(PUNTO DE VISTA DE ARIELLE)

"¿Podemos hablar?". La profunda voz de Dwayne sonó a través de la llamada.

Hice una pausa antes de responder, "Claro».

"No me refiero en tu casa. En un restaurante o en algún lugar fuera".

"Me parece bien", respondí.

"Está bien, iré a recogerte en dos horas".

"Está bien", dije, y la llamada terminó.

Suspiré y dejé caer el celular en el sofá a mi lado. Desde nuestra última discusión, mi amistad con Dwayne se distanció bastante. Seguía llamando para ver cómo estábamos Maverick y yo, pero hace una semana que no nos visita.

No estaba enojada con él porque sus acciones eran justificables, pero tampoco podía culparme a mí misma. Quería más de lo que yo estaba dispuesta a darle en ese momento.

Pero lo extrañaba y quería arreglar las cosas con él, por eso acepté salir con él.

"Oye, bebé, voy a salir un momento", grité.

Maverick, que estaba jugando con sus juguetes a unos metros de mí, levantó la vista. "¿Adónde vas, mami?".

"Tengo que hacer un mandado",