"¿Lo compró la secretaria? ¿Cómo puede ser la secretaria?" Gabriela no podía creer lo que oía.

No era de extrañar que algo saliera mal si lo compraba la secretaria, después de todo, esta secretaria no tenía buenas intenciones.

Dalia se apresuró a decir todo, "Cuando fui a pedirle al conductor que comprara el perro, la secretaria oyó mis palabras, así que dijo que iría ella a comprarlo, sabe mucho de animales, y pensé, bueno, siempre ha hecho las cosas bien, así que acepté que fue ella."

Gabriela estaba realmente cabreada, pero Dalia siempre se había dedicado a cuidarla, y esta vez, no había sido su intención.

Luchó por reprimir sus emociones, "Date prisa y lleva al perro al hospital veterinario para que le hagan un chequeo completo para ver si hay algún germen."

Dalia vio la mirada ansiosa de Gabriela y preguntó, "¿Podrían los bultos rojos de Gemio tener algo que ver con el perro?"

Gabriela asintió, "Quédate en casa, iré con el conductor."

Temía que pasara algo más.

Antes de irse, le e