Dane

‘Ella no está feliz’, gruñe Aero.

‘Estoy consciente’.

‘Todavía hay tiempo para cambiar de planes’.

‘No, debemos hacer esto. Y tiene que funcionar’.

“¿Vas a decirme algo?”, le pregunto a mi pareja.

Neah no dice nada, aunque tampoco necesita hacerlo. Puedo sentir lo que siente a través de nuestra conexión y por la forma en que me mira desde lo alto de las escaleras.

Ella se pone de pie con cuidado, con su mano apretando el pasamanos. Sus ojos azules se fijan en los míos por solo un segundo. “Espero que sepas lo que haces”.

Ella se da la vuelta justo cuando aparece Brax, cuyos ojos se mueven de ella a mí. Él entonces la mira con un leve ceño fruncido mientras ella desaparece por el pasillo. “La has hecho enojar en serio”, analiza él mientras camina hacia mí.

“Lo sé”.

Él levanta una ceja. “¿No crees que deberías seguirla?”.

“Normalmente lo haría, pero ahora mismo mi presencia solo la hará enojar más. Ella necesita tiempo para pensar y procesar lo que pasa”.

“¿Y qué está p