Joan estaba confunsa.

Aunque haya hecho algo mal, si quiere reñir, tiene que dar un mensaje claro.

No dejó que muriera sin entenderlo.

Era una pena que su corazón no hubiera podido ser escuchado.

¡Rodrigo aún menos lo escuchaba!

"Uy, qué haces aquí, sal un poco más rápido."

De vuelta al salón, Rodrigo oyó, la voz de Joaquín y se acercó, a ver a Emilia de pie en su habitación, sosteniendo aún la caja que había colocado junto a la foto de sus padres.

Sus ojos se nublaron al instante y dio un gran paso al frente.

La voz era fría y aterradora, "¿Qué haces?"

Emilia no se inmutó, "Sólo tenía curiosidad y miré aquí."

"¿Por qué no dejas la cosa? Pertenecen a nuestro señorito y son muy valiosas para él..." Dijo Joaquín.

"Es mío." Emilia dijo con justicia, como si fuera verdad.

Era la primera vez que veía esta cosa.

Y sin embargo pueden decirlo con cara seria.

Estas son las palabras que Ricardo le enseñó a decir.

Dijo que el dueño de este colgante de jade era importante para Rodrigo.

Ella misma