La plática con Mariana la había llenado de esperanza, no era la única sin dejar de buscar a Nicolás, lo que le dijo la princesa que ella también lo estaba buscando aunque la familia no lo sabía la llenaba de ilusión que un día lo encontrarían. Miro su reloj ya casi era hora de la cita médica con Felipe, deseaba que viniera el solo, su estómago no soportaría la acidez amarga que sufría cada vez que los veía juntos, tenía que operar a Felipe y después desaparecer tal vez tener contacto con Mariana para saber si ellos tenían alguna pista, pero de Felipe no quería si el había decidido ser feliz con Lady Andrea lo dejaría por eso tenía irse de Tegmenï y olvidarse de él, tal vez volver con Osbaldo aunque fuera por agradecimiento porque estos dos días de volver a ver a Felipe su amor por él había vuelto con m&aac
Isabella daba gracias a Dios no haber vuelto a ver a Felipe en el hospital y estando con Ulises no sería capaz de tocar de nuevo el tema, de camino de nuevo al palacio decidió irse por su cuenta no podría estar cerca de Felipe era débil, y en cualquier momento volvería a caer, solo sentir sus manos y sus labios en su piel había vuelto a la vida, si hubiera podido ahí mismo terminaban lo que el había comenzado; su traicionero cuerpo reaccionó a su contacto, pero no podía negarse a ella cuánto había deseado sus manos, había soñado con él en la distancia que ahora estando cerca no podía evitar caer. En la tranquilidad del auto pensaba en el la conversación antes de ser interrumpidos, no entendía su pregunta de porque lo había dejado de amar si el fue el primero en decirlo había sido tan cruel en sus palabras escritas en aquella carta que de solo recordar le dolía el corazón; pero estaba lo que él doctor le había dicho que durante tres meses nadie supo dónde estaba, que había estado en
Ves que te dije que te gustaría estar aquí que ir al hospital- Abel abrazaba a Andrea que estaba recostada sobre su pecho, totalmente desnuda, al salir de casa habían decidido tomar otra ruta en vez de ir al hospital.-Si esto es mejor que estar con Felipe- levantó la cabeza sobre su pecho para verlo a los ojos- no sabes que bien se siente esto, no quiero que acabe nunca-Pues tu solo di que termine con Felipe y yo lo hago- Andrea negó, eso no estaba en sus planes, ella tenía que ser la reina de Tegmenï y tener todo a sus pies- o si quieres puedo dejarlo como vegetal y tú la pobre reina que de en vez de cuando necesite mis atenciones-Eso no está mal, podemos planearlo para después de casarnos, si veo que no puedo vivir con él, que no es como antes tal vez sea una opción- Abel acariciaba su espalda de arriba a bajo, sabía que era lo que le gustaba en la cama, al llegar con Héctor a trabajar Andrea era una adolescente que tenía una gran belleza, aunque intentaba no
Mariana llegó más tarde había tenido que ir a un evento con su mamá y después había ido a la escuela para ver si podían admitir a Ulises, quería que estuviera cerca de su familia, porque era el único lugar seguro para él, el año que estuvo estudiando en Madrid fue de miedo para Mariana, nadie sabía quién era su hijo, pero le saltaba el miedo de aquel hombre sin nombre, aquel hombre que no sabía su relación con el niño, podía ser el padre y pensando que era producto de la traición lo quería muerto, o era hijo de él verdadero amor de la madre y era recordatorio de ese amor, ninguna era razón para quererlo muerto sin embargo la humanidad a veces es cruel con los indefensos. Lo rescatable ella lo había salvado con su vida, si esa mujer que traía en brazos a Ulises era su madre hasta el último momento lo había protegido con su vida, aun recordaba en sus ojos el miedo y el vacío cuando una vida se está apagando. Tenía días queriendo saber el nombre de aquella mujer, que buscó a un investi
Andrea entro a la casa muy feliz, estar con Abel siempre la relajaba, y experimentaba una alegría que duraba por largo tiempo, desde que lo vio sintió algo que nunca había podido explicar, ese nuevo sentimiento siempre lo tenía como su mayor secreto. Al ir por la sala vio a su padre, respiro hondo tenía que ocultar su alegría, el solo hecho de pensar en Felipe apagaba todo;-¿Cómo está el príncipe?- Andrea no se sorprendió, para su papá siempre estaba primero sus planes, que muy bien no sabía porque era tan necesario el matrimonio de ella con Felipe-Muy bien, al parecer los estudios salieron bien, mañana tendrá una fecha para la nueva operación- Héctor miro a su hija, sabía que estaba cansada de estar con Felipe, pero el necesitaba el poder que tendría siendo el suegro del rey difunto, ya estaba cansado de esperar, nunca pensó que se llevará tanto tiempo concretar su plan. Al pensar que había logrado matar al príncipe su mira había cambiado hacía Mariana, una chiquilla
Sandra llegó a la casa del doctor Lomelí, había quedado con Isabella que ahí se verían para conversar, antes de salir de la casa de León está le había deseado suerte, llegó ante la puerta y antes de tocar soltó un suspiro, vio el timbre, y no tardó en tocar era momento de terminar con todo, una mujer algo mayor fue la que abrió la puerta tenía una cara de preocupación-Buenos días es usted la señorita Sandra- ella asintió-Si, vengo a ver a Isabella- Joyce la tomo de la muñeca para hacerla pasar, casi la llevo corriendo-Que bueno que vino señorita, la doctora Isabella está inconsolable desde que vino Gerzon- Sandra no entendía lo que decía la mujer, no sabía quién era ese Gerzon, la mujer la llevo hasta la sala y ahí Isabella estaba llorando inconsolable, echa un novillo en el sofá- espero a usted si le diga lo que pasó- Joyce se fue dejando sola a las dos amigas Sandra corrió a ver a su amiga, vio las rosas rojas-¿Qué sucedió Isa?- I
Si ella te hubiera querido no se hubiera ido a Tegmenï- para Hanna no le importo el espectáculo de humillación que estaba montando tenía que evitar que Osbaldo fuera detrás de ella,- entiende que ella no te ama Isabella no te quiere como yo, Osbaldo déjalo quédate conmigo yo puedo hacerte feliz, mírame aquí a tu lado y amo Osbaldo- Osbaldo no escucho lo demás, solo se repetía en su cabeza una sola cosa Tegmenï, sin mirar quien pudiera verlo salió del auto con el rostro oscurecido por la rabia que estaba sintiendo al saber que esa estúpida había sabido desde un principio dónde estaba, tomo del brazo a la mujer -¿Tú sabías donde estaba estúpida?- apretó con fuerza el brazo de Hanna, ella comenzó a chillar de dolor- tu lo supiste y me hiciste pasar por este infierno, sin saber dónde estaba ella, te lo pregunté varias veces y tuviste el cinismo de mentirme en mi cara- Hanna vio el odió en los ojos castaños de Osbaldo, porque no podía entender que lo hacía por su bien por am
Osbaldo al bajar del avión vio la pequeña isla, nunca en su vida había escuchado que alguien nombrará este reino, estaba en medio de España y Marruecos, había ido de España a Marruecos y nunca la había visto. Ahora tenía que ir por su esposa, Isabella tenía que volver con él, esperaba que aún no se hubiera encontrado con ese Felipe, si ya lo había visto y ella le contará sobre Nicolás todo estaba perdido, vio unas flores al salir del aeropuerto, no podía llegar con las manos vacías, compro las mas caras de todas y tomo el taxi, conociendo a su esposa a estás horas tendría que estar en el hospital, y le indico al hombre que lo llevará directamente al hospital y por fortuna para él solo había uno. Tomo su teléfono durante el viaje había apagado el teléfono, al encenderlo de inmediato entro una llamada, de inmediato vio el nombre era Rebeca-Querida suegra ¿que sucede?- Osbaldo estaba de un mejor humor ya están más cerca de Isabella, llegaría a salvarla de ese hombre aunque aún s
Isabella miro a Osbaldo, de nuevo tenía el rostro oscurecido, no comprendía porque se negaba, por era tan tajante si ya le había dicho que no lo quería que estaba por agradecimiento porque no quería darle el divorcio- te lo dije una vez este matrimonio es para siempre, tu serás mi esposa por qué así lo quiero no he pagado tanto para estar sin ti- Isabella no entendía eso como fue que había pagado por ella, si no era algo que pudiera ser comprado, era una persona una mujer que tenía su dignidad.-De que estás hablando Osbaldo a quien le pagaste- Osbaldo de inmediato dio media vuelta, sabía que estaba hablando su enojo, estaba molesto cada palabra que le había dicho Isabella se clavaba en su pecho, había luchado tanto por ella que no podía permitir que se fuera así de su vida tan fácil, ella ahora era suya-Que he pagado por encontrar a tu hijo- d