a lugares separados.—¿Pero... por qué no puedes ir de fiesta normal?—preguntó Franco y todos rieron.—Mi amor, yo estoy aquí en una fiesta con mis hermanos pequeños y puedo ponerme a bailar y todo, pero, a mí no me lleven a una discoteca y NO pretendan que me comporte como en la iglesia.Pablo me cargó sobre sus hombros y anunció:—Isabela y y

Sergio

Cenamos en casa y no sé por qué Isabela en específico tarda tanto en alistarse. Estamos todos sirviéndonos y esperamos a que la reina Isabela esté lista. Milena va por ella y todo empeora porque ahora tenemos platos con comida que no podemos disfrutar por educación a las mujeres ausentes.Mi tío Cash nos pregunta si somos tan tontos como para pensar que Mily e Isabela van a regresar rápido, por lo que todos reímos e iniciamos a cenar. Isabela está preciosa cuando sale por la terraza, trae el pelo ligeramente ondeado. Un maquillaje natural según lo que Mily me ha explicado de los tipos de maquillaje, pero, con un poco de dorado en sus párpados que hace relucir el color de sus ojos, además el vestido, es una especie de látex que se ajusta a la perfección a sus curvas y deja desnudas algunas partes de su abdomen y casi todas sus piernas. Mientras se sirve e ignora el grito al cielo de su padre, reconoce que le hace falta unas pestañas, pero se las pone en el carro.