Las palabras de Molly siguen resonando en mis oídos incluso después de haber comido. Ahora estábamos en el postre. Me encantaba el helado, pero hoy no podía disfrutarlo. No cuando logró hacerme dudar de todo lo que he creído durante los últimos años.

"¿Por qué estás tan callada?", preguntó mientras bajaba su batido. "¿Estás pensando en lo que te acabo de decir?".

Dijo la última oración con una sonrisa burlona mientras se reclinaba contra su silla.

"Claro que no", mentí, "solo me pregunto cómo voy a hacer que Calvin y Gunner me perdonen. No importa desde qué ángulo lo vea, no hay esperanza".

Como abogada, estoy acostumbrada a mirar las cosas desde diferentes ángulos cuando defiendo a mis clientes. Eso es lo que me hizo buena en lo que hacía. No dejaba ni un cabo suelto y pensaba en todos los resultados posibles. Hice eso con mi caso y no veía ninguna esperanza.

Puede que no haya amado a Calvin, pero lo conocía muy bien. Me había dado un sin fin de oportunidades para poner en orden