AYRTON Me dejo caer en el sillón. Las palabras de Héctor, suenan a todo volumen dentro de mi cabeza. “Jackson, está vivo.” Levanto la mirada a Héctor. Jeremías ya se encuentra a su lado y el personal de seguridad algo escucha de David. Les muestra las fotos y comienza a dar órdenes. — ¿Pero…? ¿Y la mano tatuada con el nombre de mi esposa? Héctor me observa. —Es la mano de otro cadáver. Es una réplica del tatuaje. Otro motivo más para ocasionar la crisis de la señora Goldman. — ¿Hay gente aparte de nosotros que sabe esta verdad? ¿Cómo…?—no podía enfilar las palabras para sacarlas. Estoy aturdido. Mi mirada viaja al techo, a una de las habitaciones, a la mujer que está dormida en nuestra cama. Anne-Lise. —Lo que nos han informado es mínimo. Solo sé que hay gente que está detrás de ellos. Y gente del mundo bajo. Mafia, matones y otros. Jackdiel se ha mudado y nadie sabe dónde. ¿La empresa en la que trabajan? Fantasma. Sin dirección, ni teléfono. Nada. Ellos podrían operar desde
ANNE Todos los recuerdos del accidente regresan como un tornado a mí. Sin piedad. Recordando cada detalle de lo que viví esa noche. Es abrumador. Es irreal al mismo tiempo. Creí estar suspendida en el tiempo. Las palabras de Ayrton resuenan en mí, una y otra vez. Jack está vivo. Él no podía estar vivo. Yo lo vi morir. Como el brillo de sus ojos se apagaba. Yo vi cuando pusieron una sábana blanca encima de él sobre el cuerpo sin vida. ¡Esto no está pasando! ¿Por qué haría tal cosa? ¡Es aberrante! —Debe de mantenerse en total tranquilidad. Sería su segunda crisis de nervios, señor Goldman. La voz de un extraño me atrae a la realidad. Abro los ojos lentamente. La luz tenue de la habitación y dos hombres de pie a punto de salir de la habitación. El doctor sale cargando su maletín, Ayrton solo mueve su cabeza. Puedo ver el rostro de preocupación. —Ayrton…—él me busca inmediatamente con la mirada y al ver que estoy despierta, se acercó a toda prisa a mí. — ¿Cómo te sientes, nena? El
Las puertas se han cerrado. Su dedo acababa de presionar PH, que la llevaría al ático. Estarían sus padres y sus padrinos esperándolos para cenar. Sintió como el tiempo se alentaba. Escuchaba su propia respiración a todo volumen en sus oídos y su corazón a toda velocidad. ¿A dónde se había marchado de esa manera? ¿Con quién? Agarró su móvil y con la huella digital lo desbloqueó. —Piensa, Anne-Lise… Piensa—levanta la mirada a los números de los pisos y estaba a diez pisos para llegar. Al abrir las puertas sabía que la seguridad personal de ella estaría esperando en la entrada confirmando que estuviera dentro. En el ático de ambos, pero ni uno ni el otro estaría. Su dedo largo presionó STOP tembloroso por la decisión que había tomado hace unos segundos. Las puertas se abrieron y salió del elevador. El sonido del elevador la hizo reaccionar. Tragó saliva dificultosamente. Se deslizó por la pantalla de su móvil y encontró el programa que había instalado Jeremías. Lo presionó y selecc
ANNE La voz de Sinatra cantando My Way suena dentro de mi cabeza. El rostro de Ayrton sonriendo, mientras acaricia con el pulgar mi labio inferior. Oh Dios mío… Levanto mi mano hacia su mejilla y recarga su rostro en la palma de mi mano, cierra sus ojos y sonríe. Sus labios se abren al mismo tiempo que sus ojos se clavan en los míos. —Espérame, nena. Arrugo mi entrecejo, no entiendo sus palabras. —No, no es necesario, me tienes aquí. —Espérame, nena…—y su mirada baja a mi vientre posando la palma de su mano. Seguí el camino y apenas trago saliva cuando tengo un gran bulto a punto de explotar. — ¿Qué…? —apenas podía salir las palabras, cuando levanto la mirada. —Anne-Lise. Jackson muestra una mirada sonriente y su palma en mi vientre. Intento moverme de mi lugar, pero me es imposible. —Por fin… seremos una familia. —¡¡Nooo!!—grito intentando alejarme de Jackson. Abro los ojos y estoy casi en la oscuridad, salvo por la lámpara encendida en la mesa de noche, suelto u
