La luz del día iluminaba el cielo de la ciudad de Tokio. Charlie e Ito Nanako estaban desayunando juntos.

Nanako se dirigió a Charlie diciendo: "Le pediré a los sirvientes que le preparen la habitación de invitados, Sr. Charlie. Primero debería descansar. No ha dormido en toda la noche. Debe ser pesado para ti".

Charlie sonrió un poco y negó con la cabeza. "No te preocupes. No estoy cansado".

"¿Cómo no va a estarlo?", exclamó Nanako. No podía ocultar la angustia en sus palabras. "Desde la batalla de anoche con los ninjas de Fujibayashi, no ha descansado nada. Por no hablar de que ha tenido dos batallas y ha conducido durante cientos de kilómetros...".

Charlie sonrió. "Tú también no has descansado. ¿No te sientes cansada?", él preguntó.

Nanako se sorprendió por su pregunta. Tras reflexionar un momento, respondió: "No estoy realmente cansada. De hecho, me siento como si mi cuerpo fuera inagotable, lleno de renovado vigor. Me siento en la cima de mi vida...".

"Este debe ser el efect