Jeremy cerró los ojos y respiró profundo, era el momento más erótico de toda su vida, ni con Isabella había sentido todas aquellas emociones que estaban descontrolándolo todo. Hanna estaba aprisionándolo con sus piernas amarradas a su espalda baja y se movía sensualmente, rozando su sexo contra su abdomen bajo, mientras lo besaba con todas sus fuerzas, era evidente su deseo por él, Jeremy había bajado sus manos a su trasero y lo apretaba y masajeaba mientras se besaban

-Nena - hablaba con voz enronquecida -aquí no es un buen lugar- llenándose de un poco de autocontrol

-Al carajo el lugar, te quiero a tí, aquí y ahora Jeremy – estaba cegada por el deseo que sentía por él – no me importa nada amor, solo que seas tú – dijo mirándolo fijamente y el sonrió mordiendo su labio.

Hanna era hermosa normalmente en su vida cotidiana, pero verla así, loca de deseo por tenerlo, con su pelo desarreglado, su cara roja y caliente como todo su cuerpo, sus labios hinchados y rojos, sus ojos dos pozos de