Isabella vio al pequeño que la veía con cautela, su ropa no era de un niño del personal de servicio, era de un niño de alta sociedad, tal vez era hijo de algún miembro de la familia real, la mirada del niño no dejaba duda por qué la veía con autoridad y altivez, Isabella extendió la mano- Mucho gusto soy la doctora Isabella- el niño siguió con su escrutinio con la mujer- ¿tu eres?- Isabella sonrió al pequeño que pronto le devolvió el gesto
-Soy el príncipe Ulises- la pequeña mano estrechó con la suave mano de Isabella- ¿te estás quedando aquí?
-No, estoy viviendo en la casa de allá- Isabella le señaló la casa del doctor Lomelí- y será por poco tiempo
-¿Vienes de vacaciones?- Isabella negó con la cabeza, el niño era muy despierto e inteligente
Felipe al bajar a desayunar quiso mover las cosas sabía que su padre tendría la entrevista con la doctora antes que él, pero en esta ocasión creía que debía ser distinto, tenía la necesidad de saber en consistía la nueva intervención, y cuál era la probabilidad que le daba la nueva doctor para volver a caminar, ya todos lo esperaban en el comedor, Ulises estaba sentado junto a Mariana no era costumbre que los niños que los niños compartieran la mesa con los adultos pero Mariana no quería dejarlo solo en una mesa aparte. El niño al verlo venir dejo su silla-Ulises no debes levantarte de la mesa- pero al ver Mariana a dónde iba no dijo nada, tenía una conexión especial. -Buenos días papi- Ulises lo abrazo del cuello- sabes conocí a la nueva doctora-Ah si, y ¿dónde la viste?- Ulises sonrió no había desobedecido, no se había ido más allá de las tierras del palacio, la doctora había estado muy cerca de él-En el kiosko del jardín- tomo su mano-
-Aquí estás amor- Andrea irrumpió en el consultorio, Héctor al saber que Felipe podría ser de nuevo intervenido mando a su hija, aunque odiara los hospitales tenía que estar apoyando a Felipe, el sería su esposo dentro de muy poco- no sabes cuánto te he buscado- le dio un beso en los labios, Felipe movió un poco la cabeza y tosió-Andrea te presento a la doctora Isabella Rosete de Culoma- Andrea vio en el rincón a la mujer que tenía la vista agachada, no la había notado cuando entro, era tan insignificante a sus ojos; le sonrió de oreja a oreja, si ella lograba que Felipe volviera a caminar sería su salvación, no creía poder soportar a Felipe así-Lo siento, no suelo ser tan efusiva pero comprenderá que mi amor por mi futuro esposo es tan grande que quiero demostrárselo siempre- Andrea tomo su mano- mucho gusto soy Lady Andrea Beac
León tenía coraje por la persona que había mandado hacerle daño a Sandra, ese hombre había dicho que alguien le había pagado muy bien para que ella saliera del mapa, gracias a dios ahora estaría en la cárcel sin hacerle daño a nadie más. Al salir de la comisaría él le había preguntado quién había podido haber sido él que la quisiera muerta, ella se quedó pensando y claro que tenía un nombre, pero no quería decirle porque no tenía pruebas, era su palabra contra la suya y a parte el tenía a Isabella muy cerca y si sabía que ella no había muerto podía hacerle algo a ella, todo para que no se alejara de él, tenía una obsesión enferma por ella. Sandra se sentía segura todo el camino, porque León no le había soltado la mano al subir al avión que los llevaría a Tegmenï, era un avión amplió para ellos dos solos. Al pisar el suelo de Tegmenï León no pidió su opinión y le dijo que irían al hospital, Sandra quiso protestar pero a él no le importó la llevo al médico aunque no tenía n
Era una casa amplia, con una fachada de estilo Neo clásico, aún cuando era grande se podía sentir acogedora, Isabella no pudo evitar pensar en Nicolás el debía estar aquí en su lugar, viviendo con su familia, siendo feliz junto a su papá como lo era Ulises; ellos dos jugando felices como hermanos que eran Ulises había tomado su mano era tan pequeña, tan tierna sintió un dolor en su pecho, no podía dejar de pensar en Nicolás, en como sería lleva su mano, y quién en esos momentos las sostendría para ir con él al parque a jugar lo que a él le gustará;-Es por aquí- Ulises la guiaba lo poco que veía no era una familia que le gustará ostentar sus cosas-Príncipe Ulises no jale a la doctora Rosete por favor- un hombre alto y canoso iba detrás de ellos- sea más delicado príncipe- Isabella soltó una risita, Ulises no hizo caso al hombre que venía detrás, el hombre se resignó era algo que ya hacía habitualmente, el pequeño Ulises siempre quería hacer las cosas a su manera y está
