Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoLa fiesta por el aniversario del despacho, se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Yo estaba que ya me quería ir, pero esta vez era Cecilia, mi esposa quien se estaba dando vuelo bailando y brincando con Bin Laden, todas las canciones que ponían. Parecía que traía cuerda, era de las pocas veces que la había visto tan alegre, pues cuando yo decía hasta aquí, nos íbamos.Amaia, por su parte, estaba tomando sin medida con Luis Miguel y no quería ni pensar que, saliendo de ahí, se le fuera a ocurrir a él llevársela a otro lado. Eso sí que no lo iba a permitir yo. Ale era otra que estaba muy entonada y se acercó con unas copas de vino, para sentarse junto a mí, esta noche había sido un total desastre.–Axel, guapo. No hemos brindado nosotros dos – Me dijo Ale en tono sugerente – Tal vez deberíamos de hacerlo en privado, en tu oficina o en la mía. Aprovechemos que Cecy, se divierte con Bin Laden.Yo guardé silencio y no dije nada, Amaia había
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Sí, Axel, deja a esa pobre chica en paz – Cecy me pedía – Si yo fuera ella, no sería tu amiga. No la dejas vivir su vida.–Ustedes dos, me están colmando la paciencia. Ella estaba muy ebria, pero al parecer a ustedes no les importa lo que pueda pasarle, yo me siento culpable de no cuidarla ¿Qué le voy a decir a tu papá, Ale? Que descuidamos a Amaia y que ese Luis Miguel, se la llevó a quién sabe dónde a hacerle, quién sabe qué.–Axel ya bájale a tu intensidad – Ale me frenó en seco – Amaia no es la chica virgen que crees que es. Te puedo asegurar que ha estado en más camas y con más parejas que nosotros tres juntos y si está pasando algo con Luis Miguel, será porque la misma Amaia quiere que pase y además ella, aunque se vea ebria, está más acostumbrada a tomar que tú.No seguí diciendo ya nada, este par de mujeres no me iban a entender y además yo no quería demostrar más de lo normal, mi interés por Amaia, porque de ser así podría encender
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoAle seguía esperando una respuesta, ya fuera de mi parte o de parte de Axel. Lo cierto era que, a mí se me bajó de golpe la borrachera que traía al ver cómo nos estaba mirando mi hermana, Axel entonces fue que habló.–No está pasando nada, Ale por favor tienes que calmarte – Axel la quiso calmar – Acosté a Amaia en tu cama y se despertó.Me quedé callada porque no sabía qué decir, no podía ni siquiera formar una idea en mi cabeza, así que opté por esperar a lo que dijera mi hermana en lo que me concentraba en inventar cualquier cosa. –Una cosa es eso y otra muy diferente que yo entro a mi recámara y te encuentro a ti y a ella casi desnuda – Ale se puso peor – Por favor, tapate Amaia ya.Hice lo que me dijo mi hermana y tomé la sabana de la cama y me cubrí, aunque yo no tenía pudor de nada, además Axel ya estaba más que encantado y conocía mi cuerpo tal y como me trajeron al mundo.–Ale, es cierto lo que dice Axel y no pasa nada aquí. Y
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoEn ese momento, tocaron la puerta, salí de la recámara y fui a ver quién era, y al abrirla era Axel; en la torre pensé dentro de mí. Él ya estaba muy guapo e impecablemente arreglado para ir con su cliente, él nunca me decepcionaba.–Hola, cariño ¿Puedo pasar? He venido por Ale – Se me acercó demasiado provocando un escalofrío que me recorrió toda – Te ves muy bien, para la borrachera que cogieron anoche ustedes dos.–Hola, amor – Lo besé rápido y él me correspondió encantado el beso – Ale no podrá ir, se siente muy mal.–Amaia – Gritó Ale, haciendo que nos separáramos del segundo beso – Tráeme algo, quiero devolver.Le llevé una cubeta de las de trapear, en ese momento era lo más práctico y ella hizo lo propio, sin darse cuenta de que Axel, estaba ahí viendo todo lo que pasaba con ella.–Qué bonita se ve mi socia – Axel se reía – Pero anoche, ustedes dos querían acabar con todo el vino de la fiesta.Bueno yo tenía un motivo para hacerl
