CAPÍTULO 55. VISITA. Adara se sorprendió al ver que tras ella Abner había caminado, no sabía si la estaba siguiendo, así que decidió hablarle. -¿Y tú que haces aquí? -El joyero confundió nuestras cajas- le mostró una caja negra igual a la de ella, Adara abrió la que llevaba en la mano y dentro de ella estaba un hermoso reloj de mujer. De pronto una sensación de opresión quiso aparecer en su pecho, ella no mostró ninguna emoción, pero algo extraño estaba sintiendo, con cuidado cerró la caja y se la entregó al hombre, “tal vez sea para Ana” pensó. Abner le entregó la caja que el traía y Adara la abrió para revisarla y constatar que allí estuviese la pulsera que ella había comprado, asintió, la cerró con delicadeza, Abner pudo ver de cerca que la mujer traía puesto el anillo que él le había regalado como señal de afecto y compromiso, quiso preguntarle, pero no tuvo valor. -Gracias – lo miró a los ojos y levemente movió la comisura de sus labios como si intentara sonreírle. Él de pr
CAPÍTULO 56. NO SIENTO TU ANILLO. Un años después. Adara se sentía dichosa, mientras sonreía viendo al público, mucho había pasado en su vida los últimos seis años, y ahora acababa de recibir su título cómo médico cirujano y un segundo reconocimiento por haber tenido las más altas calificaciones. “¡Summa Cum Laude!” su mente repitió esa maravillosa palabra y en el auditorio todos se colocaron de pie para aplaudirle, con sus ojos buscó a su madre, le regaló una sonrisa y le mostró el título, todo lo había logrado gracias a sus capacidades intelectuales, la herencia que su padre le había otorgado para el pago de sus estudios y el amor de su madre, sabía que el éxito dependía de varios factores y ella contaba con todos. Bajó de la tarima y buscó su puesto, mientras sus otros compañeros recibían sus títulos, ella hizo memoria del su último año de estudios, había hecho pasantías en diferentes áreas, oncología, pediatría, cardiología y cirugía, las guardias en emergencia fueron muy agota
CAPÍTULO 57. LA QUISE. Adara podía entender las preocupaciones de Belén como madre y esposa, pero no podía prometer algo que no podía cumplir, en su código ético las mentiras no encajaban, ella decía la verdad siempre. Podía prometer ser como una hija para Asaf, apreciaba al hombre, él y su abuelo eran lo más parecido a un padre para ella, pero Abner no era su pareja y ella no podía meterse en su relación. Así que no podía prometerle a Belén ser la esposa de Abner, eso era algo que solo Abner y ella podían decidir. Adara abrió la boca para contestar y pronto sintió la cálida mano de Abner posarse en su cintura, cerró la boca antes de hablar y volteó a verlo. -Así será madre, no tienes que preocuparte por nada, todos estaremos bien, Adara y yo nos casaremos. Adara lo miró perpleja y quiso contestar, un sonido agudo salió de la garganta de Belén como si le costase respirar, Adara pronto tomó acciones, Belén comenzó a tener dificultades, Adara le pidió a la enfermera que le entregar
CAPÍTULO 58. QUIERO SABER. Asaf comió bajo la atenta mirada de Adara, se sentía un poco extraño que esa joven lo obligara a comer, también era grato, él solo había tenido un hijo, siempre quiso tener una hija pero no se dio la oportunidad y Adara aunque solía ser distante y fría, se comportaba como alguien que lo apreciaba. Él la conocía desde muy pequeña y casi había sido su nuera, como una hija para él, la miró con ternura y agradecimiento. Asaf se dio cuenta que Abner abrió con sigilo la puerta, tal vez para saber cómo se sentía o pensando que se había dormido, pero en vez de entrar y hablar se quedó en silencio, como espiando lo que sucedía en la habitación. Adara no podía verlo porque estaba de espaldas y Asaf quiso aprovechar la oportunidad. -¿Sabes que es difícil comer si apetito? - dijo para iniciar una conversación y llevó la cuchara a su boca. -Lo sé pero es por su bien, solo un poco. Asaf asintió. -Hay algo que quiero saber – se llevó otra cucharada a la boca. -Dígam
CAPÍTULO 59. NECESITO HABLAR CONTIGO. Asaf despertó temprano en la mañana, se sentía descansado como hace mucho tiempo no se sentía, el té que había tomado ciertamente lo había relajado y ayudado a descansar, los últimos meses pasaba sus noches pendiente de Belén, de sus quejas, sus dolores y depresiones producto de la enfermedad, no se había dado cuenta de la necesidad que tenía su cuerpo de descansar hasta ese momento, ahora se sentía en paz, a la vez triste, sin duda la extrañaba, pero ya no soportaba verla sufrir más, deseaba un milagro, pero el descanso era buena opción para la mujer, de hecho era lo que ella deseaba, constantemente le decía a su esposo que ya deseaba descansar. Mientras más lo pensaba, más sentía que Belén estaba segura de que pronto moriría, por eso los últimos días le había dado órdenes, explicándole que debía hacer con sus objetos valiosos y pidiéndole que ayudara a su hijo a hallar el amor, le pidió que fuese agradecido con Adara, que intentara rehacer su v
CAPÍTULO 60. LA MIRÓ CON INCREDULIDAD. Asaf creía saber lo que su hijo sentía y también lo que pasaba por la mente de Adara, después del desayuno sintió que sus pensamientos fueron confirmados, así que se animó a hablar con la chica cuando ésta fue a visitarlo por la mañana. Cuando Adara llegó a la propiedad, Asaf aún estaba sentado en la mesa del comedor, Abner recién se había marchado a su trabajo, por poco y se cruzaban en el camino. Adara entró y una empleada le indicó dónde podía conseguir al hombre. La mujer caminó directo al comedor y allí vio a Asaf perdido en sus pensamientos. -Buen día señor Asaf. El hombre hizo un gesto con la mano restándole importancia a la formalidad. -Dime padre – dijo con una sonrisa. Para Adara la petición fue extraña, aunque no le desagradó, solo asintió y se sentó a su lado. -¿Deseas desayunar? -No es necesario gracias, solo venía a verlo antes de comenzar mi rutina. -Estoy bien hija, gracias por preguntar, no necesitas estar tan pendiente
CAPÍTULO 61. TIEMPO PARA PENSAR. Adara tomó en sus manos el documento que le entregó el abogado, comenzó a leer detenidamente el documento frente a ella, la cantidad de detalles que en ése papel estaban plasmados era impresionante, por primera vez podía constatar ella misma cuan brillante era su padre y cuanto la amaba, en el testamentos habían especificaciones para la vida de Adara y de su madre, incluía la escuela dónde debía estudiar, las cantidades de dinero para su crecimiento, educación y alimentación, había sido disposición de su padre que se comprometiera cuando tuviese la edad de celebrar su Bat Mitzvah, incluso había una lista de cinco familias que su padre consideraba para que ella emparentara con uno de sus miembros y en el puesto número dos estaban los Friedman. Mientras más leía más se maravillaba de la forma como ya se habían cumplido muchas de esas disposiciones en su vida sin que ella lo supiese, ahora pensaba que el abogado se equivocaba, su abuelo no era un “viejo
CAPÍTULO 62. LO BESÓ. Adara estuvo columpiándose por largo rato, divagaba por sus pensamientos sin ninguna conclusión aparente, no sabía porque era tan fácil la robótica y la medicina, a la vez tan complicado saber lo que siente y quiere, era como si una parte de ella se mantuviese dormida, sin tomar decisiones, como si solo un área de su cerebro fuera super dotado y otra área estuviese deficiente, así se sentía y estaba segura de que así era. Cuando escuchó los pasos detrás de ella supo de inmediato que era él, como si a través del suelo y el aire sintiera sus pasos, su peso, su complexión y su aroma, podía verlo y sentirlo de una forma inexplicable, en ese instante nada importó, su corazón dio un salto, el tiempo se detuvo, volteó para confirmar con sus ojos lo que su cuerpo sabía, al verlo no necesitó pensar, su cuerpo actuó con voluntad propia, se levantó, caminó con prisa hacia él y se apoderó de sus labios. Adara besó a Abner necesitando su perdón, su aceptación y su comprensi