Llegamos al restaurante, uno de los mas lujosos, porque lo mejor debo ofrecer a la señorita que tengo como acompañante. Bet observa todo con adoración y con notable nerviosismo, la dirijo a nuestra mesa el cual nos otorga un joven que no ha quitado los ojos de mi chica.
La ayudo a sentarse, y una vez que lo hace me dirijo a mi lugar. El mesero se acerca para tomar nuestro pedido y me atrevo a pedir por ambos. Cuando el joven se retira me quedo mirándola con adoración.-Tu forma de mirarme me pone nerviosa. - confiesaLe doy una sonrisa ladeada mientras remojo mis labios y me incorporo. - ¿Porqué?-Esto es muy lujoso. Jamás he visitado uno. - dice cohibida y cambiando de tema lo cual hace que niegue lentamente con la sonrisa aun puesta en mi rostro.-¿Si te sientes incómoda podemos irnos? – pregunto.- No, tranquilo. Sólo que no estoy acostumbrada. - se encoge de hombros mMe acerco a su rostro y lo acaricio, paso mis dedos por sus labios para luego posar los míos sobre ellos, la beso con lujuria y muerdo su labio inferior con destreza. Bajo con lentitud el cierre de su vestido para luego poder quitarlo completo con su ayuda, la detallo completa, cada parte de su cuerpo es como si fuese esculpida por los ángeles. -Eres increíblemente hermosa. - digo con la voz entrecortada. La lleno de besos por todos lados hasta descender en su abdomen; siento su respiración agitarse, siento el calor de su cuerpo. - Necesito probarte. - inquiero mirándola y veo sus ojos dilatados ante el inminente deseo que desborda aquí.Separo sus piernas con suavidad una vez tengo su consentimiento, sostengo sus caderas mientras me pierdo en la delicia que tengo aquí. La siento tensarse, pero todo se disuelve al pasar los segundos, siento sus manos tomar mi cabello con ganas. Se que disfruta y yo mas al tenerlo claro.
BETSABE LOMBARDODespierto por los rayos de la luz del sol en mi cara, intento levantarme, pero un peso impide que realice tal acto, por lo que busco con la mirada a que se debe y encuentro unos brazos envolviéndome por sobre la cintura. Me quedo estática pensando hasta que el recuerdo de lo sucedido anoche hace acto de presencia en mi mente.Hago a un lado sus brazos y me pongo de pie, observo como vuelva a acomodarse para quedar profundamente dormido. Se ve tan tranquilo, tan relajado que ni siquiera parece que maneja un gran conglomerado.Me dirijo al baño, me doy una ducha rápida, y de ahí voy directo a tomar lo primero que encuentro; opto por una prenda sumamente relajada como un short y una remera dos tallas más grandes que la mía. Una vez termino de alistarme, voy a la cocina a preparar algo de desayuno; por lo que decido dejarle en la encimera huevos revueltos, mixto y café. Escr
DORIAN RUSSOSiento el cuerpo entumecido, los parpados pesados y el olor a hospital es asfixiante, tanto que creo que si no estoy muerto es por puro milagro.Intento abrir los ojos, pero la Luz me deja practicamente ciego, hasta que poco a poco logro adaptarme a su intensidad.Observo todo a mi alrededor, hasta que logro dar con un pequeño bulto en el sofa que se encuentra a mis pies. Carraspeo la garganta por la sequedad en ella y eso logra despertar a la pequeña niñera que tengo. Me sorprende ver a mi pequeña Bet ahi, soñolienta, con ojeras bajo sus ojos.Su mirada es una de sorpresa e inmediatamente se reconmpone para luego ponerse de pie y acercarse a un jarron con agua, vierte el liquido vital en un vaso y me ayuda a ingerirlo sin decir ni una sola palabra. Ese acto me extraña, pues no se lo he hecho saber que tenia sed, pero decido no mencinar nada, imagino que tiene experiencia con lo que