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoLuego de nuestro ataque de llenarnos de besos, Amaia y yo antes de entrar a la junta, nos fuimos a la cita que teníamos con el cliente. A mí me gustaba ser puntual y no podía permitir que llegáramos tarde, siempre teníamos que estar antes que los clientes. Era una regla mía. Bajamos del auto y entramos al lugar, afortunadamente con todo y que nos detuvimos a consentirnos un poco, logramos llegar a tiempo.–Axel, Amaia ¿Qué hacen por acá? – Nos sorprendió Bin Laden – Ando bien ebrio todavía.Nos podíamos dar cuenta de la cara que traía, parecía que se acababa de parar de su cama o más bien nunca se llegó a acostar.–Hola Bin Laden – Lo saludamos – Venimos a la junta con el cliente ¿No te acuerdas?–Sí, pero ¿Ese caso no lo llevas tú con Ale, Axel?Entonces no estaba mu borracho que digamos, para que se acordara de algo como eso, solo esperaba que no fuera a meter la pata de contarle a Mauricio.–Sí, pero escúchame por favor, no le digas nada a
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Cuenten con eso Axel, pero tengo curiosidad por algo. Yo no había hecho nada para llegar al trato, apenas lo iba a sugerir hoy, claro antes que la resaca me estuviera nublando todo pensamiento coherente– Reconoció Ale – Tú no eres de los abogados de llegar al trato, eres de los que prefieren llegar al juicio ¿Cómo le hicieron?–No lo hice yo, ha sido Amaia quién se ha llevado todo el crédito así que la cena de hoy, será para celebrarla a ella – Dije volteando a ver a mi Amaia y tomando su mano entre la mía – Nos vemos más tarde Ale ¿Irás al despacho, supongo?–Sí, ya me siento mejor. Nos vemos allá en unas dos horas. – Me aseguró, Ale.–Muy bien, allá nos vemos.Al colgar con Ale, Amaia y yo volvimos a besarnos y demostrarnos nuestro amor como cada vez que teníamos la oportunidad, al saber que teníamos dos horas antes de ver a Ale, supe que podíamos ir a algún lugar, en el que podríamos estar solos, le necesitaba, me urgía volverla a tener e
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoNo sabía qué hacer para consolar a Axel, lo peor de todo es que, tampoco sabía ni cómo demonios controlarme yo, todas esas situaciones a mí me rebasaban y no sabía qué hacer en ese momento, solo podía hacerle saber que estaría ahí para él siempre, pasara lo que pasara. Estuvimos abrazados un largo rato y al separarnos pude ver, por primera vez en mi vida, a Axel llorando.–Mi amor, Elisa va a estar bien – Le dije convencida – Te amo, ya no debe de tardar en llegar la ambulancia.No sabía qué más decirle, estaba en iguales condiciones, no entendía por qué su hermana se había desmayado y no se le podía hacer reaccionar. Eso me ponía muy nerviosa y se me pasó por la cabeza del que no pudiera despertar jamás.–También te amo Amaia, me siento mal, espero que no sea muy tarde – Le salían muchas lágrimas de sus hermosos ojos – Creo que ella está enferma del corazón, pero no estoy seguro de eso.Eso estaba muy grave, tenían que venir a ayudarno
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoPasaron 3 desesperantes horas más y por fin un doctor, salió con camino a la sala de espera. Axel y yo, nos pusimos de pie para escuchar lo que él tenía que decir.– ¿Los familiares de Elisa Vega Lazcano? Supongo que son ustedes – Nos abordó.–Sí, yo soy su hermano – Contestó Axel – Dígame, por favor ¿Cómo está mi hermana?–La situación es muy delicada y lamento ser el portador de malas noticias. La arritmia que padece, es muy severa y tuvo un ataque muy serio – Explicaba el doctor – Ella aún no ha podido recobrar la conciencia y hemos hecho todo desde que llegó al hospital para estabilizarla. No podemos mantener estable su presión y en un descenso brusco podemos perderla.–No lo puedo creer – Axel se llevó las manos a la cara – Y usted, viene a decírmelo así tan tranquilo. No doctor, tiene que moverse, consiga al mejor cardiólogo, al mejor especialista para mi hermana. El dinero no es un problema, pero no se quede aquí sin hacer nada.