Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoDías después de ese momento espantoso en el que Axel me hizo el amor de esa fea manera, las cosas aparentemente estuvieron tranquilas. Mi hermana Ale seguía enojada por lo de Axel y su relación con Ivanna y ellos, pues de vez en cuando se veían juntos en el despacho fingiendo ese amor y lo bueno de todo es que yo trataba de evitar estar con ellos cuando se tenían que besar o algo, era algo que yo no soportaba y que además me dañaba demasiado.Un buen día, cuando llegué al despacho saliendo del Tec, me encontré con qué alguien indeseable me estaba esperando. No tenía ganas de ver a esa mujer que me causaba un malestar muy espantoso.–Hola, Amaia – Dijo Cecilia – Hacía mucho que no te veía y lo que son las cosas, veo que ya tienes un auto, es una chatarra y sé que es para lo que pudiste tener, ya que tus padres jamás te comprarán uno y no tienes en qué caerte muerta.Esta mujer es de lo peor, a ella qué le interesaba si yo tenía dinero o n
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoLa que iba a salir perdiendo en todo sería Cecilia, si Ale le da su merecido solita se lo ha venido a buscar, yo no quiero tener ya nada que ver con esa mujer, hablaba hasta por los codos y todo porque había perdido a un hombre que ya no la quiere, vergüenza le debería dar al estar rogando por algo que se murió antes de que Axel tuviera que ver algo conmigo.–Mira lo que son las cosas – Cecilia sabía algo y yo estaba segura de eso – Tú defendiendo a la arpía de tu hermana, ella a su vez defiende a la arpía de la güera. Parece que no te das cuenta, que solo tú y yo salimos afectadas en todo esto.Cecilia ya estaba hablando más de la cuenta, estoy segura de que ella sabe más de lo que dice, porque me está acusando directamente, aunque mi hermana no está entendiendo lo que esa mujer está diciendo.–Ale, vámonos, por favor – Jalé a Ale – Quiero lavarme la cara para limpiarme las babas de esta mujer asquerosa.–La inocente Amaia quiere salir
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoLas cosas estaban poniéndose de lo peor con la loca de Cecilia y en muy mal momento. Esperaba que Ale no le fuera a decir a Mauricio del altercado que se había dado entre ella y Cecilia, porque Mauricio sería ahora el primero en volverse en mi contra, pues él me había dicho, que no quería ningún tipo de problemas con Cecilia y desde hace mucho tiempo, desde que supo que andaba con Amaia me pidió arreglar las cosas con Cecilia.–Axel, ¿Podemos salir un rato? A dónde sea, por favor – Me pidió Amaia – Yo no puedo despejarme y tengo mucha tarea.Amaia estaba totalmente estresada, que no se podía concentrar en sus tareas, pues las cosas se estaban poniendo peor de lo que yo me hubiera imaginado, puesto que ya Ale estaba sospechando de lo que le había dicho Cecilia.–Sí, cariño. Solo que no podemos ir a dónde esté muy concurrido, si quieres vamos al parque metropolitano a caminar.Ahora nos teníamos que estar escondiendo del ojo público, pues yo no
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNo quería que todo este drama de Cecilia saliera perjudicando a mi preciosa Amaia más de lo que la estaba perjudicando, tenía que hacer que dejara de pensar en esa mujer, que tanto daño nos está causando.–Necesito algo que me distraiga de todo lo que está pasando y ya me cansé de estar además de con toda esta tensión, aquí encerrada.Sabía que mi querida Amaia tenía razón, pero nos encontrábamos en una encrucijada de la que no podíamos salir. No podíamos hacer otra cosa que permanecer como estábamos en esos momentos, ahí en el departamento y tendríamos que buscar algo que hacer ahí, para poder disipar tensión y, ya que la güera estaba con nosotros, se me ocurrió algo.–Chicas, vamos a jugar algún juego de mesa – Les dije a ambas – Así nos despejamos y nos divertimos, además estamos 3 jugadores y se pondrá bien.Los tres estábamos tensos, ya no estábamos viviendo con la tranquilidad que necesitamos, ahora nos teníamos que quedar encerrados en
