Ava se retiró el celular del oído lentamente con las manos temblorosas, miró la pantalla y luego hacia la televisión, caminó lentamente hasta quedar frente y se sentó en la orilla de la cama.
—Tiene que ser mentira… —Pasó saliva con dificultad, miró el anillo en su dedo anular, mientras sus ojos se cristalizaron. —Tiene que ser una mentira, Björn. —su labio inferior tembló. —Ese no es el hombre que conozco. —susurró para sí misma.
—“El novio espera en el altar, se nota los nervios, ya que es un gran día…”—la conductora se mostró emocionada en cámara cuando mostraron a Björn esperando de pie a lado de un cura y otro hombre vestido elegante. —Y ahí viene la novia…—Ava cerró sus ojos y giró su rostro, las lágrimas comenzaron a caer p
Björn dio un largo trago a su copa de champagne, notó que Christine estaba molesta por qué le lanzaba miradas desde el pequeño grupo de amigas en el que estaba. — ¿Todo bien? —preguntó Carter al acercarse a su amigo, Björn alcanzó otra copa de champagne al mesero que había pasado a su lado, le dejó la copa vacía y la nueva, le dio un largo trago. —No puedes perder la cabeza por culpa del alcohol. —Lo sé. Pero créeme que necesito esto para no irme sobre mi padre, sobre Christine y en algún lugar no muy lejos de aquí, sobre Bruno. —Björn se movió para dar la espalda a Christine. Carter quedó mirando por encima de su hombro a la novia que pareció no aprobar nada de lo que su amigo hacía. —Christine no deja de mirar hacia a nosotros. —murmuró Carter al llevarse su copa en mano a sus labios. —Me tiene sin cuidado. —Björn se chispeó un poco y sonrió. —La única que puede decirme algo, es mi esposa, —se inclinó hacia Carter y él notó el brillo
Björn había visto a lo lejos a Amelia con Anton hablando, luego ella se marchó, él desde su lugar buscó con la mirada a Thomas quien segundos después hizo conexión, su jefe de seguridad se había dado cuenta y estaba al pendiente de que la madre de Björn llegara a salvo en la camioneta. — ¿Puedes quitar esa cara? —dijo Christine a su lado, Björn la miró. —No empieces, por favor. —Björn estaba cansado de todo el espectáculo de la boda, las cámaras, la entrevista para la televisión quién había pagado una fortuna para tener la primicia del gran evento. —Se darán cuenta que realmente…—Björn se soltó del agarre en su brazo de manera sutil sin dejar de mirarla. —Realmente no existe nada, Christine. No deberías de olvidarlo. —Sin mí, no tendrás el control de los negocios, creo que deberías portarte bien conmigo. —Björn ladeó su rostro. — ¿Perdón? —él le lanzó una mirada gélida, ella de inmediato se retractó. —Solo era humor, Björn.
