Antonio parecía inocente, "En realidad no te he investigado, alguien me lo ha enviado."

Fingió ser inocente.

Pero el señor Martínez no era tonto para confiar en él tan fácilmente.

Fue que el señor Martínez no se entendió cómo consiguió meter mano en algo tan secreto, y hacía tanto tiempo.

Todos los que lo sabían estaban muertos.

"¿Cómo has conseguido todo esto?" El señor Martínez ya sabía que Antonio quería más.

Antonio siguió haciéndose el inocente, "Realmente no sé quién me lo ha enviado."

El señor Martínez se exasperó y dio un portazo en la mesa, "¿Qué quieres hacer, decírmelo claro, si sigues enfadado conmigo por filtrar que tienes una amante, ya te he cedido el proyecto, y me has chantajeado, y te he dado el dinero, ¡¿por qué sigues tendiéndome una trampa?!"

Antonio parpadeó sus ojos, "¿Te he tendido una trampa?"

Se agitaron la mano, "No hago nada, no puedes acusarme sin evidencias, o tendré que buscar al policía para protegerme."

Sus palabras eran claramente una amenaza.

El polic