Cuando Fleur se enteró de que la Torre del Tesoro de Cuatro Lados había regresado a Oskia, supo que su oportunidad de apoderarse de ella había desaparecido.

Durante los últimos tres mil años, siempre se había adherido al principio de que no debía provocar a ningún país.

A excepción de unos pocos países pequeños, la mayoría de los países soberanos del mundo tenían su propia ventaja absoluta en comparación con la Sociedad Eliminatoria Qing.

Incluso el país soberano más pequeño tenía su propio territorio y espacio aéreo. Mientras tuviera un presupuesto, podría comprar aviones de combate de un país grande. Si tuviera aguas territoriales, incluso podría comprar sus propios buques de guerra.

Estos dos puntos estaban fuera del alcance de la Sociedad Eliminatoria Qing.

Aunque la organización actualmente tenía un fuerte poder financiero y fuerza individual, no tenía ninguna ventaja cuando se trataba de armas y equipos pesados, y mucho menos armas de destrucción masiva.

Además, la Torre de