Si Quinn no se presentaba, Homer le diría a los dos presidentes en el escenario que invitaran a la invitada a comparecer. Homer utilizaría la excusa de decir que la invitada podría no haber oído su discurso e instaría a los dos presidentes a buscar a Quinn en el salón.

Después, los dos presidentes solo se encontrarían con un montón de cadáveres tirados por el salón, sin poder encontrar a Quinn por ninguna parte.

Como resultado, la escena se convertiría en un desastre. Como anfitrión, Homer tendría que mantener la calma ante el peligro. Homer llamaría inmediatamente a la policía al darse cuenta del trágico incidente. Le pediría a sus hombres que sellaran el salón de baile y evitaran que los sospechosos escaparan.

Después de eso, muchos oficiales de policía llegarían rápidamente a investigar la escena del crimen. Encontrarían a Fisher como principal sospechoso y se lo llevarían para interrogarlo. Finalmente, la dirección del caso se orientaría hacia Fisher y se alejaría de Homer.

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