Xander es un personaje, tiene un poder enorme, su música llega a países que no hablan ninguno de los idiomas que él, pero, la gente corea sus canciones y las disculpa sin entender por completo lo que dicen, pero lo disfrutan y él adora esa atención y ama los viajes, mezclarse con la cultura, pero mi esposo es un adicto y los cambios de rutina no son buenos para él, ni las personas con muchas ganas de divertirse o los que le regalan la droga porque es Xander.
Al principio pensé que era solo marihuana y no soy fan del olor que deja, pero, le quiero y le ayudaba a dormir y pensé que era mucho mejor a que anduviese sin dormir o bebiendo licor como un loco. Luego me decepcioné cuando nos fuimos de gira por el mundo y no era solo marihuana o el alcohol, el vicio también dejó de ser social y se convirtió en algo diario, por último entraó a nuestras vidas las pastillas de éxtasis y cocaína. Xander y yo hemos ido a terapia; individual y en pareja, le he enviado a rehabilitación he intentado, pero, todas las personas con título, los que le conocen, los que le admiran y aman saben que Xander no debería volver a los escenarios. Lastimosamente hemos pasado ya ese punto en el que quiere pedirme perdón y hacer todo lo que le digo y está en esa fase en la que quiere volver a cantar y tampoco se conforma con grupos pequeños de gente. Hoy empieza mi papel como dulce esposa y no quiero pensar que no le estoy dando a Xander lo que quiere, pero, es difícil apoyar algo que puede acabar con mi esposo.—¿Dónde está Xander? —pregunté a su nueva representante porque me ha despedido para poder hacer con libertad lo que se le da la gana. Ella se encoge de hombros y me quedo mirándola seria.
Quiero ahorcarle con mis propias manos porque si no puede manejar encontrar a mi hijo en un espacio seguro, que es su casa, no entiendo cómo lo maneja en espacios enormes y llenos de gente.
No es mi hijo, es mi esposo y no es mi responsabilidad es la suya, me lo repito mientras lo busco. Sigo caminando por casa en busca de mi esposo, lo busco por todo el lugar hasta que le encuentro en el baño alistándose.
—Bella, mi amor —dice y corre a saludarme.
—Xander—respondí y le acaricié el rostro. —¿Estás seguro?
—Estoy seguro de lo que hago. Has estado en los ensayos, Bell. La música es vida. La música sana y es mi pasión si sigo un mes más encerrado me mato. —Atentamente mi marido. —No pongas esa carita.
Xander se acerca y me da un beso, luego me abraza y yo suspiro. —No quiero hacerte prometer que no vas a usar drogas porque eso deberías hacerlo por ti. Lo que quiero pedirte, mi amor, es que te detengas cuando sientas que no das más.—Yo prometo detenerme antes de siquier estar cansados y tú prometes valorar ser la mamá de mis hijos.
Me quedé seria y le aparté.
—He sido tu mánager, la mayor parte del tiempo tu mamá y tu esposa. No estoy lista. Tú deberías valorar por una vez Xander hacer algo por mí. Porque yo dejé a mi familia, yo me mudé contigo, yo te he metido en centros de recuperación. Limpio los desastres; te limpio el culo y la vomitada. Calmo a la prensa y elijo creer que con las zorras que te encuentro no pasa nada y si pasa doy una mirada al otro lado. Y a pesar de todo rezo porque estés bien porque decidas quererte y quererme.
Xander insistió, pero me encerré en el armario. Él se fue a su concierto y yo
preparé las maletas, las alisté y llamé a mi papá. Me dijo que en unas horas estaría en casa por mí, estaba haciendo negocios en Nueva York y de ser necesario volaría por la ciudad para recogerme, mi papá me había pedido encarecidamente que lo dejara. Tomé mis cosas y bajé a conversar con el abogado en común y le expliqué que me iba y cuáles eran mis no negociables en el divorcio.
—Isabela, le dijiste que te ibas.
—No, Xander va a intentar convencerme.
—Alguien le ha dicho ha dejado el concierto y está de camino.
Un auto estacionó en frente y mi papá se acercó corrió hacia mí y yo me acerqué a él atormentados por la vergüenza, por aguantar, por las humillaciones que permití y por intentar curar a una persona que no quiere sanarse.
—Isa, yo arreglo con los abogados.
—Solo quiero que nos vayamos.
Xander entró como un loco a la casa.