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoTodo se estaba complicando demasiado y lo cierto era que yo no me sentía ni cómoda en el Tec, estaba de hecho todo lo contrario muy incómoda y muy alterada por todo lo que estaba pasando con la loca de Cecilia y ahora hasta teniendo escoltas, esto estaba de locos y por si fuera poco ese día que estaba en el Tec, pasó otra cosa que me puso muy mal.–Amaia, estás muy dispersa – Dijo Javy uno de mis amigos – No puedo creer que tú estés tan ida siendo tan dedicada en la escuela. Eso es de no creerse.Pues ya las cosas en lo particular me estaban afectando demasiado, no vivía tranquila de solo pensar que Cecilia, por estar con sus amenazas, había hecho actuar a Axel de esa manera, logrando así que contratara a un grupo de escoltas para protegernos a él, a la güera y a mí.–Pues sí, eso es para no creerse y lo mismo me digo yo, que no soy ni yo misma últimamente – Admití – Trato de echarle ganas, pero todos ustedes ya saben lo que está pasando
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoEsa tal Rafaela estaba arruinando mi día, debería ir a reportarla, pues no me tenía que amenazar de esa forma, y Cecilia iba a tener que tragarse sus palabras porque no le iba a quitar ni un centavo a Axel.–Sí, tienen razón, vamos a entrar.Entramos a clases y por un momento me pude olvidar de todo, tratando de poner toda mi atención en las clases, pero no podía del todo. Me rebasaba la situación y yo era mala, siempre decidiendo que era lo mejor para mí, yo amaba a Axel y obvio, quería seguir con él, pero no podía saber hasta dónde iba a llegar este problema y yo no quería que él perdiera todo lo que le había costado tanto conseguir.En momentos pensaba que lo mejor hubiera sido, nunca haber expuesto mi atracción por él y ahora no estaríamos ambos metidos en este problema. Yo era la culpable de lo que le estaba sucediendo a Axel, nada tenía que haberle dicho de mis sentimientos y aunque eso me ha hecho ser la mujer más feliz del mundo,
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoLas cosas no podían haber ido peor, ahora con todo esto que pasó con Rafaela ya no me quedaba duda de algo que yo mismo me empeñaba en negar para darle seguridad a Amaia, yo mismo no quería aceptar y no quería reconocer que Cecilia ya estaba enterada de todo y ahora no era solamente eso, ahora ya estaba intentando echar a perder la vida de Amaia y la mía también a como diera lugar.Me fui con mi Amaia a nuestro departamento, con el fin que ella se calmara y poder tranquilizarla un poco, algo que yo mismo sabía que no iba a funcionar para nada, el daño ya estaba hecho, y Rafaela no se iba a quedar callada si su prima le iba a pagar por esa información que es lo más seguro. Pues al tratar de chantajearme, eso es lo que ocurrirá.–Axel, te lo dije mi amor – Amaia empezó a llorar – Que lo de Cecilia iba a ser el principio del fin. Ella no descansará hasta que nos destruya a los dos, ya te diste cuenta por ti mismo.Ahora el problema ya lo teníamo
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAbrió la puerta, pero no se le veía ninguna intención de dejarme pasar, por lo menos era lo que yo suponía, y sentí su mirada recorrer todo mi cuerpo de forma despectiva, como si con la mirada me pudiera desaparecer del mapa, se veía todo su odio reflejado.–Vaya, veo que estoy de manteles largos hoy – Dijo Cecilia – Me ha venido a visitar mi esposo y sus escoltas, que bien tendremos casa llena.Cecilia siempre queriéndose hacer la graciosa, aquí no es que hayamos venido a celebrar nada, solo quiero llegar a un acuerdo con ella y que me firme de una vez los documentos del divorcio.–Hola, Cecilia. Vine porque necesitamos hablar ¿Me permites pasar? – Le pedí – Es importante y tú sabes que tenemos que hacerlo.–Claro que lo sé, tenemos que hablar y tenemos que decirnos demasiadas cosas y lamentablemente, veo que eso a ti no te importa pues andas ya muy feliz con tus amantes, pero soy buena gente y claro, pasa después de todo, aunque estés a poc