Amaia Domínguez GarcíaZacatlán de las Manzanas, Puebla, MéxicoLos días que nos quedaban en Zacatlán nos la pasamos muy divertidos yendo a paseos al aire libre, haciendo senderismo y visitando varias cascadas naturales y zonas boscosas, amaba ese lado aventurero y maravilloso de Axel porque era un lado que solo él tenía. A Axel le gustaba mucho ir a la aventura y a mí también y era algo que disfrutábamos mucho hacer juntos.–Axel mi amor, ven vamos a sentarnos un rato, es que me siento muy cansada – Le pedí – Abrázame por favor, mi rey.Debíamos parar aunque fuera por unos minutos, pero para ver un poco alrededor de donde estábamos, esto era vida, era lo que necesitábamos él y yo, algo natural, que no estuviéramos estresándonos por lo que podían hacer otras personas, solo concentrarnos el uno en el otro.–Claro que sí, cariño. Siempre que quieras yo te abrazaré preciosa. Te amo, Amaia – Axel me envolvió en sus brazos – Dime por favor, si te sientes mal.Yo me encontraba perfectamente
Amaia Domínguez GarcíaZacatlán de las Manzanas, Puebla, MéxicoNo podía mantener los ojos abiertos, quería seguir acostada, y descansar, pero que Axel se quedara a mi lado,–Cariño, te sientes así porque te ha venido tu periodo. Tranquila, preciosa, te ayudaré a levantarte y llenaré la tina para meternos a bañar, no pasa nada Amaia.No me había sentido nunca así cuando me ha bajado el periodo, no me gusta que me baje, es un malestar que no lo aguanta nadie, siento que todo me da vuelta y que de un momento a otro me voy a desmayar.–Axel es que me da, no sé qué, eso. Lo siento mi amor, me siento demasiado mareada, mejor déjame aquí acostada. No aguanto el dolor del cólico y la verdad es que no me siento con fuerzas, para levantarme.–Pediré a la güera que nos ayude, espérame aquí cariño.Solo quería cerrar los ojos y que todo esto pasara lo más pronto posible, este dolor se estaba haciendo cada vez más insoportable, no creo que haya otra persona en el mundo que se sienta así como y to
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoTodo lo bueno llega a su fin y así nos había pasado a mi hermosa mujer, a nuestros amigos y a mí. Teníamos que regresar a nuestra realidad. Pero nadie nos podía quitar la dicha de haber disfrutado todos estos días en total libertad, nos movimos a donde quisimos sin estar escondiéndonos de nadie, fuimos felices todos esos días.Después de pasar poco más de un mes en Zacatlán y en Puebla, hoy regresamos a León y con nuestro regreso también volvían esas preocupaciones que nos aquejaban a ambos, principalmente las de no saber lo que iba a pasar con la loca de Cecilia, eso siempre nos iba a afectar demasiado, pero esperaba que, ya que le dieran la visa a Amaia todo eso quedara atrás.–Chicos, gracias por acompañarnos de vacaciones – Agradecí a la güera y también a Cris – Nos la hemos pasado muy bien.Nos la habíamos pasado de lujo, les agradecía enormemente de que nos hubieran acompañado, no nos hubiéramos divertido tanto, debíamos organizar más v
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoEn donde sea lo vamos a ser, pero igual que Amaia, nunca me había visto viviendo fuera de México. Al terminar de cenar, Amaia y yo, nos fuimos a preparar las cosas del día de mañana y después, nos fuimos a dormir y la abracé como siempre, estaba con la mujer de mi vida y nada nos debe turbar nuestra paz.Debíamos dormir tranquilos, que al despertar y tener todas nuestras cosas en total calma, estábamos viviendo a la expectativa de lo que pudiera hacer Cecilia, y eso no era justo para nadie, porque no vivía ni dejaba vivir en paz, debe organizar su vida y no ver la vida del otro, no ganaba con estar jodiéndonos.–Axel, no quisiera que tuviéramos que ser nosotros los que nos tengamos que ir de aquí – Dijo mi mujer con pesar – Quisiera que pudiéramos quedarnos en este lugar, es nuestro hogar, no tendríamos que dejar todo esto, me duele estar dejando mis cosas, mis amigos, mis estudios, pero sé que es por nuestro bien.Ella tenía razón, pero no p
