En lo que empiezo a llenar el tanque del coche, otro coche se detiene en el surtidor detrás del mío. Un lobo grande sale de este y me asiente con la cabeza antes de comenzar a llenar su tanque. Le devuelvo el gesto, aunque no era un lobo de mi manada. Hay una gran posibilidad de que solo esté de pasada por la zona.

Cuando miro hacia el edificio, puedo ver a Neah a través de la ventana mientras intenta decidirse por un tentempié. Cuando vuelvo a mirar al lobo, él la está mirando. Y entonces lo veo. Un hombre mayor, sentado en la parte trasera del coche. La oscuridad casi lo oculta por completo, más no lo hace con el blanco de sus ojos.

‘¿Es Serkan el del coche?’, gruñe Aero.

‘Silas dijo que todavía estaba en casa’, murmuro en respuesta, devolviendo mi atención a Neah.

“¿Es ella?”, me pregunta el lobo. Él me habla como si me conociera.

“Sí”, le respondo, intentando imitar el acento de Silas. Si era un guardia de Serkan, debía pensar que soy su gemelo. Podía seguirle el juego.

Con l