- Nosotros hemos llegado a las mismas conclusiones, el problema es que el cabecilla del grupo ha pedido cincuenta millones de dólares a cambio de reunirse con nuestra gente.La cara se le quedó rígida, Adam era un empresario de éxito, pero no podía permitirse pagar ese precio sin que su empresa sufriera las consecuencias; en el momento actual estaban inmersos en importantes estructuraciones, y eso sin contar el dinero que mensualmente se veía obligado a inyectar en la casa de la manada, tan sólo para que no se les viniera abajo.Adam hizo un cálculo rápido, y calculó que si no pagaban el bonus de verano a los directivos, podrían asumir el pago del dinero que el cabecilla del grupo rebelde exigía. Aunque más valía que tuviera a su hermano y a Brooke en su poblado, porque le iba a costar una buena discusión con la gente mas importante de su consejo directivo.- Yo asumiré el pago, aunque por supuesto, quiero garantías de que nos guiarán hasta ellos.- ¡Hijo mio! -Exclamó su madre.- Es m
Una vez acabó la reunión en la que quedaron en que saldrían en búsqueda de Miles y Brooke en cuanto hubieran confirmado que los aldeanos tenían información fiable sobre su estado de salud, Sarah se sentía agotada, y terriblemente decepcionada. Puede que hubiera sido una idiota por ofrecerse a acompañar a Adam en aquel viaje, pero ella no era tan ingénua como para creer que serían unas vacaciones, y si de algo estaba segura, es de que hasta ese maldito momento, su vida no había sido un camino de rosas; muy al contrario, se había encontrado con muchas dificultades que tuvo que sortear en cada momento: desde la enfermedad de su hermano, que había truncado muchos de los planes que ambos habían hecho durante sus años de adolescencia, hasta la falta de dinero, que incluso la había llevado a aceptar aquel disparatado contrato para acompañar a Adam a casa de sus padres, y fingirse su prometida.A pesar de lo indispuesta que se sentía, cuando Kara, la madre de Adam le pidió que la acompañara,
Sarah y él no necesitaron decir nada para darse cuenta de que ambos deseaban lo mismo. Sarah despertaba en él un deseo primitivo, que lo encendía, y lo instaba a tomarla con una necesidad y una urgencia que jamás había sentido con ninguna mujer. Y aún peor, era que ya notaba como su lobo gruñía en su interior, instándolo a tomarla.Adam la agarró por la nuca, y sin contemplaciones devoró su boca. Ella gimió cuando sus labios chocaron, pero no debió de importarle, porque Adam sintió como abría sus labios para dar acceso a la lengua del hombre que se abría camino por su boca.Se besaban frenéticamente, tanto que Adam ni siquiera notó como se completaba la transformación de sus brazos, hasta que se dio cuenta de ya era imparable, y antes de que pudiera darse cuenta, todo su cuerpo había pasado a ser el de un lobo. Sarah lo miró, y él observó su reacción, puede que la deseara, pero no la tomaría contra su voluntad. Pero muy al contrario de lo que Adam esperaba, Sarah se quitó la ropa len
La confirmación de que los aldeanos, y en especial el cabecilla de ellos tenían prisioneros a su hermano y a su compañera, les llegó al amanecer. Adam estaba profundamente dormido junto a Sarah, pero se despertó en cuanto escuchó unos débiles golpes en la puerta, salió y Benedict estaba al otro lado.- Parece que se está convirtiendo en una costumbre que me visites en mi cuarto, mientras duermo.- Adam no vendría si no tuviera información importante que notificarte, te aseguro que si piensas que te estoy espiando, o algo semejante, no es así; tengo claro desde ya varios días que tu mujer y tú sois una verdadera pareja, y te aseguro que por los sonidos que salen de este cuarto, toda la casa sabe que lo vuestro no es ninguna parodia.Adam se alegró de que Sarah estuviera dormida, porque estaba seguro de que si ella hubiera llegado a escuchar ese comentario, se hubiera muerto de vergüenza al imaginar que otras personas los habían escuchado hacer el amor; incluso el propio Adam sintió un