AYRTON Otro golpe contra la pared. El ruido del zapato bajo los vidrios hace el ruido más frustrante de mi vida. — ¡Hijo detente! ¡Por favor!—el grito sollozante de mi madre me hace detener otro golpe, miro fugazmente mis nudillos lastimados. El dolor me hace recordar mi realidad. Han pasado 48 horas y Anne-Lise aún está desaparecida. La frustración, el miedo, el dolor, la incertidumbre… me abruma. Solo quiero golpear, quiero descargar la ira que me provoca no poder hacer nada. Solo… esperar. Mi padre me rodea con sus brazos para detenerme. David y Rocco intentan ayudarle. — ¡Tienes que calmarte! ¡Anne-Lise odiaría verte así, hijo!—el segundo grito de mi madrina acompañado de un jadeo de dolor. — ¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde está mi esposa?! ¡ANNE-LISE! ¡ANNE-LISE! ¡¿Dónde estás, mi amor?!—el llanto se apodera de mí, mi padre y yo caemos lentamente al suelo, siento los pequeños vidrios e inmediatamente Sonia limpia a mi lado con sus ojos enrojecidos. Había esperado verla cruzar esas ma
ANNE —Trillizos. Susurro mientras miro a través de la ventana. Mi mano descansa en mi vientre. Estoy embarazada de trillizos. Comienzo a contar las 16 semanas y no recuerdo con exactitud cuándo fue. ¿Es el día que entró al departamento y me dejó tirada en el suelo de la cocina? ¿O realmente nunca pasó? ¿Por qué acepta a los bebes como si fuesen suyos? Dios mío. Cierro los ojos por el temor a donde se dirigen mis pensamientos. Necesito hacer memoria. Todas las pastillas me las he tomado. Había algo más, pero por más esfuerzo, no doy con ello. Tengo miedo. Puedo ver la ecografía. La enfermera no deja de hablar de los hermosos que serían, comparando mi genética con la de Jackson. Pero me niego aceptarlo. Por más que le insisto en que no soy la esposa de Jackson, más se aferra a decir que estoy enferma, que entiende que acabo de salir de un sanatorio. Que Jackson se ha compadecido de mí y me dejó venir a casa. El que está loco es él y su hermano. No yo. M*****a enfermera del infierno.
AYRTON El silencio llena la habitación. —Solo dime que podemos traerla a casa. No importa si tengo que sacar las manos de esto, solo quiero traerla sana y salva. —miro a Michael quien daba una palmada en mi hombro. —Voy a ir con David, esperaré con ellos, tú quédate aquí. —Michael lanza una mirada a David. David asiente. — ¿Pero por qué tú vas con ellos? ¡Yo tengo más derecho!—Michael se gira a mí. —Sé disparar un arma y tú no. Tú las odias. Así que no se diga más, no entraré en el campo de batalla, pero estaré con ellos. —Tiene que alejarse de esto. Tiene que aguardar aquí, señor Goldman. No queremos correr el riesgo que entre en esto y salgan peor las cosas. —suelta, David. Asiento dudoso. ¿Cómo iba a quedarme de brazos cruzados sin hacer algo? Pero tengo que hacerlo para evitar que esto fuera un desastre. Mis manos sudan. El corazón está a punto de salir disparado al llegar al lugar donde tienen a mi Anny. —Hijo tienes que estar alerta. Mi padrino me mira que no puedo qued
ANNE Grito como nunca en mi vida he gritado, el terror es cien veces más cuando veo caer a Ayrton al césped. Jackson me agarra con un brazo de mi cintura y me levanta del suelo para subirme al helicóptero. — ¡MI PADRE! ¡AYRTON! ¡NOO! ¡NO! ¡NO! ¡Maldita seas Jackson! ¡No!—mientras me sostiene, siento como la sangre se desliza por mis piernas. Niego asustada. —No… No… No… Me sube y Jackson baja la mirada a mis piernas, se pone pálido al ver que es sangre. Levanta su mirada de alarma hacia mí, siento que todo me da vueltas, todo empieza a verse borroso, caigo casi desmayada hacia él que aún no se sube al helicóptero. — ¡No, no! ¡Anny! ¡Despierta!—un disparo llega. Siento como caemos al césped, yo sobre su pecho y cuando levanto la mirada, Jackson mira hacia el cielo. Tose y la sangre empieza a escurrirse por la orilla de su labio. Intento bajarme de él, pero su mano me agarra de mi brazo, siento que todo me da vueltas con más fuerza. —Anny…—un susurro sale de él, cuando levanto la mi