Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoAxel volvió a besarme sin poder, ni querer soltarme hasta que aún sin ganas de hacerlo, nos tuvimos que soltar, para entrar de nuevo a la casa con Alejandra, no podíamos demorarnos más de la cuenta.–Ahora sí, los dejo trabajar – Le di un beso a Ale y otro a Axel – Que les sea leve, su noche de trabajo.Miré a Axel y me mordí el labio inferior, como me gustaría que no estuviera aquí mi hermana, desde que llegamos ya nos las hubiéramos montado a lo grande. Pero bueno, no era mi casa.–Buenas noches Amaia, ya duérmete que ya es tarde – Me ordenó Ale – Que descanses.Muchas veces mi hermana se comportaba como si fuera mi mamá, pero se lo agradecía, porque no tenía más a donde ir y ella se estaba ganando el cielo al permitir que viviera con ellos.–Buenas noches, Amaia que duermas bien y que sueñes bonito – Me dijo Axel haciendo que me temblaran las piernas – Nos vemos, mañana.Le tiré un beso a escondidas, luego se lo daría con creces, me
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoEl volvió a abrazarme y me atrajo a sus brazos, nos empezamos a besar lento y despacio, lo que provocó una mayor desesperación entre los dos, yo sentía que me derretía en sus brazos y que mientras me besaba todo el mundo dejaba de girar, para detenerse en ese momento en que sus labios y los míos se dejaban llevar por toda la pasión y el deseo que ese beso encerraba.Axel, sin pensar, me levantó en sus brazos y me sentó en la mesa del comedor y yo involuntariamente presa de la desesperación que me estaba haciendo sentir con solo besarme, abrí las piernas y él se colocó entre ellas, para después bajar su cabeza y besar mi cuello y haciendo que me quisiera hacer para atrás, su tacto me hacía ver estrellas.–Axel, hazme el amor aquí – Le dije muy agitada – Ya no aguanto más.No sabía que era lo que tenía Axel, que desataba en mí unas ganas intensas de que me poseyera en el lugar donde estuviéramos, me nublaba la razón y lo deseaba con locur
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato MéxicoTan pronto dejé a Amaia en su escuela, me fui a los juzgados para alcanzar allá a Ale, antes que se fuera a poner peor de lo que ya estaba en la mañana. De camino para allá, sólo podía pensar en una cosa, en ella en mi Amaia. Así la veía y la sentía desde ayer y me tenía vuelto loco y eso que solo nos habíamos besado y acariciado.Era muy hermoso lo que me estaba pasando con ella, tanto que todo el tiempo sentía que no pisaba el suelo, permanecía en las nubes, me sentía como cuando me enamoré por primera vez hacía algunos ayeres. El sonido de mi celular, me sacó de mis pensamientos y era quién yo pensaba, Alejandra, mi colega.–Hola Ale, ¿Qué paso? Ya voy para los juzgados – Me justifiqué – Voy de regreso de dejar a Amaia en el Tec, siempre si la fui a llevar para no tardarme en pasarle carga, pero ya estoy llegando allá.Le tuve que explicar para que no dijera nada indeseable, y en verdad ya estaba por llegar, no iba a tener que esperarme dem
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato MéxicoCuando Mauricio terminó de decirme lo que le había pasado a mi dulce Amaia, estaba seguro que se me habían ido los colores del rostro, quise estar en ese momento en el Tec, no me la podía imaginar allá solita.–No te preocupes Mauricio, yo paso a buscar a Amaia y la llevaré a que la atiendan, desde luego ya que sepa lo que pasa con ella, te llamo para avisarte. Pierde cuidado.–Gracias Axel, quedo pendiente de tu llamada.–Por nada socio, buen día. – Le dije con premura.Al colgar con Mauricio, Ale se me quedó mirando como notando mi preocupación y sólo pude decirle a manera rápida el recado de su padre. No podía decirle otra cosa, pues era lo que sabía.Salí como loco a buscar el auto, mi corazón estaba latiendo como desesperado y de mis ojos salieron unas cuantas lágrimas de la impotencia, quería legar allá lo antes posible, me desesperé en el tráfico y no recuerdo ni cómo llegué al Tec tan rápido, hasta que me encontré en la enfermería, bus