La mañana pasa rápido, por lo que tomo el teléfono y marco a Bet, para que se acerque a mi oficina, pasan unos minutos y ella ingresa, elegante como siempre con una sonrisa que deslumbraría a cualquiera, y esos ojos que me encantan, que me hipnotizan.-Buenos días Señor Russo, me alegra que ya se encuentre bien de salud. – empieza la conversación, pero no digo nada, sólo la observo como lo mas valioso que tengo a pesar de no demostrarlo.-Buenos días Bet, me encuentro perfectamente, y antes de que hables – decido realizar la invitación – Quiero invitarla a almorzar conmigo. – su gesto se contrae en sorpresa y me alegra haber logrado mi objetivo, pues con ella es difícil descubrir algún tipo de emoción.-Eh ¿Almorzar? – pregunta – Eso sería arriesgado para su persona. – y me sorprende que haya pensado en eso y no lanzarse au
Después de lo que paso con mi pequeña Bet, de todo lo que me hizo sentir, de las emociones que despertó en mi, ella simplemente se marchó, sin decir ni una palabra, tampoco se lo impedí, sin embargo, como siempre, le cuido la espalda y dí órdenes especificas de que llegue sana y salva a su casa, y solo una vez que este dentro de ella podré descansar por completo. Aunque, a decir verdad, aún me mantengo en alerta, y mas si se trata de ella, pues se con certeza que ese hombre la vigila, todo es muy tranquilo y eso es sospechoso, incluso la desaparición de Luna es sospechosa. Intento dormir, pero los pensamientos perturbadores no me permiten, toda esta situación por la que estoy atravesando me mantiene confundido, y entre esos pensamietos aparecen unos ojos azules como el mar, me siento como un maldito puberto que no sabe como actuar, que decisiones tomar, que decir; sólo se que que me es imposibl
El día termina rápido, Camilo se fue, no después de burlarse de mi situación, mi pequeña también se marcho, tenia una cena con su amiga. Desde que Belén llego, la veo mas alegre, aunque su humor es sumamente extraño, pero me pone feliz saber de que mi Bet no se encuentra sola en su departamento. Tomo el teléfono para marcarle, y pedir vernos, realmente quiero verla, y no necesariamente para un encuentro sexual, pero tengo mis dudas. Y aunque no es conveniente, decido finalmente llamarla. Un tono, dos tonos, tres tonos, cuando decido colgar, escucho su voz.-Bueno, ¿Dorian? – la escucho.-Buenas noches Bet, ¿Estas disponible hoy? – pregunto. Escucho un suspiro de su parte y eso me parece extraño, por lo que pregunto nuevamente. ¿Te encuentras bien?-Hoy no podre Doria, quede en cenar con Bel, y respecto a tu otra pregunta, si me encuentro bien.-Ok, siento
Los días pasan, quizás fueron semanas, nuestros encuentros con Bet se fueron intensificando cada vez, las noches de pasión son únicas, que cada vez que obtendremos un encuentro, me siento entusiasmado con ella. Al fin puedo admitir que estoy enamorado de ella, y en serio quiero una relación seria con ella, pero ella al parecer no siente lo mismo por mi. Tuvimos varias diferencias donde yo le dejaba en claro el tipo de relación que teníamos, y en varias ocasiones arruine sus citas llenándole de trabajos solo para que no conozca a nadie, pero ahora, en la actualidad, en estre preciso momento me encuentro seguro de lo que siento por ella, pero como se lo digo, temo a un rechazo de su parte. Hoy es viernes, y me encontrare con ella en un hotel y en este momento me encuentro yendo para allá, con un ramo de rosas a mi lado, y chocolates porque se que le fascina. Cuando ingreso a la habitación que hemos reser
Al llegar a casa, voy directo al despacho, trabajo un buen rato allí, pero cuando decido ir a descansar, veo la pantalla del celular encenderse; es un mensaje de un numero desconocido, en el cual muestra una imagen. La imagen hace que me hierba la sangre, pues es Bet, besándose con un hombre frente al hotel donde estábamos, besando a un hombre que no soy yo, mucho menos Patrick, que se por fuentes cercanas que aun insiste en tener algo con ella. Se que no tengo el derecho de reclamar nada, pues fui yo quien no quiso tener una relación, y con esto efectivamente no tendremos nada, porque lo nuestro terminara y para siempre. No hace ni siquiera veinte y cuatro horas de que mantuvimos relaciones y ella ya esta saliendo otro hombre.-¡Maldita sea! – exclamo con rabia, lanzando todo lo que se encontraba sobre el escritorio. Estoy envuelto en cólera, enojado, frustrado, mientras yo aquí como un imbécil enam