Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoAhora no me podría dormir a gusto de solo pensar en todos los problemas en los que nos encontramos incluyéndola a ella, le tenía que decir lo de Cecilia a la güera, la tenía que poner al tanto de lo que nos iba a esperar en León.–Güera, Amaia tiene algo que hablar contigo. Cris y yo, estaremos afuera un momento, para que lo puedan hacer – Dijo Axel – Ahorita volvemos.Me dio un beso de despedida, le agradecía el que nos hubiera dejado solas, esto era una cuestión que nos preocupaba a los tres, Cris por el momento no tiene nada que ver, porque Cecilia en ningún momento lo nombró, solo que la güera estaba con nosotros y que entre las dos nos compartíamos a Axel.–Sí, Axel.La güera me miraba muy desconcertada, ella seguramente no entendía el motivo para que Axel y Cris se salieran de la habitación y nos dejaran hablar solas y yo tampoco entendía ese motivo, pero no quise contradecir a Axel. Yo no tenía inconvenientes en que Cris escuchara
Axel Vega LazcanoPuebla, MéxicoAmanecimos en el lujoso hotel del Puebla y yo desperté primero que Amaia. Ella se veía preciosa, acostada en mi pecho y amaba verla así durmiendo tranquilamente sin que nadie pudiera importunar su sueño. Mientras veía dormir con mucha calma a mi mujer, aunque intentaba ser positivo, algo me daba vueltas en la cabeza y eso era que Cecilia, estaba loca y que tenía que parar lo que sea que ella tramara, no iba a poner en riesgo a mi hermosa mujer.–Axel, mi amor ¿Ya es de día? – Mi hermosa Amaia abrió sus hermosos ojos – Siento haber despertado hasta ahora.Me dijo mi preciosa Amaia, despertando de su tranquilo sueño, no había querido despertarla, pero ya que lo estaba sería mejor que ya nos arregláramos para poder esperar a los chicos para ir a desayunar, o no sé si querían ir a desayunar a otro lugar, lo que decidiera mi mujer eso haríamos.–Hola, cariño, te amo – La besé tiernamente – Que bueno que hayas descansado, ¿Cómo te sientes, preciosa?Yo sé qu
Axel Vega LazcanoPuebla, MéxicoPor qué no dejaban de preocuparse por esa mujer, nos estaba quitando la tranquilidad, nos estaba robando energía. Le estábamos dando la importancia que no merecía, Cecilia se debía quedar allá en León, revolcándose en su miseria, no aquí con nosotros amargándonos la vida.–No güera, tienes que calmarte y no quiero que te estés poniendo así, menos porque Cris se puede despertar o también Amaia y no quiero que ella se altere. Por favor, güera. Yo te prometo que veré que puedo hacer.Tendría que tomar cartas en el asunto en cuanto pusiera un pie en León, ya esto se estaba convirtiendo en un miedo colectivo, esto ya se estaba volviendo insostenible, ya definitivamente esto tenía que parar, la güera en vez de tomar las cosas con calma, estaba revolviendo todo con su ansiedad.–Cómo lo has visto todo este tiempo, es que has vivido muy irresponsablemente Axel. No has arreglado nada de lo del divorcio y ahora eso, nos meterá en problemas, por tu falta de organ
Amaia Domínguez GarcíaZacatlán de las Manzanas, Puebla, MéxicoNuestro primer día en Zacatlán lo usamos para instalarnos y para recorrer un poco del centro y después por la noche, Axel decidió por ponerse a cocinar en el asador una parrillada y yo, solamente lo observaba cocinar, ya que yo no sé hacerlo, pero verlo a él hacerlo era fascinante para mí, se veía hermoso con su delantal.–Amaia, te amo y me siento feliz de estar aquí contigo, preciosa – Axel, me dio un beso tierno – Aunque no sepas cocinar, cariño.Una de las pocas cosas que no sabía hacer, pues las veces que lo había intentado, había sido un fracaso rotundo, todo se me quema y hasta a punto de cometer incendios por eso, y ya mejor no le seguía intentando, era un peligro en la cocina, por eso solo me gustaba observar.–Eso no se me da mi amor, pero lo que sí se me da es amarte mucho y querer estar siempre a tu lado – Confesé – Te iré trayendo los platos para que pongas la carne.Vi que ya le faltaba muy poco a la carne q