—¿A dónde vas?
—Xander, estabas trabajando.
—Tú eres lo único que tengo. Lo único que me importa, ¿por qué te vas isabela?
—Estás colocado y tienes que preguntarlo—respondió mi padre.
—No te vayas, no voy a cantar, solo voy a estar aquí en casa y voy a ser tu esposo y vamos a tener un hijo
—No—respondí mientras lloraba. —Ya no puedo más y no puedo quitarte la música, no quiero estar triste porque estás con otra o desaparecido. Me estás matando, Xander.
—Perdón, nena.
—Nos estás fotografiando, Xander—Dije con lágrimas en los ojos.
—Solo esta vez. Es la última vez. Haré lo que dijiste, voy a ensayar grupos, enfocarme en la disquera y en nuestra familia.
—¿Sabías que me echaron de una campaña por tu culpa? Porque mi marido es un drogadicto que se folla bailarinas demasiado jóvenes y se escapa de centros de rehabilitación. Acabaste con mi reputación, con mi vida.
—Mi amor no necesitas un trabajo.
—Yo quiero un trabajo, Xander —grité y mi papá se acercó a mí y se puso en medio.
—Yo te amo a ti.
—Te juro que te voy a destruir—prometió mi papá.
—Isa, Isabela, mírame. Si te vas a ir, mírame. Abrázame una sola vez. Solo abrázame.
—¿Qué te metiste, Xander?—pregunté. —Revisen el carro. ¿¡Dónde está chofer?!—grité. —¿¡Alexander, qué te metiste!?—grité mientras le inspeccionaba.
Xander me abrazó y pidió perdón.
No importó lo rápido que nos moviéramos, mi esposo convulsión, cuando se detuvo yo hice RCP por casi veinte minutos y obligué a mi papá a hacer lo mismo, a los empleados y los emergencistas que llegaron tarde, tampoco pudieron hacer nada.
Mi esposo se suicidó.
Para más de cincuenta millones de seguidores y fanáticos al rededor del mundo, siempre seré la culpable.
Mi papá ingresó a la carpa en la que me estaba arreglando, me sacó de mis pensamientos, mi mamá sonrió y le dio una mirada a mi papá antes de que se acercara y me diera un abrazo largo y cálido.—Te ves muy guapo—dijo mi mamá y le dio un beso en la mejilla a papá.—Gracias, tú estás más guapa que nunca.—Soy la mamá del novio —Dijo le acomodó la corbata. —Mi amor, si no estás seguro, Sergio, están demasiado jóvenes y han pasado demasiado tiempo en vidas separadas, qué tiene de malo vivir juntos mientras pasan el embarazo y en un par de años se casan.—Mamá, en serio no entiendo desde cuándo te cae mal o por qué está molesta con Arabela.—Arabella es lo suficiente mayor como para recordar y saber tomarse la pastilla, e
Cuatro años antes de la candidatura. La gente cree en lo que quiere creer.Yo pasé un mes internada en un retiro de rehabilitación mental porque vivir con una persona autodestructiva por diez años te destruye. Yo me aburrí de la paz y como diría mi psicóloga, estoy acostumbrada a la guerra constante. La mía es una guerra emocional, la de esta gente es una guerra real, en la cual un día te despiertas y lo que conoces como vida deja de ser vida, se convierte en un recuerdo, entre cenizas, muertos y huidas.A veces me resulta incluso poético y eso me recuerda la importancia de mantenerse en contacto con Dios al que no le hablo desde la primera vez que mi esposo tuvo una sobredosis y con un psicólogo como mínimo. Mi familia tiene razón, a mí me sobran razones y excusas para estar internada, pero soy una loca divertida. Y anoche llegó un regalo de mi
Todos tenemos una forma diferente de ver las cosas, yo soy el segundo hijo de cinco. Mi hermana mayor y yo tenemos una diferencia de cuatro años de edad y otra de género y los dos que siguen después de mí son gemelos y son varones, once años de diferencia y por último, tres años más tarde nació Olimpia, la cual es indudablemente esa hermana goma loca que hace que siempre queramos estar cerca solo para cumplirle el capricho.Isabela, por otro lado, es la mayor de cinco o seis hermanos. La cosa es que el tío Cash, el mejor amigo de mis papás, tuvo un primer matrimonio, y de este, nacieron Isabela, Bash, mi mejor amigo y Santi, luego el tío se casó con Julianne y decidieron tener por invitro a Tuck y Swyer y adoptaron a Gemma y Alexa, así que ella sabe mejor que nadie lo que es ser el hermano mayor de alguien a quien no verás en Navidad.&mdas