La plática con Mariana la había llenado de esperanza, no era la única sin dejar de buscar a Nicolás, lo que le dijo la princesa que ella también lo estaba buscando aunque la familia no lo sabía la llenaba de ilusión que un día lo encontrarían. Miro su reloj ya casi era hora de la cita médica con Felipe, deseaba que viniera el solo, su estómago no soportaría la acidez amarga que sufría cada vez que los veía juntos, tenía que operar a Felipe y después desaparecer tal vez tener contacto con Mariana para saber si ellos tenían alguna pista, pero de Felipe no quería si el había decidido ser feliz con Lady Andrea lo dejaría por eso tenía irse de Tegmenï y olvidarse de él, tal vez volver con Osbaldo aunque fuera por agradecimiento porque estos dos días de volver a ver a Felipe su amor por él había vuelto con m&aac
Isabella daba gracias a Dios no haber vuelto a ver a Felipe en el hospital y estando con Ulises no sería capaz de tocar de nuevo el tema, de camino de nuevo al palacio decidió irse por su cuenta no podría estar cerca de Felipe era débil, y en cualquier momento volvería a caer, solo sentir sus manos y sus labios en su piel había vuelto a la vida, si hubiera podido ahí mismo terminaban lo que el había comenzado; su traicionero cuerpo reaccionó a su contacto, pero no podía negarse a ella cuánto había deseado sus manos, había soñado con él en la distancia que ahora estando cerca no podía evitar caer. En la tranquilidad del auto pensaba en el la conversación antes de ser interrumpidos, no entendía su pregunta de porque lo había dejado de amar si el fue el primero en decirlo había sido tan cruel en sus palabras escritas en aquella carta que de solo recordar le dolía el corazón; pero estaba lo que él doctor le había dicho que durante tres meses nadie supo dónde estaba, que había estado en
Ves que te dije que te gustaría estar aquí que ir al hospital- Abel abrazaba a Andrea que estaba recostada sobre su pecho, totalmente desnuda, al salir de casa habían decidido tomar otra ruta en vez de ir al hospital.-Si esto es mejor que estar con Felipe- levantó la cabeza sobre su pecho para verlo a los ojos- no sabes que bien se siente esto, no quiero que acabe nunca-Pues tu solo di que termine con Felipe y yo lo hago- Andrea negó, eso no estaba en sus planes, ella tenía que ser la reina de Tegmenï y tener todo a sus pies- o si quieres puedo dejarlo como vegetal y tú la pobre reina que de en vez de cuando necesite mis atenciones-Eso no está mal, podemos planearlo para después de casarnos, si veo que no puedo vivir con él, que no es como antes tal vez sea una opción- Abel acariciaba su espalda de arriba a bajo, sabía que era lo que le gustaba en la cama, al llegar con Héctor a trabajar Andrea era una adolescente que tenía una gran belleza, aunque intentaba no
Mariana llegó más tarde había tenido que ir a un evento con su mamá y después había ido a la escuela para ver si podían admitir a Ulises, quería que estuviera cerca de su familia, porque era el único lugar seguro para él, el año que estuvo estudiando en Madrid fue de miedo para Mariana, nadie sabía quién era su hijo, pero le saltaba el miedo de aquel hombre sin nombre, aquel hombre que no sabía su relación con el niño, podía ser el padre y pensando que era producto de la traición lo quería muerto, o era hijo de él verdadero amor de la madre y era recordatorio de ese amor, ninguna era razón para quererlo muerto sin embargo la humanidad a veces es cruel con los indefensos. Lo rescatable ella lo había salvado con su vida, si esa mujer que traía en brazos a Ulises era su madre hasta el último momento lo había protegido con su vida, aun recordaba en sus ojos el miedo y el vacío cuando una vida se está apagando. Tenía días queriendo saber el nombre de aquella mujer, que buscó a un investi