Romina

Estoy de acuerdo en ir al hospital, no es como si pudiera negarme la pierna me duele demasiado, yo quiero esperar a que amanezca pero Jonathan quiere que vayamos ya mismo, es tan irritante

Jonathan

Pongo de nuevo la pijama a mi invitada para llevarla al hospital, no quiero que nadie admire sus bellas piernas, es muy necia, quiere esperar para que la vea el doctor pero cómo a necios no me gana ya le e llamado a mi amigo Pablo que por fortuna es traumatólogo para que la atienda, de nuevo la tomo en mis brazos, ésta vez la pequeña fiera no opone resistencia pero aunque lo hiciera de todas formas me saldría con la mía, ésta mujercita no tiene idea de con quién está tratando

Romina

Llegamos al hospital y yo siento unos nervios incontrolables, sé que mi semblante no es el mejor, llevo mi rostro escondido en el cuello de Jonathan, no quiero que nadie me reconozca además Jonh huele riquísimo, es tan varonil, su cuerpo está de infarto, siento como si flotara cómo una pluma en sus braz