Le besé y todo fue diferente, sus labios, sus manos, la forma en la que mi corazón late y lo puedo escuchar y en la que mi cuerpo me pide más, a pesar de la intensidad de las diferencias y de tener la piel erizada. Siento que le engaño, y lo peor, es que pasé de ser la esposa de alguien a la amante de un hombre al que he querido toda mi vida, pero de una forma muy diferente.—Deja de pensar —pidió Sergio.—Yo...—Yo te amo —dijo Sergio y sentí una presión fuerte en el pecho. —Y solo voy a besarte por ahora —aclaro antes de unir nuevamente nuestros labios.Las vacaciones con Sergio son mejor de lo que esperaba, primero porque es irremediablemente fiestero, segundo es la persona más aventurera que hay en el universo, y tercero, es el hombre qué más disfruta que le mimen.Después de ir a conocer casi todo el lugar
Sergio.Isabela es preciosa, no necesitas que esté desnuda para saberlo, puede llevar un batón, puede ir con un pijama viejo o su ropa de ejercicios favorita que suele ser una licra y la camisa más fea del tío Cash. Isa se ve guapísima siempre porque es guapísima. Tiene unos ojos aguamarina, las pestañas y cejas siempre las lleva arregladas, los labios carnosos que la mayor parte del tiempo cubren los dientes más blancos y alineados, es la mujer más inteligente, cariñosa y segura.Puede que Xander la hay roto un poco, pero nunca he temido al trabajo duro. Así que con la polla dura como la tengo tomé la toalla del suelo y la cubrí. Isabela me vio sorprendida y me acerqué más a ella, tanto como para que pudiese sentirme. A pesar de la confusión le di un beso largo y posesivo y no aguanté la tentación de pasar mis manos por. Sus nalga
IsabelaSergio no conoce despacio para nada, después de la primera o segunda vez creo que esa nostalgia desapareció de mí. Sergio se despertó y caminó hacia la piscina de nuestra habitación, se sentó en la orilla y bebió una botella de agua.—¿Quiere ir a correr?—preguntó.—Llevo una hora nadando.Sergio se metió en el agua y se acercó a mí, me dio un beso y le pregunté si quería ir de viaje conmigo en lugar de regresar a trabajar. Sergio rio y me comentó algunos de sus proyectos para el año, así como sus planes para sus próximas vacaciones.—¿Estoy invitada?—pregunté.—Lo estás, definitivo, sobre todo si llevas de estos vestidos de baño sexis —replicó y me soltó la parte de arriba del vestido de ba&nti
Sergio Los siguientes días fueron difíciles para mí, primero porque todos los médicos con los que hablé; infectólogos, internistas, neurólogos y ginecólogos confirmaron que no había nada que hacer por Arabela más que desconectarla y mantenerla con alimento y antibióticos y dejar que ella se recuperara o falleciera. Su familia quería lo último, porque una fácil dejarla ir, pero, la realidad es que es una persona joven que no disfrutó del “futuro por delante” solo porque se embarazó de un idiota. Para ellos era una lucha de todos los días, a veces un movimiento de mano, otras veces una mejora en exámenes o signos vitales y al final del día no había progreso, Arabela parecía haberse ido y en mi caso, Isabela también.Sé que está bien porque Bash me lo ha dicho, pero, n
IsabelaYo amo a mis hermanos así que cuando tengo un problema y quiero aplicar un poco de negación, tomo mis maletas, las suyas y compro un vuelo al lugar más divertido del planeta y hacemos loco.Lo que pasa es que Bash tiene un marinovio y Santiago está pasando por la adolescencia así que a mitad de mi viaje los dos me cancelaron. ¿Qué tienen de malo Miami? ¿Por qué no es suficiente para retener a los hermanos Burwish?Gracias a Dios mis papás tuvieron bebés y después de las 12:00 medio día, después de que el timbre suena, ellos corren lejos de las garras de la maestra y son míos.—Isabela.—Isabelita —sonreí enormemente y me incliné para que me llenaran de besos y arrumacos. Tucker logra casi treparme y Sawyer hace lo mismo desde mi espalda, finalmente los tres caemos al suelo.—Hola…