Charlie miró a su alrededor. No tenía ninguna preferencia especial por ninguna de esas deliciosas comidas. Entonces sonrió y dijo: "Solo tráeme un tazón de ramen, gracias".

Nanako se dirigió inmediatamente al chef, que era un experto en la elaboración de ramen: "Sr. Kuwa, por favor, prepara dos tazas de ramen. Por favor, prepara doble ración de fideos para el del Sr. Charlie".

El chef respondió respetuosamente: "Entendido, Señorita. Por favor, siéntese y le serviremos en un momento".

En ese mismo momento.

Mientras Charlie y Nanako disfrutaban de su desayuno en la mansión de la familia Ito, un hombre de unos cincuenta años acababa de despertarse en su habitación presidencial del Hotel St Regis de Tokio.

Tenía en sus manos una taza de café y un cigarrillo mientras contemplaba la vista de las calles de Tokio al amanecer desde su ventana.

Cuando el cigarrillo se consumió, metió la colilla en el cenicero y encendió otro. Le preguntó a su fiel sirviente, que estaba a su lado: "¿Cómo es