Amaia Domínguez GarcíaZacatlán de las Manzanas, Puebla, MéxicoTuve miedo que de nuevo fuera la loca de Cecilia y hasta sentí quedarme paralizada sin armarme de valor, para ver quién llamaba y cuando vi que se trataba de Ale tomé la llamada.–Chicos, esperen por favor. Me llama mi hermana, regreso.Esperaba que no fuera nada relacionado con la loca de Cecilia que le encantaba formar escándalos donde fuera, y puso hasta haber ido al despacho a decir lo que supuestamente sabia de Axel, la güera y yo, solo a una persona demente se le podía ocurrir eso y esperaba que la tomaran de quien iba, pues Cecilia no está nada cuerda.–Claro Amaia.Axel se puso de pie, para retirar mi silla y yo respondí la llamada de mi hermana, alejándome algo de todos para que ella no escuchara, ni reconociera la voz ni de Axel, ni de la güera y tampoco los podía tener en silencio mientras atendía la llamada.–Hola Amaia, no quiero que me vayas a mentir, por favor que ya lo sé todo, no me vengas a querer ver la
Axel Vega LazcanoZacatlán de las Manzanas, Puebla, MéxicoLa primera noche que estuvimos en Zacatlán pudimos salir a caminar de noche con Amaia para recorrer ese maravilloso lugar y oler el aroma hermoso a bosque, un aroma que nos embriagó los sentidos a Amaia y a mí y que nos llenó de calma, que era lo que ella necesitaba después de lo que pasó cuando la llamó Ale, yo necesitaba investigar más de que tanto sabía Cecilia, pero al volver a la casa que rentamos, quería que Amaia se sintiera mejor.–Amaia cariño, quiero que descanses preciosa – La abracé tiernamente – Te amo y no quiero que sigas tensa, preciosa.Ya no debía preocuparse más de ese asunto, estamos a kilómetros de León y nada podían hacerle, ni Cecilia, ni Ale, yo nunca iba a permitir que me la tocaran. Las dos estaban muy equivocadas a Amaia no la tocaba nadie, ella era mi mujer, la que yo había elegido, Cecilia estaba loca si pensaba que iba a volver con ella y Ale no tenía ni por qué estar reclamando por algo que nunca
Axel Vega LazcanoZacatlán de las Manzanas, Puebla, MéxicoAmaia afortunadamente no lo escuchó, ella seguía dormida y lo tomé rápidamente para que no se despertara, respondí sin ver quién era la llamada, era preferible a que siguiera sonando.–Hola, Axel – Era Ale – Veo que tus vacaciones con tus dos amantes, han sido muy buenas y quiero decirte que no tienen madre Amaia y tú. No puedo creer que yo, destruí mi matrimonio con Gustavo por ti, para que tú te enredes con mi hermanita, que poca madre de los dos, siempre me han visto la cara.No me cabía en la cabeza sus reclamos, que nada tenía que ver conmigo, en ningún momento yo le pedí que dañara su matrimonio, yo nunca he querido nada con ella, no me explico qué es lo que pasa en su cabeza. Mauricio tenía que meter en cintura a su hija, pues ella me está perjudicando en mi vida privada, que le pusiera un alto cuanto antes.–Hola, Ale – Respondí molesto – No son horas, ni momento de estarme llamando. Estoy de vacaciones y aprovecho par
Amaia Domínguez GarcíaZacatlán de las Manzanas, Puebla, MéxicoTrataba de no pensar en nada para que nada nos echara a perder las vacaciones a todos, eso era lo que menos quería. No quería sentirme culpable por estar pensando que algo malo iba a pasar en cuanto volviéramos a León y era mejor estar feliz por lo que estábamos viviendo con mi Axel y con nuestros amigos, la güera y Cris. Íbamos a ir después de desayunar a recorrer el centro de la ciudad.–Amaia, para que no te canses mucho el chofer, nos irá a llevar al centro y después pasará por nosotros – Me informó Axel – Lamentablemente él no se quiso hospedar en la casa con nosotros y por eso ahora, tenemos que esperarlo.No entendía por qué el chofer no se quiso quedar con nosotros si espacio hay de sobra, a lo mejor tiene a algún conocido o familiar y quiso aprovechar para visitarlos y pasar también tiempo con ello, era lo que se me ocurría pensar, porque no le veía otro motivo, nosotros nos portamos muy bien con él.–Lo sé, mi a