Me harías muy feliz si dejas tu opinion de la historia en la portada. ¡Los amo!
CARTAS.Zade gruñó ante la burla de Luna, su mirada destellaba con un desafío juguetón. Se acercó lentamente a ella, su voz bajó a un tono más seductor, casi un murmullo cargado de promesas no dichas.―Tal vez no es a Brenda a quién quiero, tal vez... ―hizo una pausa deliberada, su mirada fija en la de ella― es a mi compañera a quien deseo.Luna retrocedió lentamente, su espalda recta y su expresión controlada. Pero Zade era un depredador, y podía oler el miedo y la excitación mezclados en el aire.―Pierdes tu tiempo, casanova. ―Su voz era firme, pero su cuerpo traicionaba sus palabras.―. Tus... ―Lo miró de arriba a abajo, con desdén fingido― tácticas no funcionan conmigo.Zade se echó a reír, un sonido bajo y confiado.―¿Segura? Porque en este momento estoy sintiendo tu sangre fluir de manera rápida, siento tu corazón bombear rápidamente, tu respiración agitada, tu nerviosismo... ―Habló acercándose lentamente y Luna tragó un poco para calmarse.―¿Ya terminaste? Voy a ver cómo está De
DARSE UNA OPORTUNIDAD.En el estudio de la manada de Lorenzo, la tensión era palpable, como un enjambre de avispas listas para el ataque. Zade estaba de pie frente a la ventana, su silueta recortada contra el cielo crepuscular, mientras Lorenzo lo observaba con una mezcla de preocupación y reproche.—¿Estás seguro de lo que vas a hacer, Zade? —preguntó Lorenzo —Considero que estás excediéndote, podrías…—No —interrumpió Zade con firmeza, girándose para enfrentar a su amigo. Su mirada era la de un guerrero decidido a entrar en batalla. —Está decidido. Voy a destruir a ese maldito Snow.Lorenzo frunció el ceño, la frustración y el miedo por su amigo tiñendo sus palabras. —Sí, pero estás lastimando a personas inocentes en el proceso. Piensa en Luna, piensa en tu hijo…Las manos del Alfa, se apretaron en puños, las venas marcándose como ríos tumultuosos en sus brazos. Pero su determinación no flaqueó; en cambio, se volvió más férrea.—No, Lorenzo. No voy a cambiar de parecer. Voy a destru
TE PROPONGO UN TRATO. Esa noche, después de reflexionar sobre las palabras de Caleb y su hijo Desmond, Luna se encontró ante una encrucijada emocional que desafiaba su orgullo y su corazón. Con un suspiro que parecía cargar el peso de su mundo, bajó al estudio en busca de Zade. Después de llamar a la puerta y escuchar la orden de entrar, asomó la cabeza por la puerta. —¿Puedo pasar? —preguntó con una voz que traicionaba su nerviosismo. El lobo alzó la cabeza al escuchar su voz. Sus ojos se ensancharon ligeramente, asombrados por su presencia. —Sí… sí, claro. Pasa, es una gran sorpresa que estés aquí —dijo Zade, intentando ocultar el remolino de emociones que su visita había provocado. Luna rodó los ojos y cerró la puerta detrás de ella. Caminó cautelosamente hacia el escritorio y tomó asiento delante de Zade. —Quiero… —comenzó suavemente— quiero que hablemos. —¿Hablar? —Zade preguntó con un tono ligeramente burlón— Recuerdo que… —Zade, ¿quieres dejar de echarme en cara cada cos
CEREMONIA DE AULLIDO. Pasaron dos semanas y el día comenzó con los preparativos para el cumpleaños de Desmond. Luna estaba inmersa en los preparativos para la ceremonia de Aullido junto a Zade. ―¿Todo está listo, Nina? ―preguntó Luna al ama de llaves. ―Sí, mi señora. Todo va a quedar hermoso para nuestro pequeño ―respondió la mujer con una sonrisa. Luna sonrió con el corazón lleno de anticipación. Iba a ser el primer cumpleaños de Desmond lejos de su abuelo. Le había pedido a su padre que asistiera a la celebración, pero le dijo que su estado de salud era muy débil y no iba a poder acompañarlo. Había enviado un regalo con uno de los guerreros de la manada. Luna suspiró y caminó hacia la habitación de Desmond, segura de que se pondría feliz con el detalle. Llamó a la habitación y entró con una sonrisa. ―¿Listo para tu gran día? ―le preguntó. El cachorro bajó de la cama y corrió hacia su madre. ―Estoy feliz mamá, pero también triste, el abuelo no vendrá, ¿verdad? ―Oh cariño, lo s
DOS LOBOS ENAMORADOS. La ceremonia del Aullido terminó, dejando en el aire un eco de unidad y tradición que resonaba en el corazón de cada miembro de la manada. Zade, con su pequeño hijo Desmond dormido en sus brazos, caminó con la serenidad de un Alfa que había cumplido su deber. Luna los miró irse y en su rostro había una mezcla de emociones indescifrables. Caleb, que estaba a su lado, notando su vacilación, se inclinó hacia ella con una voz suave pero firme. ―Ve con ellos ―dijo ―Tal vez deberías hablar hoy, Luna. Soluciona tu situación con él hoy mismo. Ella lo miró un momento debatiéndose en su interior, pero finalmente asintió su corazón latía, frenético, como un tambor de guerra. Y con un suspiro profundo, Luna siguió los pasos de su familia. Al llegar a la habitación de Desmond, observó como Zade acostaba al niño en su cama con una ternura que desmentía su imponente presencia. El Alfa se inclinó y besó la frente del joven lobo, un gesto tan cargado de amor y protección que a
DESEO DESATADO. Zade abrió los ojos con sorpresa ante las palabras de Luna. Pero no podía negar que su lobo interior, e incluso él mismo, estaba rebosante de felicidad. —¿Estás… hablando en serio? —preguntó, dando un paso hacia ella. Al lobo no le importaba estar totalmente desnudo. Luna se humedeció los labios y trató de mirarlo a los ojos, en vez de a esa cosa enorme que tenía entre las piernas. —Sí… —Su voz salió un poco chillona y se aclaró la garganta para sonar más calmada—. Sí. Lo pensé y estoy dispuesta a que seamos una pareja real… —Sus ojos se encontraron con los de él—… En todos los sentidos. Zade podría aullar de felicidad, pero se contuvo. En cambio, dio otro paso hacia ella y preguntó seductoramente. —¿Estás segura? Ya te he dicho que te deseo, Luna. Quiero probar cada parte de tu delicioso cuerpo y no solo una noche, sino todas las noches. Ella sintió el corazón agitarse. —Lo sé… —susurró—. Y… De repente, el Alfa se echó a reír. —Lo estás haciendo por Desmond,
DESEO DESATADO (II) ―Zade… ―ella suplicó ―Te necesito… Ella arrastró los dedos por su abdomen, delineando cada músculo en él. ―Yo tampoco puedo esperar para follarte duro, nena. Quiero arruinarte para cualquier otro lobo, Luna. Quiero que mañana me sientas, aun cuando no estoy. Agarro sus piernas, las abrio y luego hizo que cruzara los muslos detrás de su espalda, atrayéndola hacia él. Con una mano, trabajando en su polla, la otra, jugó nuevamente con su clítoris, su pulgar, dibujando suaves círculos sobre él, haciendo que el cuerpo de Luna se sacudiera con la necesidad de más. ―¡Joder! ¿Qué demonios me has hecho? No soy yo cuando estoy contigo ―murmuro el Alfa sintiendo como su lobo comenzaba a agitarse cada vez más. Zade continuó jugando con su clítoris mientras acercaba la cabeza de su polla a su entrada. Luna creyó que en este preciso momento estaría renuente o nerviosa, sin embargo, en este momento, se sentía feliz, ansiosa y con una profunda necesidad de ser llenada por su
DESEO DESATADO (III)Luna estaba disfrutando de un sueño placentero, uno que le sacaba suspiros y pequeños gemidos, de repente sintió una lengua húmeda rozar su sensible clítoris y luego un dedo jugar con las paredes de su coño. —Hmmm... gimió disfrutando de su sueño.Zade, quien no había tenido suficiente la noche anterior, se había despertado con un hambre voraz, y ahora que podía saciar su hambre no iba a perder un solo segundo. Volvió a hacer el mismo movimiento y las paredes del coño de Luna se tensaron cuánto el jugo lentamente con sus dedos. —Diosa...—Despierta, princesa. —se apartó un momento para susurrarle —Quiero ver tus hermosos ojos cuando esté follándote. La voz grave y ronca hizo que la loba abriera sus ojos, el placer se arremolino nuevamente y cuando fue completamente consciente descubrió que no se trataba de un sueño, sino de su Alfa comiéndole el coño mientras ella dormía. —¿Zade? ¿Tu?—Ya te lo había dicho, mi amor. —el alfa chupo por última vez su clítoris y l