Sarah se despertó sobresaltada, y comprobó en el reloj de la mesilla que aún era temprano, por lo que no sabía el motivo por el que se había despertado, se giró con intención de ver a Adam, y comprobó rápidamente que no estaba en la cama, de hecho, cuando tocó su lado de la cama, se dio cuenta de que ya estaba frío, por lo que debía de hacer mucho rato que se había marchado.Se levantó,miró por la ventana, donde no consiguió ver nada relevante, el paisaje parecía el mismo que el resto de días, no se veía ninguna clase de movimiento inusual; e incluso chequeó si Adam le había dejado alguna nota, pero no había ninguna, y algo le decía que se había marchado en busca de su hermano; que aquella ausencia no era algo momentáneo, sino que iba a ser larga.Se puso unos pantalones de yoga gris claro, una camiseta amplia de color gris oscuro, y unas zapatillas deportivas muy blancas, y bajó a la cocina, donde se encontró a Kara desayunando.- ¡Que madrugadora, Sarah!- Bueno, es que cuando me he
Adam se sentía muy aturdido, y cansado, había una remota parte de su cuerpo que suplicaba que espabilara, que tomara conciencia de la peligrosa situación en la que se encontraba, pero el cansancio le impedía hacerlo.Calculó mentalmente que llevaba unas tres horas en casa de los hombres que los habían asaltado, y durante ese tiempo debía de haber estado durmiendo, porque no tenía ningún tipo de recuerdo sobre lo sucedido. Escuchó que gente desconocida hablaba en la misma habitación en la que él se encontraba, y aunque fue incapaz de determinar lo que decían, si que supo que se referían a ellos, aunque no tuvo claro el motivo.Al final, unos minutos después, alguien le arrancó la capucha de lino con la que le habían cubierto la cabeza, y Adam intentó adaptarse a la luz que cegaba sus ojos. Tuvo claro que lo habían encerrado en una habitación sin ventanas, porque todo el haz de luz que le golpeaba los ojos era artificial, pero fue incapaz de determinar en qué lugar se encontraba.Miró a
Cuando Sarah llegó al despacho que Kara le había indicado se sorprendió con lo que se encontró allí dentro. Sarah, que no sabía que esperar, pero desde luego no aquello, silbó de forma apreciativa.- Querida Sarah, ¿no esperarías que nos dedicáramos a hacer botes de mermelada? ¿Verdad que no?Ella se avergonzó al reconocer que antes hubiera esperado lo de los botes de mermelada que la realidad que se reveló ante su cara. La mujer estaba sentada frente a un escritorio con mútiples monitores, y tecleaba rápidamente en un teclado. A su lado, varias mujeres más hacían lo mismo.- ¿Qué es lo que estáis haciendo?- Estamos consolidando los datos que los receptores vitales de nuestros hombres transmiten, con todos esos datos podemos saber en qué estado se encuentran.- ¿Qué son los receptores vitales?Sarah nunca antes había escuchado hablar de algo semejante, y le causaba curiosidad saber a lo que Kara podía estarse refiriendo.- Siéntate y te lo explico.- ella obedeció, demasiado confundid
- Señor Lobingston.- dijo Lubián.- espero que hayan pasado una buena noche.Su tono no acampañaba a sus palabras, estaba rígido, muy serio, y parecía realmente cabreado.- Lubián, hemos cumplido cuanto nos ha pedido, supongo que no tendrá queja de nosotros.- Lobingston, esta noche, uno de los grupos que viajaba en un vehículo, ha intentado escapar. Intentaron golpear a mi hija, y creo que ayer le recalqué la importancia de comportarse adecuadamente con ella, ¿acaso es que su palabra no tiene ningún valor?- Lubián, nosotros cuatro hemos permanecido diligentemente quietos, aquí en los catres que nos fueron proporcionados, y le doy mi palabra de que no hemos intentado escapar.- ¿Y qué me dice de los otros hombres? - No hay nada que pueda decir en su nombre, eso es seguro.- Creía que los hombres de su manada tendrían palabra, Lobingston.- Y así es, seguramente ese deplorable incidente haya sido un malentendido.- Su padre y los tres hombres que lo protegen son los que han intentado