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoAxel y yo sabíamos desde que regresamos a León que habíamos vuelto al ojo del huracán y a terrenos demasiado peligrosos. Me sentía muy preocupada de pensar que lo nuestro podía peligrar y también me sentía demasiado triste porque no me dieron la visa y causa de eso teníamos que seguir Axel y yo, aquí en León, no nos quedaba otra. Un día que salí del Tec, lo alcancé en el despacho y escuché que él discutía con mi hermana, estando afuera de la oficina de él, cuando fui sorprendida por Bin Laden.–Amaia, creo que no está bien que estés escuchando así las conversaciones – Me dijo Bin Laden – Mejor vamos, acompáñame a mi oficina. Axel, está hablando con Ale.Esa no había sido mi intención, simplemente había llegado en el momento menos oportuno encontrándome con esta discusión, no me lo decía, pero yo por supuesto que me quería enterar qué era lo que tanto le estaba reclamando mi hermana a Axel, ella no quería quitar el dedo del renglón.–Bin
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoAlgo había pasado con Ale y no necesitaba ser adivina para saberlo, pero mejor era no decir nada e irme al departamento a esperar a que Axel pudiera hablar conmigo en la calma de nuestro lugar.Llegué al depa y cuando me estaba quitando los tacones, por lo cansada que estaba noté que Axel abría la puerta y me levanté sin quitármelos y corrí a sus brazos, lo había extrañado demasiado.–Axel, mi amor – Lo abracé – Dime por favor, ¿Qué ha pasado con Ale? Ella está muy obsesionada contigo y de seguro te reclamó lo de la güera y de mí.Ale podía ser mi hermana, pero ya se estaba pasando de intensidad, era desgastante para todos, incluso para ella misma seguir insistiendo y saber que iba a obtener el mismo resultado, Axel no se iba a enamorar de ella nunca y al parecer eso ella no lo podía entender.–Amaia, cariño – Axel me mantuvo en sus brazos y eso me relajaba toda – Te amo, es que Ale está sospechando ya, demasiadas cosas y estoy realmente
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAmaia y yo, estábamos pasando días muy difíciles y llenos de demasiada tensión y todo porque Cecilia, intuía ya que yo andaba con alguien más y así como yo la conocía, sabía que ella no solo lo intuía, en cierta forma ya lo sabía y estaba más que segura que yo, tenía desde hace un buen tiempo una relación estable con alguien y estaba en lo cierto. Era en lo único que estaba en lo cierto, pero ella no sabía de quién se trataba, o eso esperaba yo. No quería que Amaia fuera a correr peligro alguno.–Axel, mi amor. Te preparé un café para que sigas trabajando a gusto – Amaia me llevó un café al estudio de nuestro departamento – Te amo, mi rey.Eran muchas las atenciones que Amaia tenía conmigo, estaba muy tensa, no sabía cómo llevar todo esto del estrés por lo de Cecilia, la entendía y a la vez me gustaría que estuviera tranquila, Cecilia no iba a poder hacer nada en su contra, había maneras de mantenerla alejada de ella.–Muchas gracias, cariño
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNos estábamos dejando llevar por la pasión y por la intensidad del beso, cuando tocaron la puerta del departamento, una, dos, tres veces y después sonó mi celular, era la güera.–Axel, ábranme por favor – Dijo mi amiga – Es de vida o muerte.Las palabras de mi amiga me pusieron en alerta, ella es muy calmada y verla en ese estado nos sacaba de onda, pero tenía que averiguar qué era lo que había causado que mi amiga estuviera tan temerosa.–Sí, güera.Amaia alcanzó a escuchar, nos recompusimos un poco y ella abrió la puerta del departamento para dar paso a la güera, mi amiga venía con una cara de pocos amigos y por su expresión y por la forma en que se ha presentado en el departamento, esto no indicaba nada bueno, así que nos sentamos todos en la sala, yo tomé de la mano a Amaia y esperamos ambos a que la güera hablara.–Chicos, Cecilia ha estado haciendo indagaciones peligrosas – Nos dijo la güera – No quiero asustarlos, pero allá en Autlán h