Pasaron las horas y el cielo no tardaba en aclararse, Björn había hace una hora haber entrado a la cama y se durmió. Mientras que Christine, caminaba hacia su suite, lista para completar su noche de bodas. Uno de los hombres de seguridad que custodiaban la suite de Björn, se negó a darle entrada cuando ella se lo pidió.— ¿No sabes que soy su esposa? —el hombre intentó cumplir las órdenes de su jefe.—No tiene permitido entrar, señora. —Christine comenzó a gritar que la dejara entrar con su esposo, Björn a lo lejos escuchó el ruido. Se levantó y caminó hasta la puerta y al abrirla, Christine detuvo sus gritos.— ¡Mi esposo! —Christine visiblemente estaba ebria. —No me dejan entrar…—Anda, —le dijo Björn para que entrara y dejara de hacer un circo con su gritos, lo que menos
Bruno saboreó el nuevo whisky mientras una hermosa mujer rubia se vestía de mala gana al pie de la cama donde él estaba.—Nunca me habían tratado de esta manera. —murmuró para que escuchara a propósito.—Siempre hay una primera vez. —contestó Bruno con una sonrisa que hizo que la mujer se molestara más de lo que ya estaba. —Mi hombre de seguridad te escoltará a la salida. —la puerta se abrió y apareció un hombre alto y fornido, asintió a Bruno sin decir ninguna palabra, luego se llevó a la rubia. Bruno se levantó y se dejó caer en uno de los sillones de la terraza, prendió su cigarro y comenzó a fumar. El ruido de la ciudad se escuchaba de fondo pero fue interrumpido por una llamada de su celular. Lo miró y era su padre, Anton. Dudó en si contestar ya que estaba cabreado aún con él, as&iac
En el ático de la ciudad de New York.Ava y Nicoletta estaban escuchando atentamente las noticias que hablaban de Christine, en todos los noticieros estaba su rostro, la forma en que la arrestaban en el aeropuerto antes de irse a la luna de miel, así como imágenes de Björn escoltado por su equipo de seguridad intentando evadir a los periodistas que querían entrevistas, averiguar más de su esposa y de lo que se le culpaba.—Dios mío, —Ava estaba tensa por lo que estaba pasando, Björn aún no aparecía. Nicoletta miró en su dirección, estaba bastante pálida.— ¿Te sientes bien? —preguntó, Ava la miró y negó sinceramente.—No se ve nada acerca de Bruno, ¿No lo van a detener? Tienen que encerrarlo…—su voz de quebró por un momento.—Tiene orden de ar
Björn estaba con un presentimiento desde que había salido del aeropuerto, como todo lo que estaba planeado, tenía que seguir cada paso y así pasar desapercibido ante su padre y su hermano. Al salir del departamento de policía de New York, salieron directamente hacia el ático. El tráfico era estresante, la ansiedad creció por ver a Ava. Ya tenían encerrada a Christine, ahora faltaba que aprendieran a Bruno.—Maldición. —Björn escuchó maldecir a Thomas que estaba en el asiento del copiloto. Le hizo una seña al que iba conduciendo. —Acelera.— ¿Qué ha pasado? —preguntó rápidamente alertándose Björn.—No contesta nadie del equipo de seguridad del ático. —sintió como su corazón se aceleró, pasó saliva con dificultad. Solo se podían comunicar a través de
Bruno no estaba contento. Había perdido el tiempo. Se había desecho del hombre que según había confirmado que Ava estaba en el ático. Si no estaba ahí, ¿Entonces dónde?Llegaron a la pista dónde su avión privado esperaba por él. El auto se detuvo y bajó para subir las escaleras y entrar, cuando se sentó escuchó su celular sonar, al ver quien era, sonrió, había dado con su número y lo había agregado para localizarla.—Madre, ¿Cómo estás? —Amelia tembló de la ira del otro lado de la línea, se limpió las mejillas con brusquedad.—No debiste Bruno. —él arqueó la ceja.—No sé a qué te refieres. —fingió no saber nada.— ¡A Nicoletta! ¡No debiste hacerlo! ¡Me confirmas que eres un mo
Ava despertó poco a poco para su sorpresa estaba el doctor revisando aun y una enfermera a su lado.—B-Björn…—susurró con la garganta seca, se aclaró como pudo y volvió a preguntar por él, no recordaba nada, tenía una imagen borrosa de Thomas abriendo las puertas de donde se encontraba escondida.—Señora Hoffmann, ¿Cómo se siente? Le hemos puesto un suero ya que llegó deshidratada puede ser perjudicial en su estado. —ella miró hacia el doctor.—B-Björn…—insistió ahora ya que estaba más alerta de sus sentidos.—Llama al señor Hoffmann, —le ordenó a la enfermera que se encontraba del otro lado de la cama revisando los signos vitales.—Sí, doctor…—momentos después, apareció un Björn preocupado.—Ava. &mdash