Capítulo 886
No sabía si era cosquillas o qué, pero Gabriela no dejaba de mover su cuerpo.

Abrazando el cuello de Rodrigo, pegó su cara a la de él, coqueteando dulcemente: —Estoy caliente, me siento muy caliente.

Su rostro se tornaba rosado.

Gotas de agua cubrían su encantador cuerpo.

Ella tomó la iniciativa de retorcerse en sus brazos.

Era muy tentador.

¡Como una seductora hada!

Rodrigo, con los ojos bajos llenos de humedad, luchaba por controlarse.

Manchado de niebla.

Su nuez de Adán subía y bajaba mientras decía con voz ronca: —No te muevas, ya casi terminamos.

—Uh...

Ella se retorcía, diciendo: —Estoy sofocada.

Claro, el baño debía estar sofocante.

—Ya está.

Tuvo que sujetar con fuerza sus manos inquietas.

Rodrigo le lavó el cabello.

Con espuma por todas partes.

Después de bañarla, la sacó de la bañera y ambos se pararon bajo la ducha para enjuagar la espuma.

Durante todo el proceso, el cuerpo de Gabriela permanecía pegado al suyo.

Una vez limpios, él se puso rápidamente una bata de baño y trat
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