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoAxel y yo nos acomodamos la ropa después de ese faje tan intenso que habíamos tenido en la casa de Elisa. Estuvimos con ella en su casa el resto del día, yo me fui sintiendo mucho mejor con el analgésico que me dieron y unos tés de hierbas. Por la noche cuando Axel me llevó a casa de Ale, se detuvo en la calle de atrás para que nos despidiéramos como siempre.–Amaia, cariño. Necesito que le digas a Ale que harás algo el fin de semana, preciosa – Axel me tomó de la mano – Te tengo una sorpresa y nos iremos mañana cuando salgas del Tec.–Sí mi amor, está bien. Yo veo que le digo a Ale, pero por favor sólo me dejas y te vas – Le pedí – No se te vaya a ocurrir decirle que me desmayé o no me dejará salir todo el fin de semana.–Tenemos que ir a que te hagan esos análisis que pidió la doctora el lunes temprano, ¿Me lo prometes, cariño?–Sí mi rey, te lo prometo.Axel me tomó entre sus brazos lo mejor que se pudo, pues estábamos dentro del aut
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoLa escenografía era aún más impresionante, había muchos ramos de girasoles por toda la suite y más pétalos, velas y peluches por todos lados. Hasta que vi la cama tan grande, espaciosa y hermosa, con un corazón hecho de rosas que tenía las iniciales “A & A”.–Axel, gracias por esto, es perfecto – Lo abracé y lo llené de besos – Me encanta, pero no era necesario que hicieras todo esto.–Nada es suficiente cariño, cuando se trata de ti ¿Quieres una copa de vino? – Me ofreció.–Claro que sí, por favor.Axel destapó una botella de vino tinto, Castillo Ygay, sirvió el vino en dos copas y me dio una. Yo levanté la vista y se me dispararon las pulsaciones en cuanto lo veo, es él y siempre ha sido él. Axel, conecta su mirada con la mía y nuestro contacto visual se establece, sin yo saber si sería capaz de romper esa conexión maravillosa. Yo solo quería seguir mirándolo a él y a sus hermosos ojos verdes.–Amaia, brindo por ti y por nuestro prime
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoDespués de esa entrega maravillosa y llena de sentimientos que habíamos tenido el uno con el otro, nos quedamos abrazados un rato en la cama. Esa noche había sido la más inolvidable para mí, después de haber hecho mía a la mujer de la que realmente estaba más que enamorado, no sabía porque esto no se había dado antes.–Axel, te amo mi amor – Me dijo Amaia, así como estaba acomodada en mi pecho – Te amo mucho, no puedo creer que estemos así, juntos, después de toda mi vida estar enamorada de ti, de veras que no me lo puedo creer.Empezaba a creer que mi mundo apenas comenzaba, me sentía como si por primera vez estuviera haciéndole el amor a una mujer. Era como si estuviera viviendo en la luna, estaba soñando despierto y no quería despertar, no quería que esto acabara nunca.–Yo apenas si lo puedo creer mi hermosa Amaia, pero es totalmente real, totalmente hermoso y totalmente verdadero, es cierto todo lo que te he dicho cariño – La besé nuevam
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoEn cuanto se dejó caer en mi pecho, sentí cómo Amaia al momento, de alcanzar el cielo, se soltó en mis brazos y se quedó muy relajada y demasiado suelta. Eso de inmediato me alarmó y comencé a hablarle, era una tremenda angustia.–Amaia, cariño ¿Qué tienes mi amor? – La moví un poco – Te amo, despierta mi reina, por favor.Pensé que por mi forma tan brusca y fuerte de tomarla, le había causado otro desmayo y yo no sabía cómo hacerla reaccionar, me alarmé demasiado y no quería entrar en pánico, eso sería peor.–Axel – Respondió muy agitada – Estoy mejor que bien mi amor, no tengo nada. Es solo que me he quedado sin fuerzas. Esto ha sido mágico.Pude respirar con tranquilidad, por un momento pensé que se quedaría así en mi pecho. Solo necesitaba descansar, no era otra cosa de la cual alarmarse. Nada que unos minutos de descanso no puedan solucionar.–Descansa entonces, preciosa, solo un poco mi amor. – Le concedí. – Ahorita que nos repongamos u