Desde el momento en que perdió el conocimiento hasta que finalmente una luz tenue apareció de repente ante sus ojos, Charlie no tenía idea de cuánto tiempo había estado a la deriva en el vacío.

En este momento, junto con la tenue luz, apareció un dolor intenso y una sensación extrema de debilidad. Esta sensación de debilidad era tan abrumadora que ni siquiera podía reunir fuerzas para abrir los ojos.

Pronto, sintió que su cuerpo parecía estar envuelto en una sensación cálida, el cual parecía brindar cierto alivio al intenso dolor. Luego descubrió que la cálida sensación lo estaba elevando.

Posteriormente, escuchó una voz familiar exclamando en su oído: “¡Charlie!”. Esta llamada permitió que la visión de Charlie regresara gradualmente.

Cuando el debilitado Charlie abrió los ojos y vio a la persona frente a él, quedó completamente atónito porque de repente descubrió que la hermosa chica sumergida en la piscina de aguas termales revelando solo una parte de sus hermosos hombros, ¡no er