La tienda de antigüedades estaba cerrada cuando el coche de Charlie se detuvo frente a la tienda.

Janus se mostró indiferente al respecto. Después de todo, llegaron bastante temprano y pocas tiendas estaban abiertas temprano en la mañana.

Pero Charlie, que era más observador, notó algo inusual.

Él vio el óxido moteado en la puerta plegable de hierro y en la manija de la tienda, como si nadie los hubiera limpiado durante un tiempo.

Se estacionó al otro lado de la calle porque había planeado tomar una taza de café allí. Cuando se acercó a la tienda para echar un vistazo, descubrió que la tienda no había funcionado durante mucho tiempo. Incluso había una telaraña colgando sobre la puerta.

Al mirar adentro a través de la ventana, vio que las exhibiciones estaban sucias y no habían recibido mantenimiento durante bastante tiempo.

Janus frunció el ceño confundido. “Parece que este lugar ha estado cerrado durante al menos unos meses”.

“Tienes razón”. Charlie asintió. “¿No tenían los Col