“¡Entonces, ve a secuestrarlo!”, rugió Harrison furioso. “¡Encuentra al mejor interrogador para interrogarlo! Si se niega a revelar el paradero de la Torre del Tesoro de Cuatro Lados, ¡mátalo!”.

Hank estaba un poco aturdido por el grito. Se compuso y respondió: “De acuerdo, señor. Tendré a mis hombres listos para secuestrar a Biden del hospital”.

“Espera…”. Harrison dudó un momento y luego se lamentó: “Argh, olvídalo…”.

Harrison, que se había calmado, sabía muy bien que había cometido un grave error al enviar gente a la mansión de la familia Cole para inspeccionar y buscar a plena luz del día. Su reputación quedaría completamente arruinada si realmente enviaba a Hank y sus hombres a secuestrar a Biden en el hospital.

Después de todo, era equivalente al terrorismo si quería secuestrar a un hombre directamente de la policía y la Oficina Federal de Investigación y sin duda llevaría a una pelea. Era totalmente imprudente cometer un crimen tan terrible.

Después de considerar sus opcion