Nos hemos detenido en una heladería porque deseaba comer un delicioso helado desde hace mucho tiempo y los antojos hacían parte de mi rutina de todos los días.
- ¿De qué sabor quieres tu helado? - enarca una ceja mientras mantiene su vista fija en la vitrina.
- Hmm - achino los ojos-. Fresa - sonrío y señalo el sabor con mi dedo.
- Uno de fresa y uno de chicle - le da la orden al chico encargado de tomar el pedido de la heladería este lo apunta en la registradora y nos pide que nos hagamos a un lado para recibir el pedido.
Suelto una risita.
- ¿Qué sucede? – pregunta, enarca una ceja y esboza una sonrisa mien
Hacer que Andrey controlara sus impulsos era como pedirle al cielo el que lloviesen ranas, algo imposible. No importaba que hace unos minutos hubiésemos hablado de que no era lo mejor ir al bar y buscar problemas, porque él ya lo había hecho. Había ido una vez mas en contra de lo que le pedia.Muriéndome de los nervios por lo que pudiera pasarle, decido sentarme en la sala y prender la televisión en busca de algo que logre distraerme.Calma. Respira profundo.Miro desde el ventanal de donde me encuentro está haciendo algo de frío y es posible que exista lluvia en las próximas horas.Me devuelvo a sitio en el que estaba hace unos segundos.
La mañana aparece reflejando los rayos del sol atraves de la ventana, giro mi figura y choco con la suya que está al lado derecho de la cama. Sus manos están enrrosacadas alrededor de mi cintura.Sonrío internamente mientras paso mis manos por su cabello.Me levanto con lentitud de la cama y me acerco hasta donde están mis prendas, rápidamente me coloco una bata suelta de color rosa.Doy un último vistazo al lugar en que reposa el cuerpo de el hombre con el cual quiero pasar el resto de mis días, de mis noches y de mi vida.Andrey duerme profundamente y podría jurar que se ve como un niño indefenso de tres años con esa sábana alrededor de su cuerpo.
Había hecho lo correcto al decirle a Andrey acerca de la presencia de Alejandro en el trabajo, sabia como eran sus reacciones, estaba asustada porque lo conocía, así que cuando deja furioso la mesa y se hace a un lado de allí mientras pasa sus manos por su cabello solo intento no desesperarme por lo que vaya a decir.- ¿Qué te ha dicho? – enarca una ceja y su tono de voz cambia.- Se llevara al bebé una vez nazca – no puedo si quiera tomar la fuerza suficiente en mis palabras-. No se dará por vencido hasta que regrese a su lado.- Maldito infeliz – gruñe y arroja los platos al suelo estallándolos con el contacto.- No quiero que me aleje de mi hijo
En el momento exacto en el que veo que las cosas podrán salirse de control, que todo esto ocasionara más problemas que los que ya tenemos, decido intervenir.- Lo siento en verdad señor Novicov, no fue mi intención el hacerlo.Mishenka da un paso hacia adelante y fija su vista nuevamente en la mía.- ¿Que ocultan ambos? – enarca una ceja y su tono de voz refleja la rabia que esta contendiendo-.- ¿Saben los problemas en los que me he metido? ¡Un imbécil esta utilizando esas rutas y me ha traído un enorme desfalco en mi bolsillo!- Yo no tenía idea de eso.- ¿Para quien trabajas?
Mi angustia se ha resumido en esos segundos en los que Alejandro ha sacado el arma de un costado de su pantalón. Apunta hacia Andrey que permanece estatico pese a su acción. - ¿Que se siente que la mujer que ames lleve en el vientre al hijo de otro hombre? - sé que sólo busca provocarlo con sus palabras y para este entonces Andrey ya se ha controlado lo suficiente para no acercarse hasta donde está él y golpearlo. - ¿De otro hombre? ¿Piensas que puedes ocupar la palabra de "padre" cuando le diste dinero y la hiciste sentir como si no valiera nada? - Andrey escupe hacia un costado de la acera-. Me das asco bastardo. - Cuando ese niño crezca vendrá a buscarme, ¿sabes porque? Porque querrá conocer la verdad de como su madre y yo terminamos en una cama de hotel.
Me sentía impotente en esos momentos de saber que Georgia estaba a tan solo centímetros de hacerme daño, no solo a mi, sino a mi bebé, sollozaba en esa cama sin poder moverme de mi posición aunque lo intentase no había nada que pudiera hacer para que salvara mi hijo.Temor, miedo y horror. Todo eso se había juntado en mi, tenía miedo de mi hermana. No sabía que hacer más que rezar para que nada pasara.- Georgia por favor no lo hagas te lo pido – lloro tratando de que se arrepienta.- ¡Cállate! ¿no escuchas las voces? Es lo mejor para ti, ese bebé es un problema – su mirada es extraña, no es lúcida es como si fuera otro ser se mueve nerviosa de un lado a otro.
ANDREYMe había despertado con la mejor imagen que podría llevarme en la mañana, aquellos cabellos rubios como el sol reposaban a un lado de la almohada.La figura de la mujer que roba los mejores momentos de mi vida, se encuentra a escasos centímetros de mi piel.Miro detalladamente todo de ella, el color de su piel, cada centímetro de ella es perfecto, es diferente a mí, es como una hoja en blanco en la que a diario trazo mis caricias.Me levanto con cuidado de no despertarla, la horrible sensación de que la pude haber perdido a ella o a nuestro hijo me había dejado con la maldita paranoia de que pudiera suceder otra cosa peor que eso.
Andrey me había confesado su realidad, incluso cosas de su pasado que aún me costaban procesar. Y por más que intentase no colocarme nerviosa lo que me estaba diciendo, sentía que había algo más detrás de todo esto.- ¿Y vas a un bar a reunirte con esos tipos para cerrar qué tipo de negocio? – replico levantándome del sillón.- ¿Que no está claro? – dice molesto-. No voy a dejar que nadie más nos joda la vida.- No suenas como a ti, ¿cómo es que te has hecho eso? – señalo la cortada en su mano y él la aleja de mí.- Un idiota no cerro su boca, dijo estupideces que no son ciertas.