Si la otra parte no respondía, Zakir solo podía permanecer en el Pabellón de Tesoro. Solo podía irse cuando recibió la respuesta de "Amén" de la otra parte.

Ahora que le habían dado una respuesta clara, Zakir no tenía intenciones de retrasar más las cosas. Él miró a la multitud en el pasillo que tenían sus cabezas abajo y en cuclillas, y dijo fríamente: "Han preparado el coche que pedí, así que es hora de que me vaya. Gracias a todos por su cooperación. Serán libres cuando me vaya".

El centenar de personas soltó un suspiro de alivio tan pronto cuando escucharon esto. Sonrisas tranquilizadoras aparecieron en los rostros de todos.

La seguridad de Oskia era tan buena que a la mayoría de la gente nunca le pasaría algo así en su vida. Incluso si le pasaba, sería la mejor suerte para ellos salir ilesos.

Por lo tanto, en este momento, todos se relajaron por completo y esperaron ansiosamente a que el feroz criminal se fuera. Entonces, ellos podrían salir de esta crisis de manera segura.

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