Cuando el Señor Lanyon se arrodilló repentinamente en el suelo, todos los presentes, excepto Charlie y los demás de Diez Mil Ejércitos, se quedaron atónitos como si les hubiera caído un rayo.

Después de todo, el Señor Lanyon era definitivamente una existencia superior única en Hong Kong.

La ciudad de Hong Kong no era grande, y el lugar en sí tenía muchas pandillas y sociedades clandestinas. Sin embargo, para muchos artistas marciales, aquí simplemente no era un lugar calificado para vivir.

Por ejemplo, los miembros de las pandillas de Hong Kong no eran para nada tan impresionantes como en las películas. En lo que respecta a las pandillas reales de Hong Kong, no eran más que un puñado de matones.

Cuando los pandilleros de aquí cometían un delito, podían dar un paseo en barco de una hora, lo que se consideraba como una huida. Si esto se expusiera al público, se convertirían definitivamente en el hazmerreír.

Esta era también la razón por la que muchas pandillas oskianas se habían ido