(PUNTO DE VISTA DE JARED)

"Vamos Sofía, llegaremos tarde", la llamé.

Era domingo por la noche y nos preparábamos para ir a cenar a casa de mi madre. Desde el regreso de los padres de Sofía, mamá convirtió en un ritual que todos los domingos cenáramos con los Gold en su casa.

Aunque preferiría estar en cualquier lugar menos en la cena, no tenía muchas opciones. Mamá no se tomaba a la ligera la ausencia de lo que ella llamaba "una pequeña reunión familiar".

Miré el reloj de mi muñeca cuando Sofía no salió y decidí darle unos minutos más. No sé a qué venía su alboroto por llevar maquillaje, solo era la cena.

Unos minutos después, subió las escaleras. "¿Cómo me veo?". Ella preguntó, haciendo una pose.

Sinceramente, estaba impresionante, pero yo ya no me dejaba llevar por su aspecto. "Te ves hermosa", dije, y rápidamente añadí, "¿Podemos irnos ya?".

"Claro", respondió.

Salimos hacia el coche y me fui. Llegamos a casa de mi madre y, nada más bajar del coche, Sofía me agarró del brazo