Al día siguiente en la oficina Cristóbal estaba de excelente humor, su asistente Martín se lo notó de inmediato, él se preguntaba que le habría pasado a su jefe para que estuviera tan contento, hasta sonreía sólo, y que conste que su jefe nunca sonreía y en su atractivo rostro nunca había expresión

Ese día Camill llevaba un hermoso vestido Versace morado con unas botas a la mitad de sus muslos un saco que le combinaba a la perfección y una coleta alta como siempre su maquillaje exquisito, ella lucía divina, el Ceo Tomás del Villar reconocía la belleza de la esposa de Cristóbal, ese hombre si que tiene suerte, igual que yo con mi Alis

Tomas del Villar y Camill salieron a una cita con uno de los socios de Tomas, se habían quedado de ver en un restorán bar, la cita era con nada menos que Rodrigo Mendoza otro de los peces gordos igual que él y Cristóbal, pero ésto Camill no lo sabía, ella no preguntaba nombres solo se limitaba a acompañar a Tomas, si ella hubiera sabido